Punta Arenas construirá el acuario polar más ambicioso de Latinoamérica
Será un trozo de Antártica en medio de la ciudad más austral de Chile continental. Así se describe al futuro acuario polar que tendrá el Centro Antártico Internacional (Cai) y que exhibirá más de 90 especies del océano Austral.
El Cai -que se emplazará en la costanera del estrecho de Magallanes- no será sólo otro edificio moderno, sino un portal viviente al mundo oculto del océano Austral. Este centro combinara ciencia, exhibición, cultura y turismo, con un acuario polar que permitirá ver especies antárticas vivas -peces, crustáceos, moluscos, equinodermos- que antes solo podían observarse en expediciones alejadas.
El proyecto es un sueño largamente acariciado por Magallanes, que desde los años 90 imaginaba un espacio que integrara investigación, divulgación y turismo cultural. Ahora, con el respaldo del Instituto Antártico Chileno (Inach), el gobierno regional, la Universidad de Magallanes y el Ministerio de Ciencias, ese anhelo se hace tangible.
Según Ricardo Faúndez, jefe de Proyectos de Inach, este edificio será “un ícono arquitectónico y cultural”, comparable en prestigio a grandes hitos mundiales, capaz de consolidar a Punta Arenas como la puerta de entrada al continente blanco.
Uno de los grandes desafíos del proyecto ha sido técnico, pues se ha debido reproducir en plena costanera las condiciones antárticas y mantener vivas especies extremadamente sensibles al cambio en ambientes controlados. Desde 2017, investigadores y biólogos han desarrollado prototipos de acuario experimental, aprendiendo a regular temperatura, salinidad, alimentación, comportamiento -y ya cuentan con más de 40 especies mantenidas con éxito en cautiverio, algunas por más de cuatro años.
El aspecto científico es central, pues el acuario permitirá realizar investigaciones sobre bioindicadores del cambio climático, estudiar organismos como la almeja Laternula elliptica o el pez Harpagifer, y evaluar cómo reaccionan especies frente a contaminantes emergentes o variaciones ambientales.
Pero el Cai no es únicamente ciencia. También está pensado como una herramienta cultural y educativa. Ya se usan los prototipos para visitas escolares, prácticas universitarias y actividades que acercan a la comunidad magallánica al conocimiento antártico. El centro ampliará estas actividades con exhibiciones museográficas que mostrarán cómo los ecosistemas subantárticos y antárticos están íntimamente conectados con los mares australes y el clima global.
En términos turísticos, el impacto esperado es grande. Se estima que quienes visitan Torres del Paine alargarán su estadía en Punta Arenas para disfrutar esta nueva oferta. Más alojamiento, más servicios, más oportunidades para los productores locales. Así, el Cai busca incentivar los encadenamientos productivos regionales.
Con más de 5.600 metros cuadrados de museografía, 3.600 metros cuadrados de laboratorios de clase mundial, acuarios con más de 90 especies y más de 123 metros cúbicos de volumen de agua, el Cai constituye una apuesta grande que abarca los ámbitos científico, cultural, turístico y simbólico.
Cuando abra sus puertas, Punta Arenas será la única ciudad latinoamericana donde se podrá observar vida marina polar sin cruzar el océano, algo que hasta ahora parecía sólo posible en expediciones especiales.
Inach




