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Madre ofreció financiar mural a la Umag a cambio de ocultar identidades de los involucrados

Domingo 7 de Diciembre del 2025

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Como quien prepara una excursión. Con tapers con comida y sacos de dormir, llegaron los tres involucrados el viernes por la tarde (28 de noviembre) con la intención de pernoctar en la Universidad de Magallanes y, cuando los pasillos de la Facultad de Humanidades se hubieran vaciado, borrar el mural del único detenido desaparecido de la región, Francisco Bettancourt.

Para un sector estudiantil, esto se trató de un acto político premeditado, perpetrado por individuos que tendrían vínculos con el Partido Republicano.

Con el correr de los días, luego surgió otra arista: la vinculación de una de las involucradas en una iglesia evangélica.

La respuesta institucional, liderada por la Rectoría de la Universidad de Magallanes (Umag), se ha centrado en el resguardo de la identidad de los autores. Fuentes estudiantiles atestiguan que desde la casa de estudios superiores se reconoció el contacto por parte de la madre de una de las involucradas. A los alumnos les indicaron que la madre “estaba dispuesta a colaborar, siempre y cuando se resguarde la identidad de las tres personas”.

Lo anterior fue consultado en el punto de prensa del rector, ofrecido el viernes pasado, encontrando respuestas disímiles entre la propia plana de la universidad. Se miraron entre ellos e indicaron: “No hemos tenido nada oficial”. Pero, minutos después, el vicerrector de Finanzas, Freddy Cabezas, interrumpió la conferencia para “precisar” de que sí recibieron una llamada.

Este reportaje se realizó en base a decenas de entrevistas con estudiantes, trabajadores, guardias y académicos de la Umag, así como declaraciones de la plana directiva. A su vez, se consultó a las policías, Fiscalía, distintas partes involucradas, como también intermediarios.

Premeditación

Un antecedente a considerar es que el mural defenestrado fue una obra aprobada por votación masiva en una asamblea estudiantil para rendir homenaje a un antiguo estudiante, víctima de la dictadura.

La vandalización del mural conmovió a una parte de la comunidad universitaria y rápidamente surgieron versiones respecto de se trataría de un hecho con ribetes políticos.

La información recabada, incluido el reconocimiento expreso por parte de la Umag, indica que los tres involucrados se escondieron en el edificio de Humanidades la noche del viernes 28 de noviembre para pernoctar. La premeditación fue confirmada por el hallazgo de “tapers con comida” y “sacos de dormir”, según lo que Freddy Cabezas indicó a los estudiantes el día lunes.

Sin embargo, uno de los puntos de mayor conflicto en el relato oficial es quién encontró a los perpetradores, existiendo tres versiones distintas. La primera fue entregada por el vicerrector Cabezas, quien indicó que fueron guardias de seguridad quienes hallaron a los sujetos en la sala 7. Luego la vicerrectora Académica, Melisa Flores, sostuvo que fue el Gope o Carabineros quienes descubrieron a los involucrados dentro de la sala, la versión más inverosímil.

El tercer relato, respaldado por estudiantes, afirma que las dos versiones anteriores son falsas. Las fuentes estudiantiles consultadas señalan que fueron trabajadoras de aseo, quienes son las encargadas de abrir las salas, las que encontraron a las tres personas durmiendo en la sala del Centros de Estudiantes de Humanidades (Cade) el sábado por la mañana (29 de noviembre).

El vicerrector Cabezas confirmó a los estudiantes que, sin tener los guardias capacidad para retener, los involucrados se retiraron del campus, siendo recogidos por la madre de una de las personas afuera de la facultad.

Cabe mencionar que estos días también se difundió un “comunicado abierto” de quienes se identificaron como integrantes de una “comunidad universitaria atemorizada”, en donde se intenta justificar el acto no como un vandalismo, sino como una respuesta a la “carga política presente en el mural”. Incluso plantearon que esto sería el “origen del conflicto”.

¿Encubrimiento?

El aparente secretismo de la Umag y la escasa información aportada por la Fiscalía contrasta con la rapidez con que los involucrados fueron identificados. Cabezas también indicó que los perpetradores utilizaron sus propias tarjetas en las máquinas expendedoras de café de Humanidades, dejando un registro de las transacciones. La única cámara en ese sector apunta justamente hacia las máquinas y en ese video fueron captados.

Además, fue reconocido que se encontró un celular como evidencia física. Toda esta información fue entregada a la Fiscalía. Este miércoles 3 de diciembre, el fiscal regional, Cristián Crisosto, reconoció que ya tendrían tres personas identificadas y que existe una causa abierta por el delito de daños. La investigación, no habiendo sido detenidos en el periodo de flagrancia, se centra en corroborar la participación en grado de autores y así citar a audiencia de formalización de cargos.

Las identificaciones de los involucrados fueron filtradas desde distintos lados. Por un lado, trabajadoras de aseo o guardias reconocieron a una de las involucradas como estudiante de la universidad. De otra de las involucradas, su identidad fue filtrada por miembros de una iglesia evangélica visitada por ella y su familia. A raíz de esto, se realizó el vínculo con Republicanos.

Fuentes dentro de la Iglesia del Señor Evangélico de Punta Arenas indicaron que una persona al interior reconoció el delito y se le llevaría a comisión de ética. Su madre buscaría pedir disculpas a la Federación de Estudiantes de la Umag y financiar la reposición del mural. La involucrada sería estudiante de otra casa de estudios técnico-profesionales; y el tercer involucrado, único hombre, la pareja de ella.

El padre de esta involucrada fue contactado por este medio, negando completamente los hechos y amenazó con buscar un abogado y tomar acciones legales si se publicaban los nombres.

Fuentes consultadas al interior de Republicanos indicaron que el partido tomó conocimiento desde los primeros días del asunto, aunque la estrategia expresa sería negarlo hasta el último minuto y amenazar con acciones legales. Por otro lado, fuentes del comando de Jara confirmaron al diario que también tenían conocimiento de la información. No obstante, ambas partes coinciden en esperar la confirmación por parte de fiscalía u otra autoridad.

“No puedo tener una opinión respecto de cosas que son rumores. Eso tiene que ver la justicia si efectivamente hay involucrados y las responsabilidades son individuales”, declaró el diputado electo Alejandro Riquelme. Reiteró nuevamente: “Las responsabilidades son individuales, no son partidarias”. Además, agregó que “cualquier delito es repudiable. No puedo justificar ningún delito si la justicia determina que eso fue así”.

Cabe señalar que, respecto de la estudiante de la Umag, el rector José Maripani aseguró que ya fueron derivados los antecedentes e identificación de esta persona a Fiscalía Universitaria y Ministerio Público.

Colaboración y
confidencialidad

La Rectoría admitió que la policía, a través de sus unidades especializadas (OS9 y Labocar), estuvo con “uno o dos de los involucrados” el fin de semana haciendo “reconocimiento de la escena”. Es clave que estas personas no estaban en calidad de detenidos, sino que prestando colaboración bajo resguardo. Según fuentes policiales, uno de los partícipes en estas diligencias sería un alumno de Derecho y se realizó un peritaje caligráfico.

Desde la Federación rechazaron la oferta y exigieron públicamente que la Umag presentara una querella por el delito de daños en contra del edificio. “No queremos disculpas, ni que nos ayuden, queremos saber quiénes fueron y ser parte de la querella”, sostuvieron estudiantes. En el punto de prensa del rector Maripani, anunció querella por el delito contra el mural.

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