Nuevo edificio consistorial de Punta Arenas requeriría más de 14 mil m², por sobre la superficie considerada por el Gore
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La consultoría liderada por el arquitecto y Premio Nacional de Urbanismo Sergio Baeriswyl establece una superficie mayor a la propuesta y advierte debilidades urbanas en el terreno de calle Angamos.
El debate sobre el nuevo edificio consistorial de Punta Arenas no sólo se centra en su emplazamiento o diseño, sino también en sus dimensiones y funcionalidad. De acuerdo con la consultoría encargada por el municipio al arquitecto y Premio Nacional de Urbanismo, Sergio Baeriswyl, el futuro consistorial debería contemplar 14.145 metros cuadrados construidos, más 3.533 metros cuadrados destinados a estacionamientos.
Esta propuesta contrasta con la iniciativa impulsada por el Gobierno Regional, que plantea un edificio de 12.800 metros cuadrados, sin considerar estacionamientos dentro de la superficie edificada, aunque reconoce la necesidad de más de 300 cupos vehiculares.
La superficie definida por la municipalidad responde al crecimiento proyectado de la dotación municipal, que pasaría de 502 a 724 funcionarios en un plazo de diez años, lo que representa un aumento de 35,68%. Este cálculo se ajusta a los criterios de la Metodología de Preparación y Evaluación de Proyectos de Edificación Pública (Mepep) del Ministerio de Desarrollo Social y Familia (Mideso), que establece como referencia un estándar cercano a 20 m² construidos por persona. En este caso, el promedio proyectado alcanza 19,5 m² por funcionario, cumpliendo con el estándar técnico sin sobredimensionar la infraestructura.
A mediano plazo, las áreas que demandarán mayor superficie serán Dideco, Seguridad, Tránsito, Medio Ambiente e Informática, debido al aumento sostenido de sus funciones y atención de público.
La ubicación
Uno de los puntos más sensibles del informe es el análisis urbanístico del predio fiscal ubicado en calle Angamos N°180, correspondiente a una parte del exhospital de Punta Arenas, hoy en desuso y evaluado como posible emplazamiento del nuevo edificio.
Si bien el sitio presenta fortalezas como disponibilidad de estacionamientos y baja exposición a amenazas socionaturales, su evaluación general alcanza sólo un 58,5% de efectividad, quedando por debajo de otros edificios consistoriales utilizados como referencia.
Las principales debilidades se concentran en criterios de alta jerarquía urbana: vinculación con otros servicios públicos, acceso al transporte, aporte al espacio público y proyección en la imagen urbana. El informe advierte que resolver estas carencias mediante soluciones arquitectónicas podría implicar un aumento significativo de costos y generar impactos negativos en la dinámica urbana y en la calidad del servicio.
“Allí no se reúnen las condiciones de centralidad que muestran la mayoría de los casos que estudiamos”, explicó Baeriswyl. El arquitecto precisó que el problema no es su carácter residencial, sino la lejanía respecto de los servicios públicos con los que el municipio interactúa de manera permanente. El estudio identificó 39 instituciones que mantienen relación directa con las oficinas municipales. “La accesibilidad es buena para el barrio, pero no necesariamente para el resto de la ciudad”, añadió.
Baeriswyl subrayó que se trata de una infraestructura con una vida útil proyectada de al menos 100 años, por lo que su localización debe ser abordada con especial mesura. En ese sentido, el informe propone tomar como referencia los edificios consistoriales de Vitacura o Londres, caracterizados por concentrar todas sus dependencias en un solo recinto y ubicarse en sectores de alta accesibilidad ciudadana.
Cómo debería ser el edificio
El análisis establece que una parte significativa de la atención de público depende de la coordinación entre diversas unidades municipales. Direcciones como Administración y Finanzas, Obras Municipales, Tránsito y Transporte Público, Medio Ambiente y Aseo y Ornato concentran los mayores volúmenes de trámites y presentan una alta interdependencia funcional, por lo que se plantea que deban ubicarse en una misma planta o contar con conexiones directas.
Actualmente, estas dependencias se encuentran dispersas en distintos puntos del centro de la ciudad, lo que genera ineficiencias operativas, mayores costos y una experiencia deficiente tanto para funcionarios como para los usuarios. La dispersión obliga a constantes desplazamientos para reuniones internas y trámites, mientras que la ciudadanía debe recorrer varias oficinas para completar gestiones vinculadas entre sí.
El estudio propone reunir las 17 unidades municipales en una sola construcción, entendida como un proyecto integrado más que como un edificio en altura. A partir de un análisis de flujos e interacciones, se definió la ubicación óptima de cada unidad, organizándolas en módulos de entre 800 y 1.300 m², según su afinidad operativa.
Baeriswyl sugiere un volumen edificado compacto, que permita optimizar la calefacción, reducir costos de mantención y reforzar la seguridad. El programa incluye un gran hall central de acceso y espera, un auditorio para 200 personas, Salón de Honor, sala de exposiciones y áreas verdes integradas al entorno, además de equipamientos como casino municipal, guardería, gimnasio para funcionarios y enfermería.
En lugar de múltiples salas de espera pequeñas y dispersas, se propone un gran espacio centralizado, cubierto y protegido, que concentre las esperas y mejore la experiencia de los usuarios, incorporando servicios de información, cafetería y actividades culturales.
La misma lógica se aplica a los archivos, bodegas y salas de reuniones, proyectados como espacios compartidos. En vez de replicar salas por cada unidad -muchas veces subutilizadas- , se plantea un núcleo común de salas programables, siguiendo estándares de edificios públicos modernos. El estudio identificó al menos cinco áreas susceptibles de centralización funcional, lo que permitiría un mejor uso del suelo, ahorro en costos de construcción y mantención, y una mejora sustantiva en la productividad municipal.
Asimismo, se recomienda que Dideco, Tránsito y Tesorería se ubiquen próximos a los accesos principales, para facilitar los desplazamientos y la realización de trámites.
El informe recogió, además, una alta expectativa interna por contar con un edificio moderno, sustentable y concebido como un hito urbano, con presencia relevante de áreas verdes y espacios comunitarios.
Cómo se hizo el estudio
El estudio desarrollado por Sergio Baeriswyl contempló la caracterización de 17 unidades funcionales del municipio. Para ello, se elaboró una ficha estandarizada por área, que identifica condiciones de operación, localización actual, número de funcionarios, volumen de atención de público y función principal. Este levantamiento permitió registrar la evolución de la dotación municipal en la última década. El análisis se complementó con una encuesta aplicada a 31 personas, entre autoridades, jefaturas de servicio, representantes gremiales y concejales, destinada a definir criterios de diseño del nuevo edificio consistorial.




