Maestro ¡¡¡, Tío Valentín
En épocas de memes, de cuñas periodísticas, televisivas, de Twitter, la frase que conceptualiza el momento que hemos estado viviendo en éste último año en Chile, es la frase que se extrae de la entrevista de The Clinic, al gran maestro del piano y de la música chilena, Valentín Trujillo. El “Tío Valentín” de nuestro Pin Pon de la lejana infancia, que sintetizó en “este virus al único que le salvó la vida fue a Piñera”.
Y es así… noviembre de 2019 y las posibilidades de transitar los 27 meses que aún le quedaban a este gobierno eran inciertas por no decir cuesta arriba. Y le llegó, como caído del cielo, este virus que no se quiere ir. Al igual que él.
Las posibilidades de tener a su antojo al país, con las restricciones que imponen los permanentes estados de excepción, avalados por la situación sanitaria, han sido la mejor medicina con que ha contado el gobierno de Piñera. Mal manejo en muchos momentos de la pandemia, como lo ha dicho el propio Colegio Médico y otros expertos. Exitismo por haber comenzado con un fuerte proceso de vacunación. A ratos arrogancia gubernamental, que también nos ha estado pasando la cuenta. Sino, como se explican los peaks en que ha estado llegando la zona central, con casi 9 mil casos diarios y que tienen “en-cuarentenados a casi todo Chile”.
Pero cualquier error, en el manejo de una pandemia, en que nadie estaba preparado para enfrentarla, podría tener el perdón y entendimiento de la inmensa mayoría de los chilenos, pero la insensibilidad y la tozudez para imponer una in-humana visión economicista, es lo que tiene a casi todo Chile encabronado con el Presidente.
No le bastó, salvarse políticamente gracias a la pandemia, no le bastó aumentar su riqueza millonaria en el último año, con más de 300 millones de dólares de ganancia en un año, ni le bastó que tenga a Chile en su control remoto, sino que traspasó el umbral de la paciencia ciudadana, al querer torcer la voluntad de los chilenos y la voluntad de la Cámara de Diputados y el Senado, que aprobaron mayoritariamente el retiro del tercer 10% de los fondos previsionales de cada uno de los chilenos.
Se llega a esto, luego de innúmeros programas con siglas rebuscadas, como el IFE , IFE Plus el Bono Covid, el Bono Clase Media, todos, de dificilísima aplicación, todos con más reglas que la brisca, con intrincados procesos que dejan a más gente fuera que dentro, y se termina apelando a los fondos de los propios chilenos, de los ahorros previsionales. Por otro lado, el mismo sistema de pensiones desacreditado, porque no ha tenido la tasa de retorno que se prometió en su implementación, allá por los años 80, por el hermanito mayor de Sebastián, José Piñera Echenique. Ni el mismo Pinochet, creía en el sistema, si mantuvo a las Fuerzas Armadas fuera de él y los tiene con un sistema de reparto, que además les permite jubilar en algunos casos hasta con 40 años de vida. Hágase esa.
Pero volvamos, a este Presidente, que tiene al país al borde de las llamas literalmente, con un nivel de insensibilidad, sólo visto en dictadura. Un Presidente, que tiene un feble apoyo, de un 6% y que insiste en usar su comodín, como lo es, su Tribunal Constitucional, que es presidido por su Ex Asesora, María Luisa Brahm.
Que mal, Presidente, ¿qué pacto tiene con el de abajo? Es incomprensible para un hombre que ha tenido la habilidad para “hacerse” millonario, que no comprenda que gobernar un país es hacer que “todos sorteemos las vicisitudes”, con apoyo de nuestro Estado si es necesario, de manera de que los problemas los enfrentemos con herramientas y que los pedidos de confinamiento se puedan cumplir realmente por todos, y no logre entender que hay miles de chilenos que si no ejercen o trabajan un día, sencillamente no comen.
Presidente, desista de ir al Tribunal Constitucional, por el bien de Chile y de Usted mismo, y acuérdese de la divina circunstancia que le cayó del cielo (o del infierno), cuando estaba noqueado y el diablo le tiró la toalla, y llegó el Covid. Permita que se realice el tercer retiro y, establezca un bono universal, al 80% de los chilenos por 4 meses, de manera de que pasemos este vendaval y luego venga, la esperada inmunidad de rebaño. No sea tozudo. Pase a la historia, pero para bien.