“No hemos podido vivir el duelo porque tampoco tenemos la convicción de que Ricardo esté fallecido”
Puede que hayan transcurrido 19 años desde aquel día en que Ricardo Harex González fue visto por última vez, que para algunos sea toda una vida o lo suficiente para dejar atrás los recuerdos. Sin embargo, para sus padres, sus cercanos, y magallánicos de nacimiento y alma, el tiempo ha sido sólo horas de ausencia, de dudas, interrogantes, pero también de esperanza.
Así lo siente su madre Margot González, quien dice que hasta su último suspiro no perderá la fe de saber la verdad sobre qué pasó con su hijo.
El caso y el nombre sin duda trascendieron más allá de Magallanes y el paso de los años. El expediente sigue abierto y el trabajo de la justicia se mantiene, entregando de tarde en tarde alguna nueva hebra de una madeja de misterio donde las conjeturas e hipótesis han danzado por cientos durante todos estos años.
Para la madre de Ricardo existe la certeza de que el caso está resuelto, pero que aún hay hilos sueltos que no permiten un cierre definitivo. “La jueza (ministro Marta Pinto) tiene el caso claro, pero faltan cosas, testigos, que la gente que sabe hable y diga lo que pasó. Han interrogado personas por todos lados, pero hay algunos que están lejos y no han podido ser ubicados”.
Los nombres
Sobre un nombre que se repite con insistencia, el del fallecido sacerdote Rimsky Rojas, señala que con su partida se llevó buena parte de la verdad, tal como ha ocurrido con el silencio del entonces obispo de Magallanes, Tomás González, “quien las veces que conversó con la justicia dijo no acordarse de nada, haciéndose el desentendido”.
Margot González tendría motivos suficientes para, justamente, no creer en la justicia, más aún considerando los nulos avances registrados al principio de la investigación y el cambio constante de los jueces a cargo de la causa. No obstante, reconoce que el trabajo de Marta Pinto revitalizó el caso. “Ha habido trabajo, pero entendemos que este año el avance ha sido nulo por lo que estamos pasando como país. No se han podido hacer diligencias ni interrogar a personas, pero nos deja tranquilos el hecho de que la ministra se haya comprometido a no cerrar la causa. Ella está tratando de hacer todo lo que puede y se agradece”.
Agrega que aquello ayuda a mantener la esperanza luego de tantos años, al igual que la fuerza que dice encontrar en los magallánicos que no olvidan esta fecha. “No vamos a perder la fe, vamos a seguir creyendo de que este caso va a tener solución y que vamos a saber qué fue lo que pasó. Sé que encontraremos algo de él y vamos a poder vivir el duelo, algo que no hemos podido hacer porque tampoco tenemos certeza de que Ricardo esté fallecido”.
Ricardo Harex González desapareció la noche del 19 de octubre de 2001 luego de asistir a una fiesta en un local del barrio Croata, en Punta Arenas.
Tras el hecho, la justicia abrió una investigación que tuvo una rotación de jueces (José Octavio Flores, Claudia Madsen, Claudia Arenas, Beatriz Ortiz y Solón Vigueras), hasta que en abril de 2011 la Corte Suprema acogió el clamor de los padres del estudiante desaparecido, ordenando a la Corte de Apelaciones de Punta Arenas la designación de un ministro en visita. A partir de esa fecha se iniciaron las indagaciones a cargo de la ministra Marta Pinto Salazar.