Violencia contra los pueblos indígenas aumentó en Brasil durante el primer año del gobierno de Bolsonaro
En 2019, la violencia contra los pueblos indígenas, así como las invasiones de las tierras indígenas, aumentaron de “forma ostentosa de norte a sur de Brasil” desde que Jair Bolsonaro accediera a la Presidencia del país en 2019, según concluye un informe publicado por el Consejo Indigenista Misioneros (Cimi).
El informe confirma “una realidad extremadamente perversa y preocupante para los pueblos indígenas de Brasil durante el primer año de gobierno de Jair Bolsonaro” y denuncia que “los incendios son parte de un esquema criminal de ocupación ilegal, en el que la ‘limpieza’ de amplias áreas de floresta es realizada para permitir la instalación de grandes emprendimientos agrícolas”.
También advierte de que “la intensificación de las expropiaciones de tierras indígenas a través de la invasión, de la ocupación ilegal por parte de extraños a la comunidad y del loteamiento se consolida de forma acelerada y agresiva en todo el territorio nacional, causando una destrucción incalculable”.
En 2019, señala el informe, aumentaron los casos en 16 de las 19 categorías de violencia sistematizada determinadas por el Cimi, con un incremento llamativo en las “invasiones posesorias, explotación ilegal de recursos y daños al patrimonio”. De los 109 registrados en 2018, se pasó a los 256 en 2019.
En “conflictos territoriales”, los casos pasaron de 11 a 35 casos en 2019, en “amenazas de muerte” de 8 a 33 casos, en “amenazas varias” de 14 a 34 casos, en “lesiones corporales provocadas” casi se triplicaron los casos, pasando de 5 a 13, y en “muertes por falta de asistencia”, pasaron de 11 en 2018 a 31 en 2019.
Desde que accediera al gobierno en 2019, las políticas de Bolsonaro en materia ambiental y en relación a los pueblos indígenas has sido puestas en duda por las ONG y movimientos sociales.
Bolsonaro ha tachado a través Twitter de “lamentable” la propuesta del candidato demócrata a la Presidencia de Estados Unidos, Joe Biden, de negociar un fondo de ayuda para lograr la protección de la Amazonia brasileña, mientras que ha culpado a las ONG por crímenes ambientales en su discurso en la cumbre sobre biodiversidad de Naciones Unidas.
En este mismo discurso, ha planteado que los crecientes incendios en la Amazonía “tienden a ocurrir siempre en los mismos lugares, en los alrededores orientales del bosque donde los indígenas queman sus tierras de cultivo en busca de sustento en zonas ya despejadas”.