Necrológicas
  • – Manuel Humberto Paredes González

Algunas manifestaciones artísticas en campamentos de Enap en Tierra del Fuego durante 1965 y verano de 1966

Domingo 28 de Diciembre del 2025

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El próximo lunes se cumplirán ochenta años de la aparición del primer chorro de petróleo en el sector de Springhill. La búsqueda del llamado ‘oro negro’ fue una tarea titánica que comprometió al Estado de Chile desde que la Ley 4.109 publicada el 20 de diciembre de 1926, reservara por primera vez para el fisco todos los yacimientos de hidrocarburos en terrenos de cualquier dominio imponiendo a los dueños de pertenencias petroleras la obligación de ponerlas en explotación dentro de un año. Así las cosas, el 15 de febrero de 1928, el Presidente de la República, Carlos Ibáñez del Campo dictó la Ley 4.281 que autorizó al Estado a invertir diez millones de pesos de la época en la prospección de crudo.

Por encargo del gobierno, la firma belga Foraky inició la perforación de un primer pozo en río Tres Brazos, el 6 de marzo de 1930; después se intentaron sondajes a la altura de Tres Puentes en Punta Arenas y Punta Prat, sin resultados esperados. La crisis económica y social que propició la caída del gobierno de Ibáñez en julio de 1931 y la inestabilidad política observada en los meses siguientes, paralizaron la búsqueda del petróleo.

Las escasas actividades de exploración efectuadas en la década del 30, se vieron compensadas cuando el Congreso Nacional aprobó el 29 de abril de 1939, el proyecto presentado por el Presidente Pedro Aguirre Cerda que creaba la Corporación de Fomento de la Producción, Corfo, por medio de la Ley N°6.334 que perseguía, la formulación de un plan de reconstrucción de la economía del país con vistas principales al desarrollo y a la nacionalización de nuestras riquezas y al mejoramiento de las condiciones precarias de vida en que se debatían, la mayoría de los chilenos.

En la administración del Presidente Juan Antonio Ríos, el Ministerio de Economía y Comercio emitió en el verano de 1943, dos decretos que determinaban que la Corfo acometiera las exploraciones petrolíferas en la Región de Magallanes. Se contrató a la firma estadounidense United Geophysical Co. con personal especializado y maquinarias para la realización de estudios geológicos y geofísicos, los que establecieron siete lugares favorables para la acumulación de petróleo: San Sebastián y Springhill en Tierra del Fuego; Mina Rica, Pecket, Canelo, Prat y Ganso en el continente.

La Corfo adquirió en el extranjero sondas de gran profundidad, cuyos trabajos de perforación fueron supervisados por la firma The Livermore Corporation domiciliada en Texas, Estados Unidos. El 16 de septiembre de 1945 comenzaron las prospecciones en la estancia de Caupolicán Arcaya en Springhill; tres meses más tarde, a las dos de la mañana del sábado 29 de diciembre, surgía en grandes cantidades, el ansiado petróleo con gas desde el fondo del pozo.

El personal que hizo posible esa histórica jornada estaba conformado por los enganchadores, Alberto Mancilla Pérez, Juan Saldivia, Juan Gunkel, Loney Burleson, Bud Lewis, Santiago Chodín y Orozimbo Chodín; los motoristas Francisco Vidal, Daniel Ojeda y José Ule; los sonderos, Enrique Díaz, Manuel Huenchur, Bernardo Morales, Pedro Soto, José Paredes, Alberto Mansilla Miranda, Oscar Ramos, José Bahamondez y Teodoro Ulloa; el mecánico Luis Beros; el chofer Carlos Mills; el cocinero José Oyarzún; el mecánico soldador, Dick Young; los perforadores, Pop Mc Neil y Lee Thompson; el geólogo Clifford Mohr; el encargado del campamento Dick Thomson; el jefe del equipo de “Livermore”, Clarence Alexander; el superintendente de “Livermore”, William Morrison; el ingeniero jefe de perforación, Jorge Pacheco y el ingeniero jefe Eduardo Simián.

