La Big Band del Liceo Luis Alberto Barrera celebra su trayectoria y proyección nacional
- Estudiantes de distintos cursos, guiados por el profesor Arturo Rodríguez Soto, se transformaron en un referente musical. La banda fue recientemente elegida por Corfobae para protagonizar un concierto pedagógico que se replicará en todo Chile.
La música es uno de los sello distintivos del Liceo Luis Alberto Barrera de Punta Arenas. Bajo la dirección del profesor de música Arturo Guillermo Rodríguez Soto, la Big band del establecimiento ha evolucionado en seis años hasta consolidarse una de las principales orquestas estudiantiles de Magallanes, alcanzando un reconocimiento que traspasa las fronteras regionales.
El docente recordó que el proyecto nació con un objetivo claro: reunir en una gran orquesta a estudiantes que participaban en talleres o agrupaciones musicales dispersas dentro del liceo. “La idea era juntarlos a todos en una gran orquesta, y que mi especialidad son las orquestas de viento, específicamente las de formato Big Band. Fue un proyecto que se propuso a la dirección y que ellos apoyaron y empezamos a trabajar hace unos 5 o 6 años atrás”, señaló.
Hoy, alrededor de 55 jóvenes forman parte de la iniciativa, aunque son entre 25 y 30 quienes habitualmente suben al escenario. El resto corresponde a estudiantes en etapa de aprendizaje que se preparan para incorporarse a la formación principal. Todos utilizan instrumentos del establecimiento, adquiridos gracias a proyectos y al apoyo de la comunidad educativa.
“El principal logro yo creo que es que se nos reconozca, nos hemos ganado un espacio dentro de las orquestas acá en Punta Arenas. Somos reconocidos como la Big Band estudiantil de Magallanes”, destacó Arturo Rodríguez.
Uno de los hitos recientes de la agrupación fue su selección por parte de la Corporación de Fomento de Bandas Estudiantiles (Corfobae) para realizar un concierto pedagógico educativo que se replicará en todo Chile. “La invitación consiste en organizar un concierto abierto a la comunidad en donde nosotros tocamos alrededor de cinco o seis temas y vamos compartiendo con los espectadores que ojalá fuesen niños, jóvenes, en donde les vamos explicando cómo son los instrumentos, a qué familias pertenecen, cuáles son las alturas y las notas que pueden dar”, explicó el director, adelantando que la actividad se llevará a cabo en el Centro Cultural de Punta Arenas o en alguna institución educativa que quiera recibir el evento.
El entusiasmo de los estudiantes es evidente. Alvaro Sánchez Pérez, de segundo medio A, se integró en septiembre de 2023 para tocar saxofón. “Comencé a tocar el saxofón porque el profe Arturo necesitaba gente. Al principio me costó, pero después, cuando estuve practicando, mejoré. Ahora me gusta tocar y me gustaría seguir con la orquesta”, comentó el estudiante.
Del cuarto medio B, Rubén Luna Romero se convirtió en saxofonista tras ingresar al liceo en 2022 y fue a sugerencia de una compañera, que pensó que le gustaría. Reconoció que al inicio no tenía conocimientos musicales, pero que el aprendizaje fue posible gracias a la metodología del profesor. “Al principio sí costaba porque no sabía nada de ritmo, notas, nada. Pero con la ayuda del profe fue fácil aprender”, aseguró.
Otro de los integrantes que se despide este año de la enseñanza media es Joaquín Parra Arteaga, estudiante de cuarto medio B, quien llegó al liceo en 2021 proveniente del Liceo Politécnico Cardenal Raul Silva Henriquez. Aunque en un comienzo se integró como guitarrista, pronto cumplió su sueño de tocar el bajo. “Siempre había querido tocar bajo en esta orquesta porque la vi y fue como, oh qué cosa más linda, quiero formar parte de esto”, relató.
Las presentaciones en vivo, especialmente las que forman parte de los aniversarios del liceo y que se transmiten a través de internet, representan un momento especial para los integrantes.
Los ensayos se intensifican durante las semanas previas, lo que exige compromiso y disciplina de cada uno. Sin embargo, la experiencia también les ha permitido superar la timidez inicial y adquirir seguridad frente al público. “Estos cuatro años que llevo en la orquesta ya perdí el miedo escénico, me emociono más que miedo o timidez. Y los chicos nuevos están tocando muy bien, aprenden más rápido que nosotros, la antigua generación de la orquesta”, expresó Rubén Luna.
Para Arturo Rodríguez, lo más valioso es que la Big Band se ha transformado en un espacio de encuentro y desarrollo artístico que ha dejado huella en la comunidad. “Más allá de los conciertos, lo importante es instaurar una cultura musical dentro del liceo. El liceo ya no se puede sacar esa chapa de artistas”, concluyó.




