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India, oportunidad y desafíos para la lana magallánica

Por La Prensa Austral Sábado 29 de Noviembre del 2025

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Ayer, el biministro Álvaro García visitó la bodega de Agropat como señal política de la magnitud de la oportunidad que se abre para Magallanes: por primera vez, la región podría entrar al gigantesco mercado lanero de la India, un destino con una industria textil milenaria, sedienta de volúmenes y calidades diversas. 

Tras completar los trámites sanitarios, el interés manifestado por tres empresas indias marca el inicio de un camino largamente esperado por el sector ovino, que ha vivido años de contracción, volatilidad y pérdida de competitividad.

Es un avance concreto, aunque inicial. Apenas se están enviando muestras, no hay fechas definidas para embarques y los valores de venta siguen siendo una incógnita. Pero lo relevante es que existe un mercado dispuesto a mirar a Magallanes precisamente donde la región es fuerte: la lana más gruesa, como la Corriedale, históricamente subvalorada, pero altamente demandada por India para la producción de tapices y alfombras.

Para los productores locales -especialmente los medianos y pequeños- esta apertura puede ser un punto de inflexión. Hoy Chile representa apenas el 0,2% del mercado lanero mundial, pero más del 90% de esa producción sale desde Magallanes. Es decir, cualquier mejora en precios o en volumen de exportación impacta directamente en la economía regional. Y como bien recordó el presidente de Asogama, Gerardo Otzen, la caída del stock ovino, la pérdida de praderas y la escasez hídrica han golpeado duramente al sector. El desafío, entonces, no sólo es comercial, sino que también es productivo.

De poco sirve abrir mercados si la región no logra estabilizar e incrementar su producción. Sin agua, sin recuperación de praderas y sin un plan de manejo que permita recomponer los rebaños, Magallanes difícilmente podrá volver a los 11 millones de kilos de lana de hace una década. La apertura con India debe ir acompañada de un esfuerzo del Estado y el mundo privado para invertir en infraestructura hídrica, manejo de suelos, innovación genética y fortalecimiento técnico de los planteles.

El biministro García lo sugirió con claridad al señalar que China e India son hoy los motores del comercio mundial, y lo que ocurrió con China -un mercado que partió pequeño y terminó absorbiendo la mayor parte de la lana magallánica- puede repetirse con India. Pero ese escenario dependerá, sobre todo, de la capacidad de la región de sostener y mejorar su oferta.

Además, esta oportunidad llega en un momento en que Chile busca reforzar su presencia en Asia y diversificar sus exportaciones. ProChile, Inapi y las asociaciones ganaderas ya están trabajando en una marca regional, una herramienta clave para posicionar a Magallanes no sólo como un proveedor de volumen, sino como un territorio con identidad productiva, trazabilidad y estándares que lo diferencian de Oceanía, su principal competidor.

La imagen de la autoridad recorriendo una bodega repleta de fardos no es sólo un registro documental. Es un recordatorio de que la tradición lanera de Magallanes sigue viva, aunque más frágil que nunca. La apertura a India no resolverá por sí sola los problemas estructurales del rubro, pero sí demuestra que la región puede -y debe- volver a ocupar un lugar en los mercados globales.

Convertir esta puerta recién entreabierta en un corredor comercial permanente dependerá de que Magallanes se prepare, invierta y vuelva a creer en la potencia de su histórica vocación ganadera.

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