Karl Wurth probará suerte en el tenis profesional
Hace varios años que Karl Wurth busca hacerse un camino en el tenis a nivel internacional, comenzando primero en Estados Unidos donde completó sus estudios de ingeniería comercial y en paralelo perfeccionó su nivel tenistico que le permitió destacar en competencias a nivel universitario.
En la actualidad está radicado en Bélgica donde busca seguir superándose en el plano deportivo con la intención de llegar a dedicarse profesionalmente a la actividad.
En contacto telefónico desde Bruselas nos señaló que “me vine a Bélgica porque quería volver a jugar tenis. No ha sido fácil ya que tuve que remarla, estudiar idiomas (francés) para comenzar a dar clases (de tenis) en el mismo idioma”.
“La adaptación al país me costó, un poco por el idioma y también la gente que se presentaba un poco cerrada al comienzo pero luego de un año, una vez que entré bien en su cultura y cuando encontré trabajo como profesor, las cosas comenzaron a mejorar”.
CLASES DE TENIS
Las clases le ha permitido solventar su estadía en el país europeo, “comencé con cinco horas y en la actualidad tengo clases particulares en una escuela de tenis y en otra que tengo junto a mi entrenador, con 25 a 30 clases semanales”.
“Con eso me alcanza para pagarme mis entrenamientos y partidos. He estado jugando en campeonatos nacionales desde que llegué a Bélgica y la competencia es de buen nivel”.
“Estoy entrenando y los resultados se están dando bastante bien, sobre todo hace un año y considero que estoy jugando en un buen nivel”.
“Tengo algunos problemas con los papeles de residencia porque pedí mi permiso de trabajo lo que por el momento no me permite salir de Bélgica. Se han tardado demasiado en la respuesta”.
“Aún no juego campeonatos profesionales. Antes lo hice pero no tenía un buen nivel. Quiero intentarlo de nuevo, me da lo mismo el lugar que alcance en el ranking pero sí jugar mejor. Estoy entrenando y participado en los Nacionales acá como parte de la preparación”.
“Ya mi entrenador a fines del año pasado me dijo que estaba jugando bien como para entrar al profesionalismo, pero ahora tengo la dificultad con los tramites de residencia”.
106 PARTIDOS
“La temporada pasada jugué 106 partidos en torneos del circuito nacional donde igual hay premios en dinero lo que conviene porque de repente son dos a la semana, no hay que moverse mucho, no gastas en hotel y los traslados son cortos”.
“También existen torneos interclubes en Francia, Alemania, Italia y Bélgica que igual son una buena opción para jugar y ganar buenas ‘lucas’. Puedes llegar entre los 600 a 1.200 dólares diarios, dependiendo de tú nivel”.
Jugó en los interclubes por el club belga Mons y ahí recibió un importante premio por ser el número uno de la región de Hannut, alcanzando el puesto 43 a nivel nacional.
“Aquí existe un sistema que se llama clases (categorías) que te ubica en el nivel que te encuentras y me propuse hace un año estar en el Top-50 y subir a la máxima clasificación antes de volver a jugar profesional”.
“Finalmente en mayo de este año subí a la categoría más alta, la serie ‘A’, gracias a que en el verano de acá, que son tres o cuatro meses, estuve jugando todas las semanas y por todo el país”.
“En un momento estuve Top-8 en el ranking nacional pero como también doy clases me afectaron y gastaron físicamente. Tenía que hacerlas porque es la forma como costeo mi estadía”.
PREPARACIÓN
“Entreno para mantenerme físicamente como siempre, sigo con el mismo entrenador, Carlos Cardemil, quien me envía los planes de entrenamiento por Internet”.
“Espero solucionar el tema de la residencia pronto porque quiero comenzar a jugar como profesional. En el verano estuve inscrito en algunos torneos, pero lamentablemente me lesioné con una fisura de meniscos que también me complicó para llegar más arriba en el ranking”.
“En Alemania quería participar en dos torneos pero tuve que retirarme por la rodilla la que todavía tiene un 80 o 90 por ciento en la recuperación”.
“Ahora igual estoy entrenando pero lo hago dos o tres veces y luego tengo que interrumpirlos para hacer cinco o seis horas de clases. Es sacrificado porque no hay mucho tiempo disponible”.




