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La mano amiga y solidaria de las iglesias en tiempos de pandemia

Domingo 6 de Diciembre del 2020

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“Esto es como una revolución de amor, pero que no se nota porque no podemos juntarnos en nuestras parroquias, pero igual hay voluntarios que salen a hacer estas entregas de forma personal y toman contacto con las familias más necesitadas”, dijo el diácono Daniel Suárez Pintone, director de la Pastoral Social Cáritas.

Por Edmundo Rosinelli

y Cristian Saralegui

Así como la fe mueve montañas, también despierta la solidaridad de cientos de personas que, día a día, trabajan en el anonimato en post de ayudar a quien más lo necesita.

Esto es fundamental en los tiempos difíciles que corren. Muchísima gente que perdió el empleo. Jefes de hogar que de la noche a la mañana quedaron sin sueldo. Con el paso de los meses, y a medida que la pandemia recrudeció, sobre todo en Punta Arenas, cientos de hogares empobrecieron y debieron acudir a la ayuda y apoyo solidario.

Lo decía hace poco el presidente de la junta de vecinos de la Población Santos Mardones, Jorge Vergara, al retomar la olla común en su sector para los abuelos postrados y gente que perdió su trabajo. “Decidimos retomar esta olla común porque vemos la verdadera necesidad que surge en el barrio a raíz de la pandemia”.

Trabajo de las Iglesias

Los diferentes cultos de fe, o Iglesias, juegan por estos días un rol fundamental. La idea de este reportaje es precisamente dar a conocer el trabajo que vienen desarrollando hace meses, muchas veces de forma silenciosa e invisibilizada.

Trabajando como “hormiguitas”, católicos y evangélicos trabajan por un solo objetivo común.

La feligresía colabora con dinero o alimentos y así trabajan en la confección de canastas familiares o entregan almuerzos solidarios, tipo “delivery”.

Cáritas

“Somos una Iglesia cercana a la gente”, señaló el diácono Daniel Suárez Pintone, director de la Pastoral Social Cáritas, odontólogo de profesión.

Actualmente se despliegan a través de una red de voluntarios para asistir a personas adultas mayores. Muchas viven solas en sus casas y los visitan para constatar si tienen alguna necesidad, o requieren comprar algo. “Son cosas que parecen simples pero que pueden producir un tremendo efecto de apoyo”.

Hace referencia y destaca el trabajo que hoy por hoy desarrollan los sacerdotes. “Es una tremenda labor de acompañamiento espiritual, sobre todo en el tema de los funerales, algo tan triste porque no hay una buena contención, ni velorios, y la gente tiene que ser sepultada de manera tan rápida”.

Además aprovechan las plataformas de redes sociales conocidas para llevar el momento de oración a los hogares.

“Todo esto forma parte del apoyo que la Iglesia está entregando”, dijo el diácono.

Lo material tampoco lo dejan de lado. “Mensualmente las siete parroquias de la diócesis, más el Santuario de Jesús Nazareno, están llevando alrededor de 400 canastas a las personas más vulnerables, identificadas por cada una de las parroquias”.

Campaña nacional

Localmente están plegados a la campaña nacional “Nadie se Salva Solo”, organizada por la Conferencia Episcopal, que les entrega tareas y proyectos a cada diócesis, lo que permite multiplicar la ayuda social.

Esto ha permitido realizar campañas importantes de recolección de ropa y alimentos no perecibles.

“Esto es como una revolución de amor, pero que no se nota porque no podemos juntarnos en nuestras parroquias, porque tenemos que hacerlo casi todo vía remota, pero igual hay voluntarios que salen a hacer estas entregas de forma personal y toman contacto con las familias, como las que perdieron su trabajo, adultos mayores y un importante número de migrantes que hemos estado apoyando en el último tiempo”.

“Hemos constatado mucha carencia en el último tiempo. Incluso muchos conciudadanos que ayudaban en las parroquias llevando alimentos y ahora ellos están siendo ayudados”, comentó Suárez.