Necrológicas

Jornadas, entre el nuevo triunfo y la deuda presidencial

Por La Prensa Austral Lunes 27 de Octubre del 2025
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Una vez más, Magallanes demostró su temple. En una sesión agónica que se extendió hasta las dos de la madrugada del domingo, los magallánicos cumplieron la meta de las Jornadas por la Rehabilitación, recaudando la suma de $1.301.313.210, superando el objetivo establecido en más de $80 millones. 

Este esfuerzo colectivo es un profundo orgullo que da respuesta a los más de 3.000 pacientes que el Centro de Rehabilitación atiende en Punta Arenas, Natales, Porvenir y, próximamente, Puerto Williams.

Pueblos y empresas demostraron que la solidaridad no tiene precio ni distancias. Cada comuna se organizó y se hizo presente. Los aportes empresariales fueron fundamentales como siempre. Pero el corazón de la región vibró con los $3 millones recolectados por los payasitos caminantes, los $8 millones del popular Bar El Colonial y los $7 millones de la Escuela España.

Magallanes ha hecho lo que siempre ha sabido hacer: pararse solo. Con rifas, colectas y voluntariado, esta región construye su realidad de rehabilitación, recordando la promesa de Don Francisco a comienzos de los 80 de construir un centro Teletón, lo cual nunca se concretó.

Sin embargo, la alegría del triunfo no puede opacar el sabor amargo de la omisión política. Hay ausencias que pesan más que cualquier discurso y la del Presidente de la República, Gabriel Boric -magallánico, para mayor ironía-, se siente como un olvido.

Boric nuevamente no asistió a las jornadas, a pesar de las constantes invitaciones. La directiva del Club de Leones incluso viajó hasta La Moneda para entregarle la invitación en mano y, aunque en el estelar se recibía un mensaje grabado del mandatario, donde pedía a sus coterráneos “hacer suyas las jornadas”, la realidad es que su ausencia es la confirmación simbólica del centralismo que asfixia. La decepción es grande al ver que, desde el poder, el compromiso con la región se queda en los discursos. Hablar de descentralización, inclusión y equidad territorial suena cada vez más vacío cuando, ante el esfuerzo más noble de su propia gente, el Presidente no encuentra un momento para acompañar.

El esfuerzo de la comunidad fue colosal, pero la lentitud para alcanzar la meta (el bloque juvenil cerró con $490 millones, un monto que el año pasado se había logrado al mediodía) y la agonía de las últimas horas nos obligan a reflexionar sobre la presentación del evento.

El estelar de las Jornadas quedó al debe. Aunque lleno de corazón, el espectáculo no estuvo totalmente a la altura de lo esperado.

Si bien se agradecen las presentaciones de talentos como Paula Rivas, la “reina de la cumbia”, el dúo Vian Yovi, o el regreso de Jorge Aedo, es imperativo darle un giro al espectáculo que se presenta a televidentes y asistentes. La nobleza de la causa no puede sostenerse solo con nostalgia (como la cuota de Carlos Alegría) o un show de corte modesto. 

Magallanes merece un espectáculo a la altura de su esfuerzo económico y moral. Para mantener el flujo de público constante hasta altas horas de la noche y evitar jornadas tan agónicas, el Club de Leones y la organización deben buscar un mayor impacto televisivo y escénico. La rehabilitación no se promete; se trabaja todos los días. Y el evento que la sostiene debe reflejar la grandiosidad de ese compromiso, superando el límite de la modestia.

El triunfo de la meta es un motivo de celebración ineludible. Pero este éxito debe ser también un espejo que refleje la deuda del poder central y la necesidad de renovar un espectáculo que debe estar a la altura de la épica solidaria magallánica.

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