La emblemática “Liebre” Torino que le dio títulos a Smiljan Coro
Siguiendo con la historia de autos emblemáticos del automovilismo en la Patagonia, hoy es el turno de una “Liebre” Torino, máquina que en la actualidad pertenece a
Smiljan Coro, destacado campeón regional y patagónico de la Turismo Carretera, la que también entregó un sin número de victorias a otros corredores.
En una entrevista en el programa “Ases del Volante” que conduce Francisco “Pirulo” Oyarzo por radio Polar, Smiljan entregó sabrosos detalles de la historia de este auto que fue diseñado y construido a fines de los ‘60 por el destacado preparador argentino Heriberto Pronello.
Al respecto, comenzó comentando Smiljan Coro que “el auto fue hecho en Argentina, en la época que se tomaban a los (Renault) Torino y se modificaban para hacer los prototipos (auto fabricados artesanalmente) en la época de Pronello y de Oreste Berta”.
La máquina llegó a nuestro país tras ser adquirida por Joaquín Perrota, piloto santiaguino que participaba en el autódromo de “Las Vizcachas” en los ‘70.
Tras correr un par de temporadas en la capital, los hermanos Miguel y “Alicate” Cárdenas (padre) traen el auto a nuestra ciudad y posteriormente fue comprado por Ernesto “Tincho” Gómez, quien lo modificó reemplazando la carrocería por una de Ford Cortina y ya venía con los frenos disco en las cuatro ruedas, algo muy avanzado para esos años.
Actualmente la estructura del chasis, la suspensión y el sistema de frenado es el mismo que creó el experimentado Heriberto Pronello.
IMPORTANCIA
DEL CHASIS
– El auto se trajo por la importancia del chasis Pronello pero llegó sin motor.
– “Así es, llegó con la caja ZF-242, que es una caja espectacular, vino con freno de disco en las cuatro ruedas que se regulan atrás y adelante, además de una suspensión Faro, que en esa época era top. Tenemos la suerte hasta hoy de poder reparar los cuatro amortiguadores de la marca que tenemos puestos en el auto y funcionando”.
– Se le puso en un comienzo mecánica Chevrolet.
– “Tengo entendido que sí. Cuando la familia Cárdenas lo corrió, utilizó un motor Chevrolet en un par de carreras y después ‘Tincho’ le puso el motor (Ford) V-8 292 y después lo cambió a un (Ford) 302”.
“En esa época no había sistemas computacionales como los que hay hoy, todas las cosas se hacían artesanalmente y obligadamente tenían que ir a probarlas a la pista. No había bancos de pruebas como hay ahora”.
“Hay un libro que relata la historia de toda esta gente, (Heriberto) Pronello, Baufer (fábrica de chasis), (Oreste) Berta, de cómo los modificaban y después tenían que salir a correr en la ruta porque no les quedaba otra”.
“El sistema de frenos adelante es todo de Torino y atrás, como tenían que ponerle frenos de disco y los Torino venían con freno de tambor, tuvieron que adaptarle frenos del Peugeot 504 para que el auto dispusiera de frenos de disco en las cuatro ruedas”.
– ¿Cómo está el auto actualmente? ¿Qué trabajo le has realizado fundamentalmente en seguridad, motorización y caja?
– “Yo venía corriendo con el motor (Dodge) 318 y quisimos ponérselo al auto en un comienzo mientras conseguíamos un 302, ya que lo recibimos sin motor y el que tenía estaba roto e incompleto, pero no nos dio muy buen resultado”.
“Por gestiones de mi padre, logramos comprar en ese tiempo en la agencia Ford un ensamble cero kilómetro de un 302 al que le pusimos el resto de las cosas que tenía ‘Tincho’, reparamos las tapas y le pusimos un leva argentino”.
“Con ello el auto volvió a tener su motor Ford 302, tal como lo usaba ‘Tincho’, y empezamos a tener mejores resultados sin disponer de una tremenda cantidad de ‘fierros’ puestos, pero ya se empezaba a notar una diferencia en pista”.
