Colegios de Magallanes anticipan la prohibición de celulares y reportan mejoras en convivencia y aprendizaje

• El Colegio Charles Darwin y la Escuela Arturo Prat en Punta Arenas, junto
  a la Escuela Bernardo O’Higgins en Natales, implementaron políticas que restringen los celulares en los cursos de básica, logrando menor distracción,
  más interacción entre los estudiantes y un ambiente escolar más seguro.

En varios colegios de Magallanes, los celulares dejaron de ser un elemento cotidiano en las aulas, ello mientras en el Congreso aún se discute la ley que regula su uso. En el Colegio Charles Darwin y la Escuela Prat de Punta Arenas, así como en la Escuela Bernardo O’Higgins de Natales, directores, docentes y familias acordaron limitar el acceso de los estudiantes a estos dispositivos, con resultados inmediatos en la convivencia y el aprendizaje.

Beatriz Schmidt, directora de la Escuela Arturo Prat, dio a conocer cómo surgió la medida: “Hubo una reunión con los padres donde se abordó la situación de convivencia que tenía mucho que ver con el teléfono. Así fue como los padres acordaron que los estudiantes no trajeran el celular o que se les prohibiera su uso en la sala. Todos los papás de los octavos estuvieron de acuerdo, y firmaron el registro de autorización, que se comprometían a que los niños no iban a traer el celular al establecimiento, y si lo traían, tenían que entregarlo a la dirección a las 8 de la mañana, y se les devolvía a las 15.25, al salir”, sostuvo la directora docente.

La medida se amplió a otros cursos. “Los papás de séptimo se enteraron de que habíamos aplicado ese modo de funcionamiento con los celulares a octavo, y solicitaron que se les haga lo mismo. Por lo tanto los niños de séptimo también pasan a dejar su celular a la llegada y lo retiran al salir”, enfatizó.

Schmidt aseguró que la política también ha fomentado la interacción entre los estudiantes: “Ahora los niños han aprendido a jugar a otras cosas, tienen más convivencia entre ellos. Antes, en el recreo, estaban todos pendientes del celular, algunos jugando en línea y otros mandando mensajes, y no interactuaban entre ellos”.

En Natales, la Escuela Bernardo O’Higgins también implementó esta disposición. Nieves Raín, su directora, dijo que desde 2024 se buscó abordar los problemas de distracción y acoso relacionados con el celular: “Empezamos a conversar del tema con los profesores, con los papás, estábamos todos de acuerdo que estaba afectando el aprendizaje y también las relaciones entre los niños. Y nos pusimos de acuerdo entre todos y dijimos ya, se acaban los celulares”.

Según la educadora, la norma ha sido bien recepcionada por los propios estudiantes. “Ellos dicen que están muy contentos de no tener celular, porque ahora pueden jugar, conversar y ser amigos. Mientras están en el establecimiento, de 8 a 15.30, no usan celular. Y salvo que haya una emergencia, lo hacen bajo supervisión de un funcionario”.

Ambas directoras coinciden en que la iniciativa permite evitar distracciones y disminuye la exposición a las pantallas. Asimismo, se ha alertado del peligro de la interacción con personas que conocen sólo a través de redes sociales o en los chats de los juegos.

Estas medidas coinciden con el proyecto de ley actualmente en trámite en el Senado, que regula el uso de celulares desde parvularia hasta educación media, promoviendo la interacción social, el uso responsable de la tecnología y limitando los dispositivos sólo para actividades curriculares, emergencias o necesidades educativas especiales. Con esta anticipación, los colegios de Magallanes demuestran que es posible equilibrar la conectividad y la educación, fomentando un ambiente más seguro y centrado en el aprendizaje, mientras se involucra activamente a las familias en la regulación del uso de tecnología.