Tragedias
En un año en el que no han faltado las tragedias —con turistas fallecidos en el parque nacional más reconocido del país, trabajadores muertos por inhalación de gases tóxicos, personas que pierden sus casas en incendios o, más recientemente, una gran incineración en la planta Posesión de Enap— hay también pequeñeces de la cotidianidad que podrían pasar desapercibidas.
Así, como una pequeña gran tragedia, se alejaba con pesar una señora de sus facturitas recién compradas, de membrillo y azúcar flor, que yacían sobre la vereda. Más de alguno las miraba con tristeza, y queda esperar que algún quiltro callejero haya encontrado el preciado botín. En los ojos del quiltro, la tragedia de esa señora sería otra cosa, más parecida al hallazgo de un tesoro.