“Conseguí la primera victoria con ese auto el ‘96, cuando ganamos el primer campeonato. La primera carrera la gané en Gallegos y en ese tiempo los campeonatos eran cada 21 días, casi una vez al mes. Teníamos una carrera acá y al mes siguiente allá”.
“Había bastante actividad, lo que te obligaba a estar metido en el auto para que no decaiga en ningún sentido, así que después del trabajo siempre le metíamos mano para que funcionara de la mejor forma posible”.
– ¿Cuántos campeonatos lograste con el auto? ¿Alguna carrera que recuerdes en especial?
– Tenemos la suerte de haber ganado los campeonatos del ‘96, ‘97 y ’99, que fue el Ultimo Patagónico que se terminó corriendo acá, porque en Gallegos se complicaba mucho el tema de seguridad. En esos años ya habían comenzado a subir los precios de ir a correr. Ese fue el Ultimo año y tuvimos la suerte de haberlo ganado”.
“Recuerdo cuando logramos el primer campeonato, que lo peleé con ‘Pajarito’ (Sánchez), ‘Ricky’ Ibáñez, Pablo (Capkovic) y ‘Pacín’ (González) en una de las primeras carreras que se disputaron con chicanas. Era una época con el reglamento a full, neumáticos lisos y caja arrimada, donde el auto llegaba al final de la recta pasando los 255 kilómetros por hora. En ese tiempo la Turismo Carretera se hacia notar cuando estaba en pista”.
– ¿El manejo de estos autos es muy sensible?
– Claro, aparte que en un Turismo Carretera, en especial en el caso nuestro, nunca vas bien sentado. Tratamos de modificar el piso para poder poner una butaca, porque antes usaban cojines, una especie de asiento que no era una butaca”.
“En las primeras carreras en las que participé tenía las rodillas prácticamente en la pera. Para poder corregir todo eso hubo que modificar las pedaleras, el caño de escape, poner la butaca hacia atrás para que yo entre un poco mejor, pero sí o sí quedabas incómodo. Son autos hechos prácticamente a mano y no estás sentado cómodamente, por lo que es otro manejo, la disposición de las pedaleras no es lo mismo que un auto de serie”.
– ¿Los neumáticos son un tema complejo?
– Sí, importantísimo, nos costó mucho el cambio en la categoría para correr con neumáticos lisos de competición, que lamentablemente se encarecieron mucho. Por eso se cambió por unos de serie de velocidad que dieron buenos resultados, porque igual anduvimos en los tiempos”.
“Después aparecieron los que usan los Honda, que son neumáticos espectaculares, pero nosotros tuvimos que cambiar de llantas, en el caso mío con llantas de 10 pulgadas. En una carrera se me desmontó un neumático por el ancho de la llanta, tuvimos que modificar la pisada del auto de 10 a 8 pulgadas, igual te cambia la pisada”.
GRAN APOYO
En el cierre de la nota, Smiljan destacó a quienes han estado a su lado para alcanzar los éxitos durante su carrera deportiva. “Harta gente me ha acompañado desde los inicios en la Turismo Carretera, que fue la primera categoría en la cual yo corrí. Antes nunca me había subido a un auto de competición”.
“Quien partió al lado mío, como copiloto inicial, fue Fernando Fabres. El me ayudó mucho en la preparación del auto, también mi mecánico de esa época Fernando Vergara, los hermanos Miranda, a mis amigos argentinos que muchas ideas también me daban, como también ‘Tincho’, quien conocía su auto. El mismo Javier (Barría), quien las últimas veces también me estuvo ayudando”.
“Pero sobremanera quiero agradecer a la familia, que aguantan las trasnochadas, las pruebas, roturas que hay que volver a preparar para poder estar en pista. Y a mi padre, que fue pilar en el auto. Su nombre lo llevo arriba en el techo. Por supuesto también mis hijos, a quienes les doy las gracias por haberme ayudado a participar en la 5.000 Turismo Carretera”, finalizó.