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Del auge al ocaso de la hípica magallánica

Jueves 5 de Noviembre del 2020

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El siglo pasado se llevó para guardar bajo cuatro llaves en su baúl de recuerdos una de las actividades más masivas que ha tenido el deporte magallánico en toda su historia: la hípica.

Durante décadas, familias enteras, fanáticos, jinetes, preparadores y propietarios formaron parte de este círculo de pasión que tuvo pasajes gloriosos no sólo como expresión deportiva, sino también en el plano social, pues una tarde en el hipódromo local constituía antaño todo un panorama de entretención.

UN POCO
DE HISTORIA

El conocido comunicador Patricio Mladinic, un hípico de tomo y lomo, considera que este deporte vivió su momento de máximo esplendor a nivel regional entre los años 1950 y 1965, cuando incluso se criaban caballos en haras locales.

Haciendo un poco de historia, la primera carrera oficial en esta capital regional se remonta a septiembre de 1911, aunque el recinto, propiedad de la Sociedad Club Hípico de Punta Arenas, ya existía desde 1896. La administración quedaría en manos de la Sociedad Rural de Magallanes hasta 2002, cuando cambió su denominación a Club Hípico de Punta Arenas S.A.

El primer derby se corrió en febrero de 1919 sobre una distancia de mil metros. Fue ganado por “Griset” con la monta de Manuel Araneda y ante un gran marco de público.

Paulatinamente la hípica se ganaba un espacio importante en la sociedad magallánica, generándose una interesante mezcla de clases sociales en torno a esta popular actividad, al punto que a mediados de la década del ’30 estaba consolidada como concepto de espectáculo.

EPOCA DE GLORIA

Ya en los años ‘50 y hasta mediados de los ’70 “se programaban jornadas de 12 carreras, con 10 caballos en cada una, con buenos jinetes y también contundentes premios”, comentó en su momento Mladinic, quien durante la década del ’90 ganó dos clásicos como propietario de “Leona Roja” y “Lejana Mía”.

“Pato” fue también durante algunos años columnista hípico de La Prensa Austral y bajo el seudónimo de “Mr. Duck” hablaba de “signos inequívocos de repunte” en su balance de la temporada 1992-93. El periodo de inercia parecía quedar atrás.

“Sin duda que la incorporación de 14 ejemplares tonificó la actividad, y si le sumamos el hecho que nuevos propietarios se interesaron por la hípica, concluiremos que el interés está vigente”, apuntaba Mladinic, resaltando que los aficionados “respondieron bien a la convocatoria dominical, aunque no en la cantidad de hace décadas, cuando la hípica magallánica llenaba el recinto de carreras”.

También resaltaba que “es bonito ver en el hipódromo cómo varios ejemplares regionales crecen y se preparan para competir”.

ILUSION Y OCASO

Si bien “Mr. Duck” lamentaba “la falta de jinetes y empleados de corral”, avizoraba un futuro prometedor. “Si comparamos esta temporada (1992-93) con lo que ocurría cinco años atrás, debemos concluir que la hípica ha mejorado y ahora los estamentos involucrados deben hacer el esfuerzo necesario para revitalizar cada vez más la actividad”, sostenía Mladinic.

Poco más de una década después, el 23 de abril de 2006, se desarrolló la última jornada en el Club Hípico de Punta Arenas, con tres carreras de cuatro ejemplares cada una y casi sin premios a repartir a propietarios ni jinetes.

Era una “muerte anunciada” que fue gatillándose de manera paulatina por varios factores, entre ellos las apuestas por Internet, el atractivo de los centros comerciales, la partida de emblemáticos protagonistas de la actividad y situaciones de fuerza mayor relacionadas con las prioridades de los nuevos propietarios que se hicieron cargo del Club Hípico.

ULTIMA CARRERA

Para la historia quedan los resultados de la última carrera efectuada en el Club Hípico de Punta Arenas. Así resumió la jornada “Mr. Duck” en nuestro diario:

Reunión N°6

Temporada 2005-2006

Domingo 23 de abril de 2006

1a. Carrera

Premio “Farándula”

Indice 6 al 0

1.100 mts.

1° Gloriosa (Angel Bustamante).

2° Yo Soy del Puerto (Luis Sánchez).

3° Doña Angelina (Luis García).

Ganado por 11 cuerpos.

Tiempo: 1:12.70.

2a. Carrera

Premio “Fuego”

Indice 15 al 12

1.200 mts.

1° La Curicana (Angel Bustamante).

2° Empate Baryton (Luis Sánchez) y Che Papusa (Luis García)

No corrió: Chiriboga (Ricardo García).

Ganado por 7 cuerpos.

Tiempo: 1:16.34.

3a. Carrera

Clásico “Carabineros de Chile”

Handicap Superior

1.300 metros

1° Gran Bulla (Ricardo García). Sexto triunfo consecutivo en la temporada.

2° No te Olvidaré (Luis Sánchez).

3° Tangarina (Luis García).

4° Tangalla (Angel Bustamante).

Ganado por 2 1/2 cuerpos.

Tiempo: 1:22.95.

Para el 14 de mayo de 2006 estaba agendado el clásico “Glorias Navales”, pero la reunión fue cancelada debido a un incendio ocurrido 11 días antes en el edificio del Club Hípico, dando pie al cierre definitivo del recinto por parte de la gerenciadora.

GRANDES NOMBRES

Un siglo de historia atesora grandes nombres que le dieron prestigio a la hípica magallánica, como el de Clemente Ojeda, chilote que se hizo jinete en Punta Arenas y ganó en 1954 una estadística del Hipódromo Chile en Santiago.

Resaltan también el jinete español Manuel Mallada, quien llegó a la zona en 1938; Francisco Santana, Máximo Fernández Torres, Juan Moreau González y Luis García Verdugo, entre muchos otros que son traicionados por la fragilidad de la memoria y el desconocimiento.

Moreau, incluso, fue gerente de la Sociedad Rural e integrante del último trío de comisarios junto a Francisco Eterovic y Neftalí Vásquez.

De los capítulos tristes que se vivieron en el recinto hípico puntarenense, resalta la muerte del jinete Máximo Fernández Canales el 10 de marzo de 1990 en una rodada. Antes, a fines de 1958, había fallecido Carlos Alvarado luego de cuatro días en coma tras caer con su cabalgadura en el codo de la curva sur de la recta final.

PROPIETARIOS

En cuanto a los propietarios, se recuerdan de manera especial los nombres de Tomislav Martic, Bartolomé González, Santiago Marinovic, Antonio Mladinic, Isaías Alvarez García, Antonio Benedicto, Godfrey Finlayson, Manfred Lehmann, Miguel Córdova, Tomás Buvinic, Alvaro Soto y las familias Abad y Stambuk, entre varios otros.

La lista de grandes protagonistas de la hípica magallánica suma y sigue. Todos, de una u otra manera, aportaron su granito a una actividad que despertó pasiones y que, para mala fortuna de sus cultores, cuando el ocaso parecía inminente no tuvo la posibilidad de dar lucha para reverdecer laureles.

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