Luis Enrique Alvarez Valdés
El magistrado Luis Alvarez Valdés ingresó a trabajar al Poder Judicial en mayo de 1991 como funcionario en la Corte Suprema. Desde 1994 a 1996 se desempeñó como relator interino en la Corte de Apelaciones de Santiago, para luego asumir como relator titular de la Corte de Apelaciones de Punta Arenas en noviembre de 1996, y desde abril de 2002 a la fecha se desempeñó como juez del Tribunal Oral en lo Penal de la ciudad. Desde 2013 y en adelante realizó suplencias en diversos periodos como ministro del tribunal de alzada de Magallanes, esto es, la Corte de Apelaciones de Punta Arenas.
El hombre emocional se destacó por ser profundamente humanista y, esencialmente humano… demasiado humano, especialmente en cuanto a la sensibilidad y exigencias de nuestra especie. Se destacaba su carácter fuerte que a veces se rendía ante la sana y buena conversación, así como ante los sólidos argumentos jurídicos que siempre acogía si eran de valía. Tuve el privilegio de reunirme con alguna regularidad los días domingo con él, para compartir un café y conversar del derecho, de literatura y de la vida; en estos encuentros él me regaló a Sygmunt Bauman y yo le obsequié a Byun-Chul Han, así como coincidimos en los imperfecto que era el diseño humano, lo que hacía más interesante el diálogo en torno a nuestra fatuidad y brillantez humana.
Destaco su disposición a ser como era, a no maquillar sus estados de ánimo ni a formatear su conducta para agradar o formar parte de un grupo de personas; en esto también coincidimos, porque la fraternidad no tiene que ver con expresiones sociales, así como la bondad no está asociada a una falsa cordialidad. Somos lo que somos y la manifestación de ello no admite moldes o modelos en los cuales enmarcarnos… a fin de cuentas lo importante es lo sustantivo y no lo meramente formal.
Como magistrado destacó por su ecuanimidad y conocimiento, el estudio era una parte importante e imprescindible de su día a día, estudio que reflejaba en sus resoluciones que, al final del día, son la manifestación más profunda de un magistrado…los jueces hablan por sus sentencias. Más allá de las actuales discusiones en torno a la situación de los jueces y en relación con las supuestas inhabilidades, daba garantía de resolver conforme al mérito de los asuntos que eran sometidos a su conocimiento y fundado en el derecho aún cuando considerara algún respeto o simpatía por el letrado que representada a alguna de las partes, pues ello es de la esencia de la administración de justicia, pues no podemos ni debemos sacar o restar a un juez de la sociedad para que juzgue y, por ello, se coloca la venda en los ojos, para resolver conforme a los argumentos y no de quienes comparecen.
Ha pasado un año desde su partida y este es un pequeño reconocimiento que le debía.