A partir de aquel hito histórico, la fisonomía, la vida productiva, social y cultural de Magallanes cambiaron para siempre. Para materializar la extracción y comercialización de combustibles e hidrocarburos, el Presidente Gabriel González Videla presentó la moción que creaba la Empresa Nacional del Petróleo, iniciativa convertida en ley el 19 de junio de 1950. Precisamente en Tierra del Fuego, al alero de la nueva organización nacerían para carga y descarga de buques gaseros y tanqueros, los terminales de Percy y Clarencia y los campamentos de Manantiales, Cerro Sombrero y Cullen. En el continente se agregarían más tarde, Posesión y Gregorio.

Bienestar y producción

De esta manera, con motivo de conmemorarse el vigésimo aniversario del descubrimiento del petróleo en 1965, la Revista “Infórmese” detallaba las principales realizaciones de la Enap. En veinte años se habían perforado 1.009 pozos, 402 de petróleo, 174 de gas y 433 secos, equivalentes a dos mil ciento cincuenta y dos kilómetros, con una producción de quince millones doscientos mil metros cúbicos de petróleo. De ese total, cerca de un 90% había sido enviado a la planta de Concón para su refinación; alrededor de un 5% se exportaba a Uruguay y el porcentaje restante se trataba en Manantiales para asegurar el abastecimiento regional.

En Cullen y Manantiales se había producido además, más de un millón trescientos mil metros cúbicos de gas licuado propano y butano. Cerca de la mitad de aquel total se había enviado al norte del país y al extranjero. En veinte años de trabajos, se descubrieron 45 yacimientos, se instalaron 25 baterías de producción y 10 centrales de flujo en Tierra del Fuego; otras 10 baterías y 10 centrales de flujo en el continente, una unidad de prueba en Manzano y tres terminales marítimos. En 1965 la Enap se jactaba de haber construido 2.324 kilómetros de caminos de acceso y 772 kilómetros de caminos troncales, además, de escuelas, hospitales, cines, gimnasios y poblaciones.

En cambio, uno de los aspectos menos analizados en la historia de Enap es la intensa actividad artística y cultural emanada en sus históricos campamentos ubicados para efectos de esta semblanza, en Tierra del Fuego. En la edición especial del aniversario de 1965, el administrador regional Juan Pedrals Gilli, aseguraba que Enap se preparaba para enfrentar el crecimiento de la industria petroquímica y la llegada del gas natural a Punta Arenas, lo que permitiría en un corto plazo, un desarrollo agrícola, maderero e industrial de gran trascendencia para Magallanes.

En ese contexto, el 25 de mayo de ese año, se fundó el grupo teatral de Cullen dirigido por Beatriz de Cisneros. La primera presentación en público se realizó el 18 de septiembre, con motivo de las Fiestas Patrias, interpretando el sketch “La máquina rejuvenecedora”. Posteriormente, asumió la dirección del equipo Emilio Cocq, quien gestionó la contratación del actor y profesor Rubén Sotoconil, el que estuvo dieciséis días en Tierra del Fuego, dictando charlas en Cerro Sombrero y Manantiales y un curso que comprendía técnicas de actuación, escenografía, iluminación, locución y maquillaje en Cullen.

Con lo aprendido, el grupo conformado por Aída de Delgado, Lilian Sepúlveda, Alicia de Quijada, Jovina de Silva, Adriana de Cocq, Mario Delgado, Juan Silva, Enrique Aguilar, Ruperto Agüero, Hugo Triviño, Froilán Salazar, Gastón Daroch, Lautaro Toro y Emilio Cocq, se preparó para representar las obras, “El secreto” de Enrique Gajardo y “Monsieur Badin” de George Courteline, lo que se concretó el 8 de enero de 1966 en Cullen ante 130 espectadores, el día 15 en Cerro Sombrero y el 22 de enero en Manantiales.

