“Nudos críticos” que estrangulan inversión: 48% de los proyectos sociales del Gore presentan 0% de avance físico
Lucas Ulloa Intveen
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Mientras pobladores de Punta Arenas arriesgan el colapso de pozos negros y comunidades aisladas como Puerto Edén sobreviven con generadores obsoletos, los fondos destinados a solucionar estos problemas parecen atrapados en una maraña burocrática. Así lo revela un informe del gobierno regional, que muestra que el 48% de sus proyectos de inversión social presentan un 0% de avance físico.
En septiembre, la División de Infraestructura y Transportes (Dit) del Gore presentó un informe sobre el estado de las iniciativas de inversión vigentes. Son 31 proyectos en distintas etapas de avance físico o financiero, con obstáculos y gestiones pendientes para su materialización. Las iniciativas se clasifican en categorías como servicios básicos, infraestructura o equipamiento. Del total, 15 presentan un 0% de avance físico y 12 enfrentan “nudos críticos”.
Las 31 iniciativas que impulsa el Gore Magallanes no son solo un listado de proyectos, sino un registro de necesidades sociales urgentes que enfrentan barreras burocráticas y técnicas, comúnmente denominadas “nudos críticos”. Durante junio, la Dit identificó “12 iniciativas con nudos críticos o gestiones pendientes que afectan el avance de la cartera de inversión”, según indica el informe de gestión mensual elaborado el 11 de septiembre y aprobado al día siguiente.
Las cifras de la cartera total alcanzan un monto estimado de $45 mil 431 millones 996 mil, mientras que los contratos vigentes (en etapas de contratación y ejecución) suman $12 mil 705 millones 493 mil, con pagos acumulados por $5 mil 252 millones 882 mil.
Como se verá con mayor detalle, los proyectos abordan problemas sociales vigentes en Magallanes: riesgos sanitarios por colapsos de pozos negros, pobreza energética, aislamiento en Puerto Edén -que requiere pasarelas, conectividad y medios de emergencia-, además de la necesidad de dotar de servicios básicos a las localidades rurales y fortalecer la gestión de residuos.
Los proyectos varían en sus obstáculos, aunque el éxito de esta cartera de inversión es crucial para dotar de servicios básicos y mejorar la calidad de vida de miles de habitantes. Sin embargo, persisten fallas sistémicas que impiden que los Fondos Nacionales de Desarrollo Regional (FNDR) se transformen en soluciones efectivas, especialmente en sectores periurbanos y zonas extremas como Puerto Edén.
Crisis sanitaria
y saneamientos
El primer proyecto del listado es la “Construcción del Sistema de Recolección de Aguas Servidas, Sector Sur, Punta Arenas”, en etapa de ejecución, con un 76% de avance físico. Se mantiene la suspensión del plazo de la consultoría de diseño en la etapa 3 de un total de 4, ya que debe obtenerse la aprobación de la Dirección General De Aguas para la modificación de cauces. El 21 de agosto se envió un oficio solicitando “información del estado actual del proceso de aprobación de la modificación de los cauces de los ríos Leñadura y de los Ciervos”. Además, se resolvió no ingresar a Evaluación Ambiental.
Otra iniciativa es el “Programa de Emergencia Sanitaria, varios sectores de Punta Arenas”, con un 21% de avance. “La primera de cuatro campañas se encuentra finalizada sin observaciones”, indica el documento. El proyecto implica que el Gore contrate servicios de limpieza de fosas y pozos desde Pampa Redonda hasta el Loteo Llau Llau, sectores declarados en riesgo sanitario. Considera la limpieza de sistemas particulares de aguas servidas en 352 viviendas.
Similar es la situación del proyecto “Ampliación Red de Agua Potable y Alcantarillado, varios sectores”, con 0% de avance físico y financiero. El principal nudo crítico radica en las “demoras importantes en las respuestas técnicas por parte de Aguas Magallanes, por lo que será la DIT quien asumirá las labores de formulación que el convenio de colaboración establece como responsabilidad de dicha empresa”.
Otro caso de saneamiento está en Primavera, con la “Habilitación y Mejoramiento del Sistema de Recolección y Tratamiento de Aguas Servidas, Cerro Sombrero”. Este proyecto presenta 0% de avance físico y se encuentra en proceso de licitación desde el 21 de julio. El sistema de aguas servidas fue construido entre 2013 y 2015, pero actualmente “se encuentra inundado, detenido y con problemas de operación, por lo que sus descargas domiciliarias no poseen tratamiento y son vertidas, en parte, al río Side y a terrenos cercanos por rebose de las plantas”.
