Falta de estudios hidrogeológicos tiene paralizado el nuevo relleno sanitario de la provincia de Magallanes

• Cada habitante genera 1,17 kilos diarios de basura, mientras el único vertedero habilitado expiró su vida útil. El retraso en la construcción del nuevo centro de gestión agrava una crisis marcada por la burocracia, altos costos logísticos y bajo reciclaje.

La construcción del Centro de Gestión de Residuos Sólidos Magallanes parece ser un cuento de nunca acabar. En febrero próximo se cumplirán cinco años desde que se firmó el contrato con la Unión Temporal de Proveedores entre las empresas Idom S.A. e Ingam Ltda., el cual permanece suspendido debido a la falta de antecedentes hidrogeológicos validados, necesarios para avanzar en la ingeniería de detalle. Esta situación mantiene estancado el desarrollo de la siguiente etapa del proyecto.

Según un informe de la División de Infraestructura y Transporte del gobierno regional, el último avance registrado fue el envío de un oficio al Servicio de Evaluación Ambiental solicitando la ratificación de los permisos sectoriales, y otro al Ministerio de Desarrollo Social con el fin de determinar si corresponde realizar una reevaluación del proyecto que incluya el estudio hidrogeológico.

Hasta la fecha, se han desembolsado $164 millones a la Unión Temporal de Proveedores, de los $457 millones asignados para la etapa de diseño.

“Los plazos han sido laxos y la municipalidad no fue considerada como contraparte técnica desde el inicio. Sólo ahora se nos informa que seremos responsables de administrar el futuro relleno sanitario, después de siete años de espera”, afirmó el alcalde Claudio Radonich.

En paralelo, la municipalidad trabaja en un estudio para evaluar la compra o arriendo de maquinaria pesada que permita extender la vida útil del actual vertedero mediante la compactación y redistribución de residuos.

“Lo que falta es voluntad política y decisión ejecutiva para empujar estas iniciativas que afectan directamente la calidad de vida de las personas”, advirtió el concejal Germán Flores. “Este proyecto ha sido víctima de la burocracia”.

De acuerdo con el Servicio de Evaluación Ambiental, el futuro centro, que busca responder a las necesidades de la provincia de Magallanes y de la comuna de Cabo de Hornos, cuenta con Resolución de Calificación Ambiental desde el 19 de octubre de 2023. En el expediente ambiental, de más de 80 páginas, se detallan las características del proyecto y las medidas de mitigación ante posibles impactos. Según el cronograma original, su construcción debió comenzar en enero del año pasado y la operación arrancar hace diez meses. Sin embargo, en noviembre de 2024, el gobernador Jorge Flies aseguró que la obra sería licitada y construida durante este año, algo que, a menos de tres meses de finalizar 2025, aún no se cumple.

El nuevo vertedero de Punta Arenas tendrá un costo aproximado de 20 millones de dólares, abarcará una superficie de 154 hectáreas y se proyecta que funcionará durante 41 años. Su ubicación está prevista a 18 kilómetros al sur de la capital regional, en el sector de Leñadura, y estará rodeado por una malla metálica de 1,8 metros de altura para evitar la dispersión de residuos por acción del viento. Se espera que reciba 225 toneladas métricas de desechos al día.

Crisis de residuos

Punta Arenas, al igual que el resto de Magallanes, enfrenta una silenciosa crisis en materia de residuos. La región, reconocida como la puerta de entrada a la Antártica, genera 1,17 kilos de basura por habitante al día, superando el promedio nacional de 1,09 kilos y ubicándose como la quinta región que más residuos produce en el país.

Así lo revela la Radiografía de los Residuos Domiciliarios Municipales, elaborada por la consultora Kyklos y la Asociación Chilena de Municipalidades (AChM), que recopiló información de 333 comunas -el 97% del total nacional- y abarcó a más de 19 millones de habitantes.

Actualmente, los residuos en Magallanes se disponen en cinco basurales y un sólo vertedero, ubicado en Punta Arenas. Este recinto, si bien está formalmente caducado, continúa operando por la falta de alternativas. En 2024, se depositaron más de 39 millones de kilos de basura domiciliaria en el vertedero municipal de Leñadura, cuya concesión vigente vence en septiembre del próximo año. La cifra representa una disminución del 10% respecto al año anterior, cuando se alcanzaron los 43 millones de kilos de residuos sólidos domiciliarios.

El costo de gestión por tonelada de residuos en la región alcanza los $55.000, levemente por debajo del promedio nacional de $61.000. Sin embargo, más del 90% de este gasto se destina exclusivamente a logística, muy por sobre el promedio nacional, que alcanza un 76%. La mitad de los contratos logísticos en la región están externalizados, y el 50% de ellos opera bajo esquemas de costo fijo mensual. En Punta Arenas, por ejemplo, el contrato con la empresa Transporte Carlos Estrada Ltda. considera la recolección tanto en zonas urbanas como rurales, e incluye el recambio de contenedores en condominios sociales. Durante 2024 se instalaron 98 nuevos contenedores en sectores como Archipiélago de Chiloé y Pueblos Unidos.

Pese a estos esfuerzos, la dispersión de residuos sigue siendo un problema. En la región se han detectado 27 microbasurales, lo que equivale a 0,2 microbasurales por cada mil habitantes. Sólo cuatro comunas entregaron información sobre esta problemática, lo que sugiere un subregistro que oculta la magnitud real del fenómeno. Durante el año pasado se realizaron 34 operativos de limpieza, con una recolección de 373 mil kilos de residuos, una cifra aún lejana del peak registrado en 2021, cuando se retiraron 741 mil kilos.

Sólo por concepto de derechos de aseo, la Municipalidad de Punta Arenas recibió $1.907 millones. Para la administración del vertedero, el municipio destina más de $1.319 millones. El contrato vigente con la empresa Ingeniería Hollemberg SPA considera la construcción de celdas para residuos domiciliarios, residuos asimilables y residuos especiales de salud.

Reducir el volumen

Con el objetivo de disminuir la presión sobre el Vertedero Municipal de Leñadura, la administración municipal ha impulsado una serie de acciones para aumentar la capacidad de reciclaje en la ciudad y reducir así el volumen de residuos que llega diariamente al recinto.

Según datos entregados en la última cuenta pública, durante el año pasado se reciclaron 76,6 toneladas de cartón, lo que equivale a evitar la tala de 1.064 árboles. Asimismo, se reciclaron 5,6 toneladas de plástico, transformadas en madera plástica, lo que representa más de 81 mil botellas PET1, y se retiraron 1.600 toneladas de vidrio.

Sin embargo, la Radiografía de los Residuos Domiciliarios Municipales muestra que la recuperación de residuos en Magallanes sigue siendo baja: 4,1 kilos por persona en 2023, frente al promedio nacional de 5,2. Aun así, el estudio evidencia un crecimiento sostenido en la región. De las 333 comunas analizadas, 269 -equivalente al 80,7%- declararon reciclar al menos un material, incluyendo las nueve comunas de la provincia de Magallanes.