Centro de Capacitación Laboral mostró su oferta educativa

El Centro de Capacitación Laboral Humberto Seguel abrió este martes sus puertas a la comunidad con la actividad “Escuela Abierta”, instancia destinada a mostrar su trabajo educativo y formativo con jóvenes en situación de discapacidad intelectual. La jornada estuvo orientada especialmente a familias y estudiantes de colegios regulares, quienes pudieron conocer de cerca las alternativas que ofrece el establecimiento de calle Zenteno para la continuidad educativa y el desarrollo de habilidades para la vida adulta y laboral.

Nancy Dittmar Quezada, directora del Centro, informó que la actividad es una oportunidad para que la comunidad conozca en profundidad la labor que realizan. “Queremos que las familias y los estudiantes que hoy están en colegios regulares sepan que nuestro establecimiento puede ser una opción dentro de su proyecto de vida. Aquí trabajamos con jóvenes entre los 13 y 26 años que, por distintas razones, no pueden insertarse en un establecimiento regular de enseñanza media”.

Actualmente, el establecimiento cuenta con 36 estudiantes matriculados, pero tiene capacidad para 50 cupos, por lo que existen vacantes. El requisito principal para ingresar es contar con un diagnóstico base de discapacidad intelectual, acreditado mediante certificado médico. Dittmar detalló que, además, atienden a estudiantes con Trastorno del Espectro Autista (Tea) -actualmente son 12- y a jóvenes con condiciones asociadas como parálisis cerebral. 

El recinto desarrolla cursos y talleres que complementan la enseñanza formal, orientados a la adquisición de habilidades para la vida diaria y la integración social. Entre ellos se encuentran artesanía, cocina, madera, expresión corporal y artística. Durante la jornada de Escuela Abierta, los visitantes pudieron recorrer las diferentes áreas y conocer algunos de los trabajos ejecutados por los estudiantes.

En el taller de madera, a cargo de José Luis Cárcamo Pacheco, los jóvenes trabajan exclusivamente con materiales reciclados, principalmente pallets. “Adaptamos cada tarea a las capacidades de los estudiantes. Todo el proceso, desde desarmar la madera hasta el barnizado final, fomenta la creatividad y la motricidad fina, además de enseñarles el valor del reciclaje”.

En el taller de cocina, guiado por la profesora Marianella Jelves Oyarzún, se mostró el trabajo colaborativo entre estudiantes de distintos niveles. Un grupo se encargó de preparar la masa, mientras otro rellenó cachitos, de acuerdo con sus habilidades. “Queremos que estas experiencias se repliquen en sus hogares, fortaleciendo la práctica y la autonomía en la vida cotidiana”, planteó Jelves.