Las mujeres en las universidades: desafíos para la igualdad de género
Margarita Makuc Sierralta
Doctora en Lingüística
“Las mujeres sostienen la mitad del cielo, porque con la otra mano sostienen la mitad del mundo”, la frase que pertenece a Mao Tse Tung hoy suena a paradoja abierta, a grito de atención para una sociedad que aún no ha establecido la igualdad de género ni en las instituciones públicas ni privadas. Es también un llamado a la reflexión que hacen las propias universidades en la urgente necesidad de responder a las demandas de igualdad de las estudiantes, funcionarias y docentes que comparten los espacios universitarios.
Para las académicas es fundamental realizar un aporte sustantivo a la discusión y análisis de las brechas existentes en torno a la desigualdad estructural que se reproduce en las instituciones de educación superior, en las cuales las mujeres no sólo se encuentran subrepresentadas, (sólo tenemos una mujer rectora en Chile), sino además en la pirámide de autoridades la participación femenina se reduce inexplicablemente en los cargos superiores.
Esta reducida participación de mujeres también queda en evidencia en diversos estudios que muestran la baja participación en investigación, concentrándose sus funciones en docencia y gestión. Esta distribución de roles y funciones es una realidad transversal propia de un país que no ha avanzado en políticas públicas que integren equitativamente a las mujeres.
Una primera aproximación a esta realidad podemos encontrarla en el hecho de que las mujeres históricamente han asumido una diversidad de roles: la maternidad, el trabajo doméstico, el cuidado de niños, mayores y enfermos, la gestión de la orgánica familiar, el trabajo académico y profesional. Esta realidad cultural e idiosincrática no ha sido visualizada ni integrada en las políticas de promoción y de incentivo a la participación femenina en las diversas funciones y roles en las universidades chilenas.
El enfoque de género constituye una perspectiva de análisis que integra múltiples dimensiones de la vida académica, compartir las experiencias individuales que en conjunto conforman una realidad inequitativa históricamente heredada por generaciones de mujeres, que, pese a los explícitas e implícitas barreras culturales, han logrado superarlas y destacarse.
Sin embargo, creemos que estos triunfos individuales, deben transformarse en logros colectivos, estamos en un momento histórico clave, una nueva constitución paritaria nos presenta la oportunidad para construir y consolidar espacios para las nuevas generaciones de mujeres que se integran en la investigación, en la docencia, la gestión y en asumir roles de liderazgo directivo, esperamos que lo hagan en el marco de derechos consagrados en la Carta Magna con perspectiva de género y en absoluta igualdad de condiciones y con una mirada que integre y dimensione en su complejidad las particularidades de la experiencia femenina la cual merece el reconocimiento y valoración.