Casos de gonorrea aumentan en Magallanes: 21 contagios registrados en este año

Autoridades sanitarias y especialistas advierten una mayor concentración en hombres jóvenes y llaman a reforzar la prevención, especialmente el uso de preservativos y el testeo oportuno.

La gonorrea, una infección de transmisión sexual (ITS) causada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae, continúa representando un desafío relevante para la salud pública en la región de Magallanes. Datos recientes de la autoridad sanitaria regional evidencian una tendencia al alza en las notificaciones entre 2023 y 2025, con una marcada concentración de casos en la población adulta joven.

Según las estadísticas regionales, durante el período 2023-2025 se observa un aumento sostenido de los contagios. En 2023 se registraron 15 casos, cifra que ascendió a 24 en 2024. En lo que va de 2025, considerando el período entre enero y octubre, ya se contabilizan 21 casos de gonorrea, número que se mantiene dentro de los niveles observados el año anterior y que podría alcanzar cifras similares al cierre del año.

En cuanto a las características de las personas afectadas en 2025, la totalidad de los casos corresponde a hombres. Respecto de la distribución etaria, la mayor concentración se ubica en el grupo de 15 a 29 años, lo que sugiere una mayor exposición y vulnerabilidad entre adolescentes y adultos jóvenes.

Disminución de prácticas de sexo seguro

El infectólogo del Hospital Clínico de Magallanes, doctor Rodrigo Muñoz, explicó que la gonorrea comparte los mismos mecanismos de transmisión que otras ITS, como el VIH, la sífilis y la hepatitis B. Al tratarse de una enfermedad de notificación obligatoria, existen registros que permiten monitorear su comportamiento en el tiempo.

El especialista señaló que la situación regional muestra cifras similares a las del año anterior, lo que da cuenta de una disminución o baja adherencia a prácticas de sexo seguro. Esta tendencia, indicó, va estrechamente ligada al aumento significativo de infecciones por sífilis observado en los últimos dos o tres años.

Muñoz añadió que las ITS tienden a concentrarse en el grupo de 15 a 29 años, ya que es el segmento con mayor actividad sexual. A ello se suma una “disminución de la percepción de riesgo”, especialmente frente al VIH y la sífilis, fenómeno que también impacta en el aumento de otras infecciones.

En la misma línea, la encargada del programa VIH/Sida e ITS de la seremi de Salud, Constanza Bravo, recalcó que, aunque en algunos grupos exista menor percepción de riesgo, las ITS siguen siendo un problema de salud vigente en la región. En ese contexto, enfatizó la necesidad de fortalecer las medidas preventivas, como el uso correcto y permanente del preservativo -masculino y femenino-, el testeo periódico y la consulta oportuna ante cualquier síntoma.

Bravo agregó que las personas con conductas de mayor riesgo deben considerar la importancia de los exámenes de detección temprana, ya que muchas ITS pueden cursar sin síntomas en sus etapas iniciales, lo que favorece su transmisión y retrasa el acceso a tratamiento.

El doctor Muñoz recordó además que, a diferencia del VIH, la gonorrea puede adquirirse en más de una ocasión. “Una persona puede tratarse adecuadamente, pero si vuelve a exponerse a una relación de riesgo, puede reinfectarse”, explicó.

Prevención y tratamiento

El tratamiento de la gonorrea está bien estandarizado, es efectivo y se realiza mediante antibióticos prescritos por profesionales de la salud. Este se encuentra disponible en centros de salud, servicios de urgencia y en la Unac del Hospital Clínico de Magallanes, unidad especializada en ITS. El diagnóstico se realiza mediante exámenes de laboratorio, incluyendo pruebas moleculares como PCR, además de la evaluación clínica de síntomas como secreción genital inusual o dolor al orinar.

Dado que muchas ITS pueden avanzar sin manifestaciones evidentes, desde el sector salud se refuerza el llamado al autocuidado. La prevención se basa en hábitos clave: el uso consistente del preservativo, el testeo regular y la consulta precoz ante cualquier molestia, herida o secreción anormal. Un diagnóstico oportuno permite tratamientos más efectivos, reduce el riesgo de complicaciones -como infertilidad o infecciones pélvicas- y debe considerar, idealmente, el tratamiento de parejas o contactos sexuales para evitar reinfecciones.