“Prestamistas ilegales”: el sistema de endeudamiento que ata a los pescadores del rubro centolla a las empresas
En la caleta de Barranco Amarillo hay un clima de tensión. El requerimiento de la Fiscalía Nacional Económica (FNE), que investiga un caso de colusión en el mercado de la centolla, ha afectado directamente a los pescadores que trabajan en el rubro. Sin embargo, al consultar directamente con muchos de ellos, prácticamente ninguno desea hablar, dar declaraciones, su testimonio o visión sobre el tema. Al trabajar con las mismas empresas acusadas, temen por represalias, comentan algunos. Aún así, distintos grupos se están organizando para iniciar acciones en contra de las procesadoras.
De 10 pescadores, armadores y capitanes que fueron consultados por La Prensa Austral, sólo una persona accedió a hablar dando su nombre y apellido. En el caso de José Andrade, hasta el año pasado trabajaba en faenas de centolla, habiéndose iniciado en la pesca en la década de los 80”.”Las empresas cuando ofertan los precios, cuando recién empieza la temporada, todos se ponen de acuerdo, las pesqueras, para que le paguen menos a los armadores. Y así los armadores le pagan menos a la gente igual”, resume Andrade, desde la lancha en la que estaba haciendo guardia.
“Los grandes empresarios se juntan todos como un choclón, en las oficinas de las pesqueras, y ahí ponen los precios, se ponen de acuerdo”, prosigue el pescador. Se trata de un secreto a voces que es bien conocido en el rubro. “Hay harta gente que no trabaja en la pesca por lo mismo, los precios cuando empiezan están bajísimos”, comenta. “Igual la gente que tiene familia, sí o sí tiene que trabajar”.
“Es complicado que acá te hablen, porque casi todos trabajan para las empresas”, reconoce el pescador a La Prensa Austral.
“Prestamistas ilegales”
En la administración de la caleta Barranco Amarillo, encontramos al tesorero, Ricardo Traba, quien indicó que no daría declaraciones a medios por tener intereses con una de las empresas de centolla. Más tarde, logramos conversar con el presidente de la caleta de Pescadores, Jaime Cosme, para conocer cómo se han visto afectados los trabajadores por este caso en investigación.
Según explica Cosme, “la empresa que aparece como “delatora” está lejos de ser buena como ha querido aparecer, de hecho fue la que más daño hizo y su acción demuestra que actuó sólo para salvarse”. Actualmente cuentan con asesoría legal para presentar acciones como afectados y víctimas.
Una de las motivaciones para emprender la acción judicial es que dicha pesquera “le quitó embarcaciones a varios colegas”, señala Cosme. ¿Cómo funcionaba esto? “Todas las empresas hacen de prestamistas ilegales. Es decir, le pasan plata adelantada a los acarreadores. Y adelantan 200, 300, 500 millones para que puedan salir a comprar. Pero le dejan hipotecada las lanchas. Y si después les va mal, como con la pandemia en su momento que la gente no podía salir, la gente se endeudó. Algunos estaban hipotecando hasta las casas”.
El registro que quedó de estos préstamos está en las notarías, puesto que se firmaban contratos notariales para el préstamo de dinero, los que estaban sujeto a estas hipotecas. También establecen ahí que “no le puedan vender a otro y tener venta exclusiva”, sostiene Cosme. “Y el contrato es unilateral, la empresa es la que pone las condiciones. Solo queda firmar”.
Diálogos de colusión
En la edición de este lunes La Prensa Austral publicó extractos de las conversaciones que los ejecutivos de la empresas sostenían para mantener los precios de la centolla a la baja, conforme a lo establecido en la investigación que instruyó la Fiscalía Nacional Económica. Una de las declaraciones, atribuida a Ricardo Anguiano (Eldap) en conversación con Mauricio Inostroza (Pesquera Cabo Froward), vino en realidad de este último al gerente de Eldap, cuando señaló: “Nosotros hemos tratado de mantener el precio abajo como siempre lo hemos conversado y ahí lo tenía yo mantenido”, para agregar que “estamos tratando de decir siempre: “oye mantengan el precio po”, si el precio tiene un tope”. La conversación en efecto fue entre ellos dos.




