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Neurociencia en Magallanes: los desafíos del clima extremo en la salud cerebral

Sábado 18 de Octubre del 2025

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  • Un estudio revela que el deterioro cognitivo es más marcado en la región debido a factores climáticos y de estilo de vida, pero las consecuencias son reversibles.

 

El clima extremo de Magallanes no solo afecta la vida cotidiana de sus habitantes, también tiene un impacto significativo en la salud cerebral, especialmente en adultos mayores y deportistas. Así lo revela Cristián Núñez Espinosa, doctor en fisiología e investigador de la Escuela de Medicina de la Universidad de Magallanes (Umag), quien lidera estudios pioneros sobre neurociencia en la región austral.

“La neurociencia está en el día a día de nosotros. El sistema nervioso es una red increíble de comunicación que tiene nuestro cuerpo para sobrevivir”, explica Núñez Espinosa, quien dirige el grupo Nimach (Neurofisiología Integrativa Molecular Austral), enfocado en responder problemáticas específicas de la región.

Núñez Espinosa y Diego Mabe-Castro (estudiante de Kinesiología) lideraron el estudio “Fragilidad, Estaciones y Calidad de Vida en Personas Mayores de Altas Latitudes Australes” (ver recuadro).

El invierno magallánico
y el cerebro

Una de las conclusiones más preocupantes del estudio es que los adultos mayores de Magallanes presentan un deterioro cognitivo más marcado en comparación con otras regiones de Chile. Las pruebas realizadas a más de 100 personas muestran valores más bajos en general que en el resto del país.

El investigador identifica varios factores relacionados con el invierno austral: la disminución de la actividad física, el aislamiento social y una alimentación menos equilibrada. “Durante el invierno, hay proteínas que son sinónimo de neuroplasticidad cerebral que se ven disminuidas. Es decir, una persona puede tener esta neuroplasticidad muy bien creada, y el invierno la merma”, señala.

Sin embargo, Núñez Espinosa es enfático en que esta situación es reversible. “No es algo que no se pueda solucionar. Tengo la posibilidad de revertirlo, pero tengo que hacer algo por ello. Tengo que moverme, tengo que aprender, tengo que saber que esto sucede”, afirma.

El ejercicio como
medicina cerebral

El especialista destaca que el ejercicio físico es “un potente factor neurotrófico”, es decir, genera la posibilidad de crear nuevas neuronas. Y no se requiere pasar horas en el gimnasio para obtener beneficios.

“Cada movimiento ya es una información que el sistema nervioso está llevando al cerebro”, explica. Incluso recomienda cambiar las rutas habituales al caminar: “Si tú caminas todos los días de tu casa al supermercado, busca otra ruta. Enfréntate a nuevos desafíos, apréndete los nombres de las calles nuevas, observa cuántas casas con perros hay. Toda esa actividad va generando nuevas conexiones neuronales”.

El sedentarismo, agravado por factores como la televisión y el uso excesivo de tecnología sin movimiento, es uno de los principales enemigos de la salud cerebral. “Es muy fácil después de almuerzo, en vez de hacer algo, moverme un poco, ver una teleserie”, advierte el investigador sobre hábitos que se acentúan durante el frío invernal.

Deportistas: ventajas y desventajas del extremo sur

Los deportistas magallánicos enfrentan desafíos únicos. Entrenar con frío intenso y cambios estacionales marcados requiere adaptaciones especiales y mayor conocimiento sobre cómo responde el cuerpo en estas condiciones.

“Un deportista que se forja en esta región es mucho más resiliente que otro deportista, está mucho más capacitado para vencer adversidades”, sostiene Núñez Espinosa. Sin embargo, advierte que muchos atletas locales desconocen cómo los cambios estacionales y el clima frío afectan su sistema nervioso autónomo, lo que puede aumentar el riesgo de lesiones.

El investigador también destaca casos de deportistas que aprovechan las condiciones extremas como ventaja, como los nadadores de aguas gélidas y aguas abiertas, para quienes el clima frío de la región representa un plus que no existe en otras zonas del país.

La conexión entre
cerebro y corazón

Uno de los hallazgos más relevantes del grupo Nimach es la clara comunicación entre el cerebro y el corazón. “Si el corazón anda bien, es decir, hago deporte, me alimento bien, duermo lo que tengo que dormir, el cerebro también responde positivamente”, explica el investigador.

Esta conexión es bidireccional: el estrés, las noticias negativas y el aislamiento social también afectan la cognición. Por eso, Núñez Espinosa insiste en la importancia de la sociabilización. “Un ser social es un ser que vive más tiempo y de mucha mejor manera”, afirma.

Investigación
en la Antártica

El grupo de investigación también ha estudiado a científicos y trabajadores que viajan a la Antártica, donde enfrentan desafíos similares pero intensificados: aislamiento prolongado, cambios hormonales, alteraciones del sueño por la luz continua del verano austral y, en muchos casos, falta de preparación física adecuada.

“La sociabilización es muy importante. Si yo no sociabilizo, no tengo un buen vínculo con ese grupo, me puede producir problemas psicológicos importantes que merman en mi salud física”, advierte el investigador, citando estudios sobre aislamiento en condiciones extremas.

Investigación local para problemas locales

Todos estos estudios están disponibles en Arca Umag, el repositorio académico de la universidad. “Esta información es creada con población magallánica. Evaluamos personas y sabemos que esto sucede acá en Magallanes”, destaca Núñez Espinosa, quien invita a la comunidad a contactar al grupo Nimach para participar en futuras investigaciones.

La invitación del investigador es clara: conocer cómo el entorno afecta la salud cerebral es el primer paso para tomar acción. “Si yo tengo la información y sé que esto sucede en Magallanes, entonces puedo tomar acción en ello y prevenir ciertas situaciones”, concluye.

 

Estudio “Fragilidad, Estaciones
y Calidad de Vida en las Personas
Mayores de Altas Latitudes Australes”

La problemática que planteó la investigación fue que vivir en el extremo sur, como en la Región de Magallanes, presenta desafíos únicos para los adultos mayores, especialmente en términos de fragilidad y sensibilidad a los cambios estacionales. 

La fragilidad, una condición que reduce la capacidad del cuerpo para enfrentar el estrés, junto con los cambios en el estado de ánimo y la salud según la época del año, pueden afectar significativamente la calidad de vida de estas personas.
El estudio involucró a 118 adultos mayores de la Región de Magallanes. Se utilizaron cuestionarios para medir la fragilidad, la sensibilidad estacional y la calidad de vida relacionada con la salud. El objetivo era comprender cómo estas condiciones afectan el bienestar de los adultos mayores en altas latitudes australes.

Resultados 

Los resultados clave incluyen:

Un menor nivel educativo se asoció con un mayor riesgo de fragilidad.

Cuanto más grave es la fragilidad, peor es la calidad de vida relacionada con la salud.

Las personas más afectadas por los cambios estacionales tienden a reportar una menor calidad de vida.

Conclusiones y Proyecciones

El estudio sugiere varias medidas para mejorar la calidad de vida de los adultos mayores en estas regiones:

Brindar apoyo a quienes tienen menos acceso a educación para reducir el riesgo de fragilidad.

Fomentar la práctica de deportes y la socialización para fortalecer tanto el cuerpo como la mente.

Identificar cómo los cambios de estación afectan la salud y tomar medidas preventivas.

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