Desigualdad y discriminación
Fue la semana de las manifestaciones contra la cuarentena. Así como lo hicieron los del Turismo, también lo hizo un grupo de 45 locatarios y pequeños comerciantes del centro de Punta Arenas que están desesperados porque no pueden reabrir sus locales y realizar ventas de sus mercaderías como ropa, artículos electrónicos, accesorios para computadores y celulares, librería, entre otros.
Claro, porque en tiempos de cuarentena sólo se permite la venta de productos esenciales como los alimentos y medicamentos.
Sin embargo, para los comerciantes con esta interpretación existe una suerte de discriminación y desigualdad porque mientras los comerciantes establecidos en el centro no pueden reabrir hasta que la ciudad no pase a la fase dos, los supermercados como el situado en el mall puede vender además de alimentos, ropa, artículos electrónicos y otros insumos, como también lo hacen dos grandes tiendas de la Zona Franca.
“Nosotros debimos haber instalado algunos tarros de conserva y quizás allí podíamos abrir”, decía una locataria de uno de los locales del centro que arrienda y que se ilusiona al menos alcanzar a tener ventas antes de Navidad o de lo contrario cerrará a fin de año agobiada por las deudas.