Acopio de alimentos, turnos de guardia y rondas de limpieza: cómo se organiza la “toma” al interior de la Umag
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Lucas Ulloa Intveen
Lejos de ser un evento improvisado, la ocupación de la Universidad de Magallanes funciona como un micro-ecosistema altamente organizado, que se extiende a otras dependencias como el Instituto de la Patagonia. Los estudiantes han implementado en pocos días una compleja red de control de accesos, gestión de recursos y mantenimiento de la infraestructura para resguardar el campus. El último fin de semana las distintas asociaciones gremiales respaldaron a los estudiantes, mientras que se trabaja en un petitorio para luego llamar a asamblea.
La coordinación al interior se realiza mediante delegaciones de limpieza, comisiones y un estricto protocolo de vigilancia perimetral que garantiza la integridad del campus y de los participantes. En tanto, se elabora el material de difusión comunicacional, protocolos internos y los centros de estudiantes de distintas carreras han levantado comunicados respaldando la movilización.
Control y seguridad perimetral
La primera acción al iniciar la “toma” es realizar una verificación perimetral. Todos los accesos no permitidos, por donde solían ingresar personas a pasear sus perros, se sellan con tablas, sillas o pallets. Las puertas de emergencias están bloqueadas para establecer puntos fijos de ingreso. Además, otras entradas son selladas para estandarizar el flujo de personas y facilitar el resguardo de la edificación.
De esta forma, el ingreso por Avenida Comodoro Arturo Merino Benítez es el único autorizado para el personal no estudiantil, lo que incluye a funcionarios, guardias de seguridad y personal de Sodexo.
En las entradas de cada Facultad, los estudiantes mantienen un control exhaustivo del flujo de personas. Mantienen planillas de registro con nombres, apellidos y carreras, asegurando que todos estén informados de quién está dentro.
Además mantienen rondas de vigilancia, la cual es realizada por turnos, efectuando un recorrido por las instalaciones, medida fundamental para el resguardo total del campus. Estos turnos rotan cada tres horas y utilizando sistemas de radio para la comunicación entre los vigilantes, cuyo propósito es evitar la entrada de personas malintencionadas o ajenas a la “toma”.
Otra herramienta para coordinar la vigilancia permanente es el uso de un sistema de radio mediante una aplicación, que mantiene alrededor de 50 personas conectadas en tiempo real.
Como mecanismo adicional, los turnos nocturnos de vigilancias perimetrales cuentan con pulseras para identificarse más fácilmente y así reconocer también a externos.
Gestión y mantenimiento de espacios
En los distintos edificios y facultades, los estudiantes han adoptados medidas activas para prevenir daños en las instalaciones. La mayor parte de las salas, oficinas y laboratorios, están totalmente cerradas y resguardadas por las respectivas carreras, con el fin de proteger instrumentos, mediaciones y equipamiento.
Para prevenir cualquier afectación, las distintas facultades llevan una tabulación de cada implemento y mueble que pudiera verse dañado. Este control busca agrupar y mantener un flujo de información constante para resguardar el mobiliario universitario.
Se destaca que las sillas utilizadas para bloquear accesos principales provienen de Humanidades, una de las facultades con las sillas más antiguas y con menos reinversión de mobiliario. De esta forma, no se exponen las sillas nuevas.
La organización incluye delegaciones de limpieza, encargadas de mantener la higiene en los baños y en el hall. También se estableció una comisión de lienzos, encargados de la difusión gráfica de los mensajes de la movilización.
Además, servicios esenciales como el retiro de la basura siguen funcionando, con el traslado y reposición de la batea ubicada cerca de la Facultad de Ingeniería.
Logística y bienestar
La permanencia de los estudiantes se sustenta en la cooperación y el cuidado mutuo. La alimentación se basa principalmente en donaciones recibidas de fuentes tanto internas como externas, incluyendo a padres, amigos, familiares, adherentes y académicos.
La organización también abarca el Instituto de la Patagonia. En esta dependencia participan estudiantes de Arquitectura, Humanidades, Salud, Ingeniería y Biología Marina, quienes realizan rondas y también reciben alimentos. Si falta personal en el Instituto de la Patagonia, se envía gente desde el campus central.
Cada facultad, como en la de Humanidades, organiza su propia mesa de donaciones. Existe además un centro de acopio y las facultades se cooperan entre sí con la distribución de los alimentos.
Además, se mantiene la coordinación para la alimentación, permitiendo el ingreso al casino Sodexo para el almuerzo. Los estudiantes con beca de alimentación y los guardias de seguridad almuerzan juntos.
Determinadas salas han sido habilitadas por los estudiantes para realizar siestas, descanso o conversación en tranquilidad. Además se mantienen insumos básicos de higiene y salud, como paracetamol, toallitas y confort.
También han instalado carpas en puntos perimetrales para que estudiantes puedan cubrirse de la lluvia, el viento y el frio.
Convivencia
Importante para mantener el bienestar y pasar las noches, se realizan actividades lúdicas como karaokes, juegos de PlayStation, o actividades deportivas como pichangas, truco, tenis de mesa y taca-taca. Incluso, un estudiante llevó su saxofón para deleitar a cada facultad.
La asamblea plenaria no será sólo limitada a los centros de estudiantes o personas a favor de la “toma”. Se recalca que es abierta para todos y que el petitorio incluirá necesidades de cada carrera, velando por beneficios para todos los estudiantes.




