Patagonia inicia ruta estratégica hacia una ganadería que secuestra carbono en los suelos
La Patagonia siempre ha vivido de sus suelos. Son ellos -modelados por viento, frío y miles de años de evolución- los que han sostenido la ganadería regional y el modo de vida de cientos de familias. Pero hoy, frente al avance del cambio climático y la degradación progresiva de los pastizales, surge una pregunta clave: ¿cómo asegurar que estos territorios sigan siendo productivos y, al mismo tiempo, aporten a la mitigación ambiental?
En esa búsqueda nació el proyecto Fondef “Diseño de un modelo de stocks y flujos de carbono como activo ambiental para mitigar el cambio climático en sistemas pastoriles subantárticos”, una iniciativa liderada por la Universidad de Magallanes con el respaldo estratégico de la secretaría regional ministerial de Agricultura.
Suelos que
secuestran carbono
El exceso de carbono (C) en la atmósfera está acelerando el cambio climático y amenazando los ecosistemas de los que depende la actividad ganadera. Sin embargo, los sistemas pastoriles subantárticos poseen un enorme potencial para almacenar carbono cuando son manejados de manera adecuada. Las praderas naturales, especialmente en Magallanes, pueden llegar a guardar más carbono en sus suelos que en la vegetación visible en la superficie.
El problema es que décadas de sobrepastoreo, degradación y pérdida de cobertura vegetal han reducido esa capacidad natural de secuestro. Por eso, el proyecto plantea un enfoque científico y aplicado: cuantificar los stocks reales de carbono orgánico del suelo, entender cómo responde cada tipo de comunidad vegetal y diseñar un modelo que permita recuperar y potenciar ese almacenamiento.
El ajuste de carga animal óptima y el manejo de las diferentes comunidades vegetales son factores decisivos. Estudios preliminares del equipo de profesionales e investigadores han demostrado que el pastoreo moderado en los coironales secuestra más carbono que la exclusión total o el sobrepastoreo. Y donde la degradación ya existe, todavía hay un margen de recuperación que puede traducirse en productividad, resiliencia y beneficios ambientales.
Para el director del proyecto de la Umag, Dr. Sergio Radic, este trabajo abre una oportunidad inédita para la región: “Los suelos que han sostenido históricamente la ganadería en la Patagonia no son solo una base productiva: son un patrimonio estratégico. Si entendemos su capacidad real de secuestrar carbono, podremos construir sistemas ganaderos más sostenibles, competitivos y alineados con los desafíos del clima. Hoy tenemos la ciencia para orientar estas decisiones y no podemos desaprovecharla.”
Su mirada coincide con la línea estratégica impulsada por la secretaría ministerial de Agricultura, que busca fortalecer la sostenibilidad del sector y ofrecer herramientas reales para que los productores enfrenten un escenario climático cada vez más exigente, “Los suelos de la Patagonia son un patrimonio estratégico que debemos cuidar ahora”, afirma la seremi de Agricultura, Irene Ramírez.
Hallazgos que
cambian el mapa
Entre los resultados más relevantes destacan las comunidades de vega que presentan las reservas de carbono más altas, equiparables incluso a los bosques. Los brezales de murtilla, aunque de menor valor ganadero, son el segundo gran reservorio, otorgándoles una relevancia ecológica inesperada.
El Dr. Radic y los académicos René Muñoz y Pedro Hervé desarrollaron una patente de modelo de utilidad para un dispositivo de extracción de muestras de suelos subantárticos, lo que asegura precisión y calidad en los análisis, ya que permite determinar la densidad aparente del suelo, parámetro que es requerido para estimar las reservas de carbono de los suelos bajo diferentes comunidades vegetales de la región. Para proteger este dispositivo se generó un registro de propiedad intelectual el cual fue reconocido por Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inapi) y se encuentra protegido por 10 años. Esta innovación local permitirá estandarizar los muestreos relacionados al seguimiento de los contenidos de carbono de los predios.
Este rigor técnico y resultados obtenidos en el proyecto han despertado interés más allá del ámbito académico. La organización internacional The Nature Conservancy (TNC) ya está realizando un estudio de prefactibilidad junto a la Umag para explorar proyectos de carbono en predios agropecuarios de la región.
Un activo ambiental
con valor productivo
El objetivo final de estudio es claro: convertir el carbono almacenado en un activo ambiental que permita a los productores agregar valor a su trabajo. Con la información precisa sobre los niveles de carbono de cada predio, se podrán tomar decisiones de manejo que: aumenten la productividad, optimicen la carga animal, prolonguen la vida útil de los pastizales, mejoren la salud del suelo y abran la puerta a mercados que valoran la sostenibilidad. Todos aspectos relevantes para la secretaría regional ministerial de agricultura,” todos estos resultados estarán disponible para consultores y productores mediante una plataforma web y un proceso amplio de transferencia tecnológica.
Una ganadería que
cuida lo que la sostiene
El proyecto abre un nuevo capítulo para Magallanes: uno donde la ganadería se concibe como una actividad capaz de conservar ecosistemas de pastizales, mejorar los medios de vida rurales y contribuir activamente a la mitigación del cambio climático.
Donde el suelo -ese mismo suelo que ha alimentado rebaños por generaciones- se transforma en la llave para un futuro más sostenible y competitivo en el fin del mundo.