Un megaproyecto en esta categoría es la “Construcción del Centro de Gestión de Residuos Sólidos, Magallanes”, que llevaba un 40% de avance físico, pero cuyo contrato debió suspenderse por “falta de antecedentes hidrogeológicos necesarios para avanzar en la ingeniería de detalle”. Se remitió un oficio al Servicio de Evaluación Ambiental (Sea) solicitando la ratificación de los permisos sectoriales, así como otro al Ministerio de Desarrollo Social (Mideso) para determinar si corresponde una reevaluación del proyecto.
Pobreza energética
Otro de los problemas recurrentes es el acceso de los pobladores periurbanos a redes de gas y electricidad, obligados a usar leña o gas licuado para calefacción, lo que implica altos costos y bajo confort térmico. En este ámbito figura el proyecto “Construcción Red de Gas Natural Ojo Bueno-Calafate-Robledal, Punta Arenas”, con 0% de avance físico. Se esperan respuestas del Ministerio de Energía, mientras se “elabora una adenda al convenio de subsidio con Gasco, en atención a observaciones formuladas por la Contraloría”.
En electrificación rural, varios proyectos están detenidos. Solo en Punta Arenas hay al menos seis con 0% de avance y un mismo nudo crítico: “Gestionar reunión con el Ministerio de Desarrollo Social y Familia para aclarar aspectos normativos que inciden en la formulación de proyectos de electrificación rural priorizados, con el fin de viabilizar su ejecución. A la espera de la formalización del aporte financiero de Edelmag”.
En esa situación se encuentran los proyectos de electrificación para Robledal, Monte Verde, Las Loicas, Ojo Bueno y Leñadura, en su mayoría con insumos pendientes de la empresa eléctrica, como análisis de factibilidad y compromisos de aporte financiero.
El caso de Puerto Edén
Punto aparte es Puerto Edén, que cuenta con un “Plan de Desarrollo de Zonas Rezagadas” y múltiples iniciativas detenidas, entrampadas o en proceso de reformulación pese a que los recursos ya fueron transferidos.
Uno de ellos es el proyecto “Reposición Sala de Máquinas y Sistema de Almacenamiento de Combustibles, Puerto Edén”, con 137 beneficiarios directos, un monto total de $93 millones y un 100% de avance financiero, pero solo un 31% de avance físico. “Se está realizando análisis técnico para iniciar la reevaluación de la iniciativa”, señala el informe. La infraestructura actual data de los años 60 y fue concebida para un pequeño generador, sin condiciones de ventilación ni seguridad adecuadas.
Otra iniciativa depende de la concreción de esa obra: la “Reposición del Sistema de Generación Diésel, Puerto Edén”. Los actuales grupos electrógenos, con cinco años de uso, operan 14 horas diarias y presentan constantes fallas, provocando cortes de energía en toda la localidad. Se requiere “contar con capacidad de generación al menos por un periodo de cuatro años, hasta que se logre poner en marcha la generación hidroeléctrica que permita el suministro continuo”.
También figura la “Reposición y Ampliación de Pasarelas, Sector Alto, Puerto Edén”, con 69% de avance físico. Los contratos están suspendidos, la iniciativa fue reevaluada y se tramitan estados de pago pendientes. Se han pagado $740 millones de los $1.251 millones totales, lo que representa un 59% de avance financiero.
Pendiente está, además, el proyecto “Adquisición de Embarcación de Apoyo Logístico y Extinción de Incendios”, sin avances, traspasado a la Municipalidad de Natales como unidad técnica. El municipio solicitó la reevaluación para adquirir dos embarcaciones y deberá gestionar la regularización ante la Subdere.
El panorama que dibuja este informe es el de una región atrapada entre la urgencia de sus necesidades básicas y la lentitud de los engranajes administrativos. Los “nudos críticos” no son solo conceptos en un documento: se traducen en familias sin calefacción, en riesgos sanitarios latentes y en comunidades enteras esperando una conectividad vital. Desatar esos nudos requiere más que oficios y reuniones; exige voluntad política, coordinación interinstitucional y un cambio de prioridades que transforme los fondos FNDR en obras concretas que, finalmente, lleguen a la gente.




