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Las calles empedradas de Magallanes: un legado histórico en destrucción

Por Alejandro Kusanovic Domingo 21 de Diciembre del 2025

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Las calles empedradas de Magallanes, en especial las de Punta Arenas, constituyen un testimonio palpable de nuestra historia. Son el reflejo del esfuerzo conjunto de inmigrantes croatas y otros orígenes  europeos, sumado a la inestimable contribución de la gran inmigración chilota. Esta combinación histórica fue fundamental para el desarrollo vial de principios del siglo XX. Con sacrificio y dedicación, estos pioneros sentaron las bases de la urbanización de la ciudad, transformando un territorio inhóspito y adverso en un entorno propicio para la vida de nuestra comunidad.

     A pesar de que las calles empedradas representan un legado tangible para la región, patrimonio patente de la lucha por conquistar un territorio tan duro como salvaje, sin embargo, hoy se encuentran en peligro de destrucción. Esta realidad es dolorosa de observar, especialmente en las obras de la Avenida Colón, donde, al contemplar cada piedra, se siente el peso de más de 100 años de historia aplastante que nos abruma. La fuerza de miles de manos que trabajaron arduamente, moviendo piedra por piedra y seleccionando cada una para crear un legado duradero, es un claro ejemplo del desarrollo de nuestra humanidad.

La construcción de estas calles iniciaba con la nivelación y el adecuado diseño de la curvatura transversal del terreno, lo cual era crucial para la evacuación de aguas hacia las soleras, éstas en sus inicios eran de madera y luego se reemplazaron por cemento en forma de ele. Se aplicaba una capa de arena para ofrecer un mejor asentamiento a las piedras. Posteriormente, se marcaba el centro de la calle, colocando una línea central de piedras niveladas y las soleras laterales, mientras que se formaban rectángulos laterales, también de piedras. Estos rectángulos se rellenaban y nivelaban, lo que aseguraba que las calles terminaran bien ordenadas y fueran capaces de drenar adecuadamente el agua, obteniendo una vía libre de barrizales.

Es particularmente lamentable que las autoridades, al abordar este tema, no hayan encontrado la solución adecuada para salvaguardar las últimas calles de la Av. Colón. Un enfoque más sensato habría sido desarmar las calles, numerando cada piedra para luego reconstruirlas y restaurarlas en un lateral del bandejón central de la misma. Así, se habría preservado intacta la obra de los forjadores de nuestra ciudad y región, a quienes parece que le hemos perdido el respeto, algo que me llena de vergüenza y consternación.

A pesar de todo lo anterior, ahora se quiere abordar con esta misma forma las últimas dos calles empedradas de la ciudad, en Fagnano y Waldo Seguel con Cerro de la Cruz. En lugar de restaurarlas a su estado original o, en última instancia, desarmarlas y trasladarlas, las autoridades han decidido deliberadamente destruirlas. Esta acción significará una pérdida total de nuestra historia y nuestro patrimonio, todo ello ante la indiferencia de nuestra sociedad.

Hoy en día, es urgente que tomemos conciencia sobre la importancia de preservar nuestro patrimonio histórico. Las calles empedradas de Magallanes son más que un simple camino; son símbolos de resiliencia, esfuerzo y la identidad de una comunidad que ha sabido levantarse sobre la adversidad. Debemos actuar con responsabilidad y compromiso, asegurando que las futuras generaciones puedan también sentir el orgullo de caminar por estas huellas de nuestro pasado.

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