Necrológicas

“Canto lírico a la perla del estrecho” Juan Liberón Tapia

Por Marino Muñoz Aguero Domingo 31 de Enero del 2021

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Hurgando en la biblioteca familiar encontramos esta joya literaria de la cual no teníamos noticia alguna, un verdadero hallazgo. Se trata de un canto lírico, un poema dedicado a la ciudad de Punta Arenas con motivo de su primer centenario y editado en Antofagasta en 1950. El texto no figura en el exhaustivo estudio de Ernesto Livacic Gazzano “Historia de la Literatura de Magallanes” (Universidad de Magallanes – Sociedad de Escritores de Magallanes, 1988), hecho que nos llama profundamente la atención; en tanto sí lo incluye Eugenio Mimica Barassi en su interesante trabajo “Aporte a la Bibliografía Literaria de Magallanes 1908-2018” (Academia Chilena de la Lengua, 2019).

Este poema -como lo indica el autor en el prólogo- fue escrito en Punta Arenas, ciudad donde vivió por espacio de veinte años. En el mismo prólogo, Liberón alude a aquellos que por ignorancia y a otros que quizás “con que propósitos ocultos”, declaraban que Punta Arenas, por sus características de vida, no era una ciudad chilena: “Punta Arenas es tanto o más chilena que cualquier otra ciudad de Chile”, remata el poeta.

Es un poema épico que consta de 55 estrofas (liras) de cinco versos, donde el primero, tercero y cuarto son heptasílabos (siete sílabas) en tanto, el segundo y el quinto endecasílabos (once sílabas). La rima se da entre el primer y tercer verso y entre el segundo, el cuarto y el quinto. El autor, con un lenguaje propio del Siglo de Oro de la Literatura Española, recurre a figuras como el epíteto o el hipérbaton para cantarle al paisaje y a los héroes conocidos y anónimos que aportaron lo suyo en los inicios de este territorio (más allá de la propia ciudad de Punta Arenas) y su anexión a la República de Chile:

“Refrena el Mar de Atlante/ Su temido furor y el Grande Océano/ En la vía dominante/ Del austro americano/ En homenaje dánse altiva mano”.

En otros pasajes enaltece las figuras de Fernando de Magallanes, Juan Ladrillero, Pedro Sarmiento de Gamboa, Bernardo O`Higgins o Manuel Bulnes:

“Mas ni el héroe titanio/ Desvanecer podrá la insigne gloria/ Del Genio lusitanio/ Ni su inmortal memoria/ Lumbre alguna de encarecida historia”.

“¡Oh Padre esclarecido/ De América a quien dió con demasía/ Su esfuerzo ennoblecido/ El celo, la osadía/ Y al caro pueblo eterna nombradía”.

En cuanto a las razas:

“El ímpetu y nobleza/ Que engrandeció la ilustre patria hispana/ Y la indiana fiereza/ De la sangre araucana/ Engendraron su estirpe soberana”.

“De cuanto pueblo abarca/ Y sustenta la sabia Madre España/ De la eslava comarca/ Que el Adriático baña/ Desde su fértil costa a la montaña”.

  “De la indómita Servia/ Y la Dalmacia de iliria cuna/ Cuya estirpe soberbia/ Forjara cual ninguna/ Del meridión el crédito y la fortuna”

“Canto Lírico a La Perla del Estrecho” es un bello libro, de fina escritura y que guarda esos detalles de la imprenta antigua, como la sobria diagramación y la exquisita tipografía gótica. Lamentablemente es un texto que se ha perdido en el tiempo y en la memoria, quizás por haberse publicado en Antofagasta, por lo cual, a 70 años de esa publicación creemos que sería interesante re editarlo, pues no conocemos otra obra de similares características dedicada a nuestra ciudad y nuestro territorio.

Juan Liberón Tapia nació en Los Andes en 1907. Contador y Radio Telegrafista de la Armada de Chile. Se especializó en legislación tributaria y se desempeñó como Funcionario Público hasta 1937, año que ingresó a la Empresa Grace, siendo destinado a Punta Arenas, Antofagasta y Santiago. Fue colaborador de medios periodísticos de Santiago y provincias. Casado con Anka Ljubtić, tuvieron cuatro hijos: Zdenka, Odin, Vigrid y Bogdam (recordado médico que ejerció durante gran parte de su carrera profesional en Punta Arenas y actualmente reside en Santiago). Juan Liberón Tapia falleció en Rancagua en 1993.

“CANTO LÍRICO A LA PERLA DEL ESTRECHO”, Juan Liberón Tapia -1ª edición-. Imprenta Macfarlane, Antofagasta, Chile, 1950, 55 pgs.