“La pretensión de querer que se gobierne por los valores de la Biblia me parece que es fosilizar el Estado laico”
El libro “A 100 años de la separación de la Iglesia del Estado en Chile 1925-2025” recopila nueve investigaciones que abordan esta relación desde la Constitución Política de 1925.
Este 2025 se cumplen 100 años desde que la Constitución separó a la Iglesia del Estado, estableciendo a Chile como un país laico. Pese a ello, la influencia religiosa al momento de legislar, por ejemplo, se mantiene, aunque con menor fuerza que hasta hace unas décadas. De todas formas, no hay Tedeum, como se pudo apreciar hace un par de días, en que las autoridades reciban “recomendaciones” sobre cómo abordar ciertos temas, como el aborto o la eutanasia. Pero así como la Iglesia Católica ha perdido protagonismo, otros credos han tomado su espacio.
Eso en términos de percepción pública, pero el teólogo y columnista de El Desconcierto, Benjamín Escobedo Araneda, profundizó en esta relación Estado-Iglesia a propósito de este centenario. Mediante nueve investigaciones dio forma al libro “A 100 años de la separación de la Iglesia del Estado en Chile 1925-2025”, publicado por Ediciones Escaparate.
“Es lo único que se ha publicado al respecto en Chile, así que me tiene muy contento la confianza de Ediciones Escaparate a través de la colección Política Sociedad. El primer tiraje se agotó, así que ha sido un acierto”, fue la valoración inicial que entregó Escobedo.
Respecto del proceso de investigación que demandó esta obra, el autor reconoce que fue arduo por la revisión de trabajos, documentos, archivos e investigaciones. “Así que nos demoramos un año y medio, casi dos años, en hacer el trabajo de investigación propiamente tal. Cabe señalar que es un trabajo de edición; yo soy el editor general y director general de la obra, que comprende a nueve invitados, en la que hay miembros de la Sociedad de Historia de la Iglesia de Chile, miembros de la Academia de Investigación Religiosa de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía, académicos, periodistas; creo que es un trabajo con varias lecturas”.
Escobedo recordó que este proceso de separación está relacionado con tres elementos que se habían dado en el siglo XIX. “La Constitución de 1833, bajo el artículo V, establecía que la religión oficial del Estado es la Católica, Apostólica, Romana, con la exclusión del ejercicio público de cualquier otra, y ahí entramos en un conflicto duro, porque habría que examinar, algo que era difícil para el siglo XIX, qué entendemos por espacio público y espacio privado. Ahí migramos a la Ley Interpretativa de 1865, que permitió el culto a los disidentes o gente que circulaba y no era católica, y que permitía que pudieran practicar su culto en lo privado y educar a sus hijos bajo su mismo credo, para terminar con las famosas Leyes Laicas entre 1881 y 1884, que establecieron constitucionalmente que aquellas personas que no eran católicas tenían derecho al matrimonio civil, al registro propiamente tal, estableciendo el Registro Civil; y la sepultura, el cementerio para los católicos. Entonces, efectivamente, la separación Iglesia-Estado no solamente benefició a una tradición evangélica protestante, sino también a cualquier otra religión que pudiera estar circulando en el espacio público”, resumió.
En declive
Consultado sobre la influencia que por décadas mantuvo la Iglesia Católica en las decisiones políticas y legislativas, puntualizó que “más allá de que la separación se haya provocado bajo la Constitución que ejecutó Alessandri, sí tenemos que recordar que la influencia que ha tenido la Iglesia Católica viene, primero, desde la época de la Colonia. Segundo, que la influencia no ha sido solamente bajo elementos religiosos, sino que también ha tenido influencia en la política, en la decisión propiamente tal de varios asuntos que tienen que ver con cuestiones gubernamentales. En tercer lugar, ha tenido influencia en axiomas valóricos; o sea, la educación en Chile estuvo marcada por muchos años bajo el credo católico y, posterior a la separación, se transformó en algo más secularizado, donde tenemos hoy en día colegios e instituciones de carácter protestante, católico, laico; universidades confesionales, universidades laicas. Entonces, esa pluralidad permite darse cuenta de que la influencia que tuvo la Iglesia Católica marcó varios aspectos sociales, culturales, religiosos y políticos, pero hoy por hoy eso está mucho más emancipado, secularizado y claramente esa influencia ya no la tiene”.
Recordó, por ejemplo, las críticas emitidas por el arzobispo de Santiago, cardenal Fernando Chomalí, en contra de la idea de legislar sobre el aborto, pero “es una voz más, y ahí uno puede darse cuenta de que la Iglesia Católica tiene una opinión, una idea, pero no es tan preponderante como en algún momento”.
Pese a ello, la influencia en ciertos temas ha disminuido. Por ejemplo, en lo cultural. En los 90’s se prohibió el concierto de la banda Iron Maiden, y más atrás, la influencia religiosa impidió la presentación en Chile de Queen. Para qué hablar de las programaciones de los cines y canales de televisión. En ese sentido, Benjamín Escobedo establece que “generalmente hay un sesgo más en el mundo evangélico-protestante en ese sentido, pero en general, el Cristianismo en nuestro país tiene muchas veces la pretensión de que se gobierne con la Biblia, que las leyes sean en base a una ética y moral bíblica, y eso genera situaciones como esas. Esa pretensión de querer que se gobierne por los valores de la Biblia me parece que es fosilizar el Estado laico”.
Igualmente, las crisis que ha vivido la Iglesia en los últimos años, por las revelaciones de abusos en ciertas congregaciones, también han contribuido a que la influencia sea menor. “Prueba de eso, que tiene que ver con la militancia eclesiástica de los feligreses católicos, lo da cuenta incluso la propia encuesta Bicentenario de la PUC, que arrojó que la militancia de quienes se declaran católicos viene a la baja y creo que es un factor a considerar para las entidades y organizaciones religiosas de credo católico en nuestro país”.
El escenario en las próximas elecciones
Las elecciones presidenciales del próximo 16 de noviembre enfrentan a ocho candidatos, que, entre sus diferencias, incluyen evidentemente visiones religiosas y valóricas, además de políticas, económicas y sociales, entre otras. Y la influencia de la Iglesia en temas importantes puede tener un resurgir o no, dependiendo de quién ocupe la banda presidencial desde marzo de 2026. Ante este escenario, Benjamín Escobedo sostiene que en cada candidato hay una línea, una visión de Dios. “Hay candidatos abiertamente ateos, agnósticos, cristianos, otros que se identifican con la Iglesia Católica Ortodoxa, otros con la mirada evangélica protestante. Ahora, cómo eso puede influir a la hora de ejecutar políticas públicas asociadas a los famosos temas valóricos como la adopción homoparental, aborto, eutanasia, legalización de la marihuana, yo creo que primero es que el Presidente es la figura del Ejecutivo; las decisiones igual están en torno al Congreso, entonces, no porque un Presidente quiera algo significa que a rajatabla se va a legalizar. Segundo, muchas de las cosas que se pretenden legalizar tienen que ver con un liberalismo político. ¿Es realmente para ambos estratos, para lo económico y lo valórico? ¿O un liberalismo solamente económico? Creo que es un tema a considerar. Y por último, el próximo Presidente o Presidenta tendrá la gran presión de hacerse cargo, a favor o en contra, para dar una respuesta a la ciudadanía, y eso tendrá su efecto en su elección”.
“A 100 años de la separación de la Iglesia del Estado en Chile 1925-2025”, de Benjamín Escobedo, puede adquirirse en la página www.escaparate.cl y habrá una pronta reposición en librerías.