Al mismo tiempo, en el boletín “Paralelo 52-55” editado en Cullen, -localidad que en esos momentos cobijaba a unas 600 personas-, se conocía un resumen de las principales actividades culturales y deportivas efectuadas en 1965 en ese campamento. Se habían ceñido la corona de campeones tanto en damas como en varones, en la tercera olimpiada de la Enap, mientras destacaba el conjunto coral dirigido primero por Enrique Aguilar y después por Eduardo Villalobos; en tanto, el conjunto folclórico de Cullen resaltaba por sus magníficas presentaciones en los distintos campamentos de la isla; por otra parte, el centro de artes plásticas se imponía en el concurso pictórico dedicado al mar y, a las glorias del 21 de mayo de 1879, en los homéricos combates navales de Iquique y Punta Gruesa; por último, siguiendo una iniciativa planteada por el poblador Francisco Longa, se ejecutaron varias obras sociales, entre estos, la fabricación de cuarenta y dos juguetes que fueron donados en Navidad a niños de escasos recursos de la ciudad de Porvenir.

Cerro Sombrero

El 5 de agosto de 1965 el intendente Mateo Martinic Beros con la firma del decreto N°41 le confirió a Cerro Sombrero la categoría de pueblo y cabecera administrativa de la comuna y subdelegación de Primavera. La primera autoridad provincial consideró los avances en infraestructura, la arquitectura futurista y los servicios que ofrecía el lugar, como asimismo, los elogiosos comentarios dispensados por artistas, científicos, literatos y periodistas que visitaron el campamento quedando asombrados por los adelantos técnicos y el confort que brindaba la Enap para sus empleados, trabajadores y sus familias.

La transformación a ‘pueblo’ significaba entre otras cosas, la apertura del espacio, lo que permitía a cualquier ciudadano visitar y recorrer libremente Cerro Sombrero. Meses atrás había actuado en el cine “Enapolis” el aclamado pianista canadiense Cecil Meade, que llegó atraído por los artículos escritos y publicados en el diario capitalino Las Últimas Noticias por el periodista Franklin Quevedo, quien etiquetó al lugar como la “Brasilia de Tierra del Fuego”.

La decisión del intendente Martinic halló eco en los pobladores Juan Hermosilla y Lucas Eterovic, los que encontraron a su vez, en el cuerpo de profesores de Tierra del Fuego y Porvenir, en la Municipalidad de Punta Arenas y en la Empresa Nacional de Electricidad Endesa, la cooperación necesaria para organizar el carnaval denominado “Primavera del Petróleo”, desde el 5 al 12 de diciembre de 1965.

La fiesta comenzó con el desfile de disfraces de trescientos niños. Alma Martínez, de la escuela mixta de Porvenir fue elegida reina infantil. Los adultos en cambio, ofrecieron un esquinazo a cargo del grupo ‘Los de Sombrero’ y ‘El centro de huasos de Cerro Sombrero’ en las casas de Arturo Melcher, Sergio Schindler, Milenak Yankovic y Alberto Marais. Después, hubo una velada bufa con la participación de conjuntos venidos de distintos lugares de la isla y del continente: ‘Los clarencianos’, ‘Los de Percy’, la orquesta ‘Los famélicos’, que se unieron a los grupos locales; en aquella oportunidad, ‘El centro de huasos de Cerro Sombrero’ estrenó el vals ‘Primavera del petróleo’, compuesto por la profesora de guitarra Inés Fuentes. En la jornada de clausura se llevó a efecto un baile de gala y una vermouth danzante con paseo de disfraces a la piscina acondicionada con un pontón flotante, para contener a los integrantes y equipos de la orquesta ‘Manhattan’ que actuaron especialmente para la ocasión, venidos desde Punta Arenas.

Los niños fueron los protagonistas de ese año 1965 destacando en las actividades deportivas y culturales. Por este motivo, la Asociación Infantil de Fútbol de Cerro Sombrero mediante una serie de rifas reunió fondos para llevar a veintitrés niños deportistas en un viaje de conocimiento al norte del país, realizado entre el 17 de enero al 10 de febrero de 1966, acompañados de los dirigentes Luis Ávila, José Mihovilovic y Alejandro Oyarzún. En Santiago, invitados por el Club Colo Colo presenciaron el partido entre el elenco albo y el Club Palestino, donde alternaron y obtuvieron fotografías junto a sus ídolos. Posteriormente, fueron recibidos en La Moneda por el Presidente de la República, Eduardo Frei Montalva, a quien hicieron entrega de un obsequio; más tarde, concurrieron al Estadio Nacional a presenciar el clásico entre Universidad Católica y la Universidad de Chile, invitados especialmente, por la dirigencia de este último club. La gira contemplaba también, viajes a Concón y Concepción, donde compartieron con niños y familias de Enap apostadas en esas ciudades.

