A un año del primer caso de Covid en Magallanes: de cifras de contagios alarmantes a ejemplo en vacunación
El 11 de marzo se cumplió un año desde que la Organización Mundial de la Salud declarara oficialmente al virus del Covid como pandemia. Seis días después (17 de marzo), el primer caso positivo (un joven universitario de 23 años) activó las alarmas en Magallanes, transformando a la región en el epicentro de la crisis sanitaria a nivel nacional, con un elevado número de casos, una alta tasa de ocupación de camas críticas y medidas extremas de restricciones en la vida diaria. A un año de la primera notificación, Magallanes registra a la fecha 22 mil 584 casos acumulados, lo que significa que uno de cada siete magallánicos se ha contagiado.
Ocurrió lo inevitable y la vida en Magallanes se detuvo. Se suspendieron las clases presenciales, la actividad económica quedó en vilo, comenzó un extenso periodo de pocas certezas, de encierro obligatorio y cientos de personas asumieron un rol en lo que hoy conocemos como primera línea, sin saber que su trabajo sería sometido a una prueba extrema y que el descanso pasaría a ser un privilegio.
“Ha sido un viaje vertiginoso de incertidumbre, a ratos de miedo, penas y cansancio”, describe el vicepresidente del Colegio Médico de Punta Arenas, doctor Paulo Carrasco, este primer aniversario desde que el área de la Salud debió hacer frente a la llegada del coronavirus.
Agregó que durante ese periodo el sistema sanitario debió adaptarse como ninguna otra patología lo había requerido, aumentando el número de camas críticas desde una base de 6 hasta 30, el recurso humano médico debió capacitarse en forma acelerada, se hizo más necesario que nunca un trabajo en equipo y en red que permitió absorber la alta y compleja demanda tanto de los pacientes Covid como los con patologías graves habituales.
Los equipos sanitarios
La subdirectora médica del Hospital Clínico, doctora María Isabel Iduya, víctima también del Covid, reconoció un trabajo complejo, enfrentamos una pandemia que nadie conocía debiendo complejizar camas con recurso humano capacitado limitado, con una cantidad de casos impensable en el resto del país, con buenos resultados y también tuvimos el desafío de mostrar al Minsal la difícil realidad local respecto a la magnitud de casos que tuvimos y que no estábamos viviendo la pandemia al mismo tiempo que Santiago”.
Por su parte, para el presidente de la Asociación de Funcionarios Técnicos del Servicio de Salud (Fentess), Luis Muñoz Villarroel, destacó el trabajo admirable, comprometido, de calidad y responsable desplegado por los distintos centros de salud, para quien, la carencia de personal sigue siendo sin duda uno de los mayores desafíos, al igual que la capacidad de equipos especializados, y la necesidad de mantener la sanidad mental en los equipos sanitarios.
Lo anterior es compartido por el coordinador de Fenpruss (Federación Nacional de Profesionales de la Salud), Damián Hurtado Ledezma, quien planteó que el principal desafío que debieron enfrentar fue el fortalecimiento de la red asistencial, al pasar de una capacidad de camas críticas limitadas en comparación al resto de las regiones que tienen más de un hospital base de alta complejidad, a 21 camas críticas (en la actualidad), reiterando su principal demanda: “Tenemos un déficit de personal importante en toda la red asistencial, tanto hospitalaria, a nivel clínico y no clínico, y vemos que existe una precarización laboral en nuestros establecimientos y esperamos que pueda ser una situación que se vaya corrigiendo este año”.
Las olas de contagios
El peak de contagios se produjo a mediados de abril con más de 200 casos activos, y arribó a la conclusión de que la actividad turística habría hecho circular el virus mucho antes que en otras regiones. Pasada la primera ola y gracias a la incansable labor de los equipos de Salud, Magallanes tuvo algo de reactivación y las altas cifras de incidencia comenzaron a migrar a otras ciudades del país.
Empero, esto no duró mucho, pues en septiembre se produjo un explosivo aumento de infectados en Magallanes, muy superior a la primera ola, y con un sistema sanitario que ya sufría el impacto. El equipo humano estaba agotado al igual que la disponibilidad de recursos.
Así llegó la segunda ola, con un peak diario superior a los 300 casos, con más de 1.500 contagiados activos, con ocupación total de camas críticas a nivel regional, y con la imperiosa necesidad de aeroevacuar a muchos contagiados al norte del país para tener más cupos disponibles para nuevos pacientes. Una estrategia, según el doctor Paulo Carrasco, que permitió trasladar a más de 120 personas desde Punta Arenas y Puerto Natales antes de fin de año, en un momento en que la tasa de contagios por cada 100 mil habitantes fue más del doble que el peor momento alcanzado por la Región Metropolitana.
Con el anuncio del arribo a Chile de al menos un tipo de vacuna, Magallanes cerró el 2020 con casi 17 mil infectados y 233 fallecidos. Había esperanza, pero según Carrasco, enero fue desalentador. “Se presentó con un nuevo peak de contagios lo que nuevamente fue complejo de manejar, ya que la capacidad instalada de camas críticas sufría estragos por la falta de personal capacitado activo, el agotamiento causó problemas serios en el equipo de trabajo y no fue fácil mantener un ritmo de repetición de turnos por tanto tiempo. Fue necesario reforzar nuevamente las aeroevacuaciones y las medidas de testeo, trazabilidad y aislamiento. Además nuestras unidades críticas han estado permanentemente ocupadas por pacientes con patologías descompensadas, que esperaron mucho tiempo su opción de manejo y no dieron más. A esto se sumó que volvieron los traumas, las cirugías complejas y las enfermedades cardiovasculares”.
Un ejemplo de vacunación
En Fase 2 permanente, llegó febrero y también el proceso de vacunación que comenzó con las personas de riesgo, para seguir con los trabajadores esenciales y toda la población adulta. “Esto nos ha permitido salir de la segunda ola y ser optimistas ya que lentamente lograremos la inmunidad de rebaño. Hoy somos ejemplo en vacunación. El trabajo de la Atención Primaria de Salud y sus equipos, hacen que seamos la región con la mayor tasa de vacunación con más de un 43% de la población objetivo cubierta con una dosis y más del 19% con dos dosis, lo que sumado a una tasa de positividad en descenso hacen pensar que podemos capear una tercera ola”, enfatiza Carrasco.