Políticos con cualidad de político para estos tiempos de estallido social
Hernán Rocha Pavés
“Las cualidades que contribuyen al éxito de un político en una democracia cambian de acuerdo con el carácter de la época; no son las mismas en épocas de calma que en la guerra o la revolución. En las épocas de calma un hombre puede tener éxito dando una impresión de solidez y de buen juicio, pero en las épocas de excitación se necesita algo más. En esas épocas es necesario ser un orador impresionante, aunque no necesariamente elocuente en el sentido convencional, pues Robespierre y Lenin no eran elocuentes, pero eran decididos, apasionados, audaces…Lo que debe poseer es la capacidad de persuadir a la multitud de que es alcanzable lo que desea apasionadamente y que de él, con su enérgica decisión, es el hombre que puede obtenerlo”
( Beltran Russell 1996).
¿Existe actualmente algún político con estas características? En el Estado de Chile vemos en sus dos principales organizaciones políticas de poder, Gobierno y Congreso, curiosos individuos que llevan adelante la maquinaria del poder con una desfachatez tal que convencen a cualquiera de sus cualidades de liderazgo. En el Gobierno, tenemos uno, derrotado en sus ambiciones de transformarse en el paladín del medio ambiente a través de la COP-25 y anfitrión del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico. A ambos eventos les ganó el Estallido Social. También hablaba de Chile como un paraíso, pero que luego en octubre de 2019, entró en guerra contra un enemigo poderoso . Hay otro señor de corte catastrófico, ya que, todo lo que no son ideas planteadas por él para mejorar la economía y bienestar de las personas, lo rechaza o esta, se va al tacho de la basura. Es un temido predictor del desastre. También está aquel que ya se fue por soberbio y hoy es acusado de mentir estadísticas, e ingresa en su reemplazo alguien que parecía buenito, pero ya se enoja, entró en la arena política contestataria, y ante una nueva protesta nacional se endurece y expresa que “si en 14 días tenemos un brote, los que llamaron a manifestarse serán los responsables”. Y si en 14 días a partir del 25 de octubre tenemos un brote, ¿a quien culpará? Finalmente, en este breve recuento, un importante señor acusado constitucionalmente no encuentra nada mejor que acusar a su colega del Servicio de al lado.
Desde el Congreso no lo hacen mejor. A ellos no se los escucha porque no pesan, porque están desprestigiados, porque son los que ganan sobre $9.000.000 mensuales mientras la cesantía se incrementa por sobre dos dígitos y sí que son decididos, apasionados, audaces, para desviar la atención y aparentar que trabajan creando Comisiones Investigadoras, Acusaciones Constitucionales, Comisiones Mixtas y todo aquello que les permita pasar desapercibidos. Son los que se mantienen en cuarentena permanente para no contagiarse con el bien común.
Fuera de las instituciones nombradas, y como corolario, aparecen las franjas para el Plebiscito, dirigidas y comandadas por la misma clase política. Cada una de ellas con una inventiva añeja de aquellas típicas utilizadas por muchos siglos, como es la campaña del terror, del miedo, el mensaje absurdo para ser recibido por incautos que creen que todo lo malo viene cuando las cosas no son como ellos quieren y por el otro lado, la campaña del chiste malo, de lo divertido que es si se gana, la del arcoíris desteñido que no pasó de ser un mal chiste.
Esta es nuestra realidad, no existen líderes capaces se hacer sentir un nudo en la garganta cuando hablan, no elocuentes, pero decididos, apasionados, que posean la capacidad de persuadir de que es alcanzable lo que se desea apasionadamente y que con él se puede obtener. Pero en fin…de esos no existen y sólo estaban en los sueños y la sabiduría de Russell.