Resguardo del patrimonio cultural inmaterial

El progreso y la inclusión de nuevas tecnologías han ido de la mano, permitiendo un aumento importante de la generación de bienes y servicios, facilitando los trabajos y globalizando los procesos productivos.

Pero, esto también ha tenido un lado menos amable, cual es el reemplazo de la mano de obra por las máquinas y, con ello, el desaparecimiento de oficios y tradiciones.

En el caso de la imprenta, con las nuevas tecnologías y la era de la computación hace sólo un par de décadas dejó de existir la linotipia, como máquina del proceso de composición de los textos para ser impresos. Con ello, ya no hubo más linotipistas.

Así ha pasado con muchos otros oficios y es, por ello, que resulta importante la labor que está realizando el Servicio del Patrimonio respecto de salvaguardar costumbres y tradiciones que han sido relevantes en la vida de los pueblos y, en definitiva, de la conformación de nuestra comunidad.

Uno de los trabajos que está impulsando la dirección regional es el resguardo de los saberes de la carpintería de ribera, oficio que no puede ser más pertinente en Magallanes, con pueblos originarios canoeros que recorrieron los recodos de los fiordos y canales. El pueblo kawésqar con, al menos, seis milenios de historia, es hoy uno de los herederos de tradiciones ancestrales.

Luego, serían los pescadores artesanales -la mayoría proveniente de otra zona ligada a la navegación como la chilota y de otras áreas del sur del país- los que, en cierta medida, tomaron la posta respecto de la autoconstrucción de sus embarcaciones.

Hugo Zúñiga, carpintero de ribera de Puerto Edén, es un maestro que ha buscado mantener viva esta tradición. Nació en Chile Chico y llegó en 1980 a la zona, donde introdujo el bote a vela y hoy se encuentra construyendo una embarcación velera.

Este tipo de nave es una más de las que han surcado los canales y resulta imprescindible que las técnicas aplicadas en su construcción tanto como las usadas por los canoeros regionales sean salvaguardadas. Ellas son parte del patrimonio cultural inmaterial y de la historia de localidades como Puerto Edén que no pueden ser menospreciadas.