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Canción es interpretada por Shirel

Taffy Dönicke, la magallánica que puso “El alma en la cancha” para musicalizar el himno del Mundial Sub 20

Domingo 28 de Septiembre del 2025

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  • La productora y multiintrumentista debió trabajar a contra reloj para la composición de la pieza
    musical, que ayer pudo escuchar orgullosa en la inauguración del torneo, en el Estadio Nacional.

 

Cristian Saralegui R.

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¿Llegará a tener la trascendencia del himno de Los Ramblers de 1962? Seguramente usted pensará que “cero posibilidad”, como decía Bonvallet. Pero, quién sabe. Puede que a Stephanie Dönicke Medina nunca se le haya pasado por la mente componer el himno de un Mundial de Fútbol, pero claramente, siempre estuvo enfocada en la música, como bien dicta su tradición familiar. 

Y el desafío de crear el tema, que desde ayer suena fuerte en los estadios donde se juega el Mundial Sub 20, fue asumido con la pasión y profesionalismo que la han llevado a tocar con cantantes consagradas, como Javiera Mena, Princesa Alba o antes, con Denisse Rosenthal, y a participar en numerosas grabaciones. Más ahora, que estableció, hace tres meses su propio estudio ICON en la comuna de Ñuñoa, en el que trabajó a ritmo vertiginoso para crear, junto a la cantante Shirel, “El alma en la cancha (Olé Olé Olé)”.

La misión era muy complicada, pues un himno para un evento como este debe ser de fácil escucha y ser recordable. Parece simple, pero es lo más difícil. Más cuando el tiempo apremia. “Hace como 3-4 años que trabajo con Shirel y ella hace un tiempo firmó con Universal, un sello grande y Fifa solicita a distintas empresas una canción para el Mundial. Así fue como Universal llamó a la manager de Shirel y le preguntó qué tan factible era que nosotras nos juntáramos a hacer un tema en 24 horas. Mandamos el primer demo, con verso y coro, y a la semana nos enteramos que les había encantado la canción y nos pidieron un presupuesto para que pudiéramos terminarla”, resumió sobre el proceso.

El haber finalizado tan pronto el himno les sumó puntos a la hora de la elección y, según reconoció Taffy, como es conocida, esa presión les sirvió como estímulo creativo. “Fue una inyección de energía para nosotras, de trabajar bajo presión una canción a pedido, que no tiene que ver con el trabajo de hacer un disco, es un enfoque completamente diferente, debe ser fácil de escuchar, rápida, que tenga momentos que se recuerden. Nos encantó el proceso, porque fue lanzarse a la piscina a ver si elegían el tema y si no, no pasaba nada. No estaba esa presión de tener que hacer una canción increíble, artística, con una letra profunda”, reconoció.

Para el proceso, la Fifa envía un archivo con algunas ideas bases, pero por su experiencia, “ya entiendo más o menos cómo debe ser. Me puse a escuchar listas de canciones de fútbol y con esa experiencia, llegamos a esta canción. Pero antes de leerlo, ya sabíamos con Shirel cómo debía ser el tema: yo le tiré la melodía, ella otra; le mandé una base que hice en el estudio antes de irme a trabajar y ella compuso el verso, el precoro, y al día siguiente nos juntamos, grabamos el demo y lo enviamos; así de rápido fue”. Y eso que admite que su acercamiento al fútbol es como el de cualquier ciudadano medio, “me gusta el ambiente que se genera en los mundiales y en la universidad me enseñaron cómo hacer este tipo de trabajos, porque son pegas muy específicas, y me gusta hacer canciones con ciertos requisitos, lo encuentro divertido. Es como hacer música para publicidad, música para cine, que tienen ciertos elementos que se van repitiendo”.

En estos tiempos de tanta Inteligencia Artificial, una canción como ésta podría hacerse sin problemas, pero para Dönicke, además de no ser ético, la diferencia se nota en el corazón que una persona le pone al acto de crear, por más que esté el peligro de repetir melodías y estructuras presentes en muchas canciones de este tipo. 

Actualmente, además de su trabajo como productora, Taffy realiza clases y toca con Javiera Mena, Princesa Alba y Shirel. También en eventos particulares, como en marzo, cuando tocó en un concierto con Miriam Hernández. Esa cualidad de poder adaptarse a distintas situaciones y escenarios, ha sido una clave fundamental en su desarrollo profesional y establecerse con un nombre propio y no ser “la baterista de…”. Y es algo que, recuerda, tenía desde muy pequeña.

Por ello, tener una producción propia es algo que, por el momento, está guardado en carpeta. “En algún momento me va a picar el bichito. Puede pasar, es una opción, pero aún no me ha nacido, porque a mí me gusta trabajar para otra gente, estar apoyando a un artista, armar equipos, bandas. Me acomoda más estar en el escenario, pero no ser la estrella, por decirlo de alguna manera”.

Y pese a ese espíritu libre y de siempre estar dispuesta a nuevos desafíos, Stephanie Dönicke no se ve viviendo o haciendo carrera en el extranjero. “Me encanta viajar y conectar con otros lugares, conocer el ambiente en otros espacios, pero me siento muy cómoda en Chile, tengo a mi familia, lo he conversado con mi esposa (ambas trabajamos en esto) y nos gustaría viajar a Miami, México, Argentina, pero volver. Yo al menos, no me radicaría en otro lado, porque igual es una apuesta, partir de cero. Pero sí me parece bien la idea de ir tres meses, conectar, trabajar, volver”, finalizó. 

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