El Ituch en Tierra del Fuego

A las 119 visitas oficiales que declaraba el departamento de Relaciones Públicas, entre las que se contaban a los embajadores de Alemania, Johfried von Nostitz; de Italia, Livio Theodoli; de Francia, Raoul Duval; de Yugoslavia, Boris Romano; de Japón, Agustín Kamayama y de Israel, Itiel Pann, se conocía la noticia de la apertura de una sucursal del Banco del Estado en Cerro Sombrero, el 4 de febrero de 1966.

En ese contexto, se produjo la llegada a la isla del Instituto de Teatro de la Universidad de Chile, Ituch, después de efectuar una serie de ocho presentaciones en Magallanes. En Punta Arenas actuaron en el Teatro Municipal y en el salón principal de la Sociedad de Instrucción Popular. Era la primera vez que el afamado elenco venía a mostrar su trabajo dramatúrgico a la región.

El primer contacto para traer al grupo nacional surgió el año anterior, durante las conferencias dictadas por los docentes Eduardo Castro y Oreste Plath sobre arte y tecnología, en el marco de la Escuela de Temporada de Invierno ejecutada por las universidades de Chile y Técnica del Estado. El público asistente reclamó principalmente, por la carencia de espectáculos artísticos de gran nivel en Tierra del Fuego y por el hecho, de que casi todos los grupos teatrales importantes, actuaban sólo a Punta Arenas.

Los comentarios llegaron a oídos del director del Ituch, el magallánico Domingo Tessier quien efectuó una visita a Magallanes en diciembre de 1965, asegurando a los medios periodísticos que el área dramática de la Universidad de Chile visitaría la región, durante la última semana de enero y principios de febrero de 1966. Tessier estaba al tanto de las actividades que desplegaban los grupos aficionados del arte teatral de la Enap, en Cullen con catorce integrantes, en Manantiales con un total de doce participantes y de otro elenco que se estaba conformando en Cerro Sombrero.

Después de realizar las ocho funciones programadas en el continente con lleno completo en cada una de sus presentaciones, que recordaron al teatro de Ensayo de la Universidad Católica y la puesta en escena de “La pérgola de las flores” en diciembre de 1960, el Ituch se trasladó a Tierra del Fuego finalmente, después de superar todo tipo de contratiempos y dificultades. El grupo comprendía un total de cuarenta y siete integrantes entre personal técnico, actores y actrices como Bélgica Castro, Tennyson Ferrada, Mario Lorca, Carmen Bunster, María Castiglione y otros reconocidos artistas.

El Ituch representó en Cullen y Cerro Sombrero tres importantes obras: “Juana de Arco” del autor irlandés George Bernard Shaw y dos piezas del dramaturgo chileno Alejandro Sieveking, “La Remolienda” y “Ánimas de día claro”. Al respecto, la revista ‘Infórmese’ hizo el siguiente comentario:

“La capacidad de los modernos escenarios se hizo estrecha para contener el numeroso público que concurrió a presenciar un espectáculo de tanta calidad artística y que por primera vez llega a esas apartadas regiones de la patria. Fueron varias veces que los artistas debieron salir al escenario a recibir el aplauso de los trabajadores enapinos que saben apreciar el arte, porque a su vez, y en la medida de sus capacidades y experiencias, lo practican cada vez que pueden”.

El Ituch inauguró los eventos masivos en los campamentos de la Enap en Tierra del Fuego. Pronto llegaría la embajada de “Chile ríe y canta” con René Largo Farías, Pedro Messone y Violeta Parra.

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