“Hoy la vulnerabilidad del sistema está en la operación de Enap y no en la infraestructura”
Lucas Ulloa Intveen
La madrugada de este viernes, la Región de Magallanes despertó bajo una emergencia que puso a prueba la resiliencia de su matriz energética. Un incidente ocurrido en la Planta Posesión, durante tareas de limpieza del gasoducto de 18 pulgadas, derivó en una fuga de gas con posterior ignición, dejando a un trabajador lesionado y obligando a las autoridades a suspender clases y a cortar el suministro de gas a edificios públicos e industrias, con el fin de resguardar el consumo domiciliario.
Si bien el gobierno y los servicios de emergencia, a través del Cogrid, han liderado la vocería asegurando que el suministro residencial se encuentra protegido, persisten dudas respecto de la estabilidad del sistema en el mediano y largo plazo. Para profundizar en los aspectos técnicos del siniestro, conversamos con Mario Maturana, exintendente regional y exjefe del departamento de la Planta Posesión, cargo que desempeñó durante parte de sus 28 años de trayectoria en la Empresa Nacional del Petróleo (Enap).
Con la autoridad que le confiere haber dirigido el mismo recinto donde ocurrió el accidente, Maturana advierte que el problema de fondo no radica en la falta de infraestructura -los denominados “fierros”-, sino en un quiebre en la gestión operativa de la estatal.
– Considerando su experiencia en Posesión, ¿qué tan grave es el daño reportado en el área de compresores y qué significa para el sistema?
– “Hay que hacer un poco de historia. No es la primera vez que ocurre una situación de este tipo en Magallanes. A fines de los años 70, la vulnerabilidad era real porque los ‘fierros’, es decir, los gasoductos, no eran de buena calidad. Sin embargo, tras la llegada de Methanex, se construyeron ductos de 18 y 20 pulgadas que entregaron una garantía plena de suministro. Hoy, a la luz de los hechos, mi impresión es que estamos frente a una vulnerabilidad operativa. Esto ya no tiene que ver con los activos, sino con la gestión de la empresa”.
– ¿A qué se refiere específicamente con eso?
– “A que la vulnerabilidad está radicada en la operación de los procesos. El problema de los fierros se solucionó con el boom de la venta de gas a Methanex. Ahí se construyó el gasoducto de 18 pulgadas que hoy resultó afectado. Enap se colgó de ese ducto para que su diseño permitiera un suministro mucho más estable y confiable hacia Punta Arenas, lo que permitió alimentar a Edelmag para la producción de energía eléctrica. Posteriormente, se construyó un segundo gasoducto de 20 pulgadas de diámetro, lo que otorgó una garantía plena de suministro a la ciudad. Por lo tanto, esa vulnerabilidad histórica de la infraestructura quedó superada”.
– Llama la atención que el incidente ocurriera durante la limpieza del ducto, proceso conocido como “conejeo”. ¿Es habitual que este procedimiento falle?
– “El ‘conejeo’, o limpieza interior del ducto, es un procedimiento estándar que se realiza con mucha frecuencia. Lo que resulta curioso y me llama profundamente la atención es que se haya efectuado durante la madrugada. Normalmente, estas operaciones requieren una alta coordinación y se realizan con luz de día, especialmente en esta época del año, cuando Magallanes cuenta con muchas horas de luz. Ejecutarlas en la oscuridad dificulta el control de presiones en ambos extremos del gasoducto”.
– ¿Qué pudo haber causado la ignición en una tarea que, en principio, es de rutina?
– “Cuando se desplazan líquidos al interior de un gasoducto pueden generarse ‘golpes de ariete’, que son aumentos bruscos de presión capaces de romper componentes metálicos. Además, el gasoducto de 18 pulgadas fue diseñado originalmente para transportar gas hacia Punta Arenas, pero posteriormente Enap decidió utilizarlo como colector de gas rico con líquidos desde el continente hacia Posesión. Habría que investigar si ese cambio de diseño, así como su sistema de limpieza, están debidamente certificados bajo normas técnicas. Basta una chispa mínima, ante una fuga de gas y líquidos, para provocar un incendio como el que vimos”.
– ¿Existe un riesgo real de que la ciudad quede sin gas si los sistemas de respaldo fallan?
– “Que la ciudad quede completamente sin gas lo veo difícil, porque el gas está disponible en el yacimiento. El problema es que los sistemas de respaldo, como el yacimiento Cahuil, entregan un ‘gas rico’ que no ha pasado por la planta de deshidratación de Posesión. Ese gas contiene propanos, butanos y agua, y si no se maneja con extremo cuidado al inyectarlo a la red de distribución, puede generar problemas técnicos en el consumo final. Además, la ‘línea de empaque’, es decir, el gas acumulado en los ductos, solo permite abastecer por un par de días si se reducen los consumos”.
– ¿Cómo evalúa la respuesta comunicacional de la empresa frente a la autoridad política?
– “La autoridad política ha cumplido con su deber de velar por el bienestar de la población, pero me sorprende el silencio de la Empresa Nacional del Petróleo. Me gustaría que Enap levantara la voz y explicara claramente lo que sucedió. Sus declaraciones han sido muy superficiales, considerando la enorme responsabilidad que tiene. El foco y la explicación técnica deberían provenir de quien es responsable de los procesos operativos, y no recaer únicamente en la autoridad política”.
– ¿Qué lección debería sacar Magallanes de esta emergencia?
– “Debemos entender que nuestro futuro está en la transición energética. Vamos hacia un sistema energético eléctrico impulsado por el hidrógeno verde. La autoridad ya debería estar pensando cómo adaptar las viviendas y el cableado de la ciudad para cuando tengamos que calefaccionarnos obligatoriamente con electricidad, porque los hidrocarburos no son renovables. Esta emergencia nos recuerda cuán frágil es depender de un solo sistema”.




