Marcos Hernández respaldó el trabajo realizado por el psiquiatra Juan Vukusich: “Soy un esquizofrénico, orgulloso, loco, pero rehabilitado”
En medio de un complejo diagnóstico, Marcos Hernández Bahamóndez, de 42 años, es uno de los pacientes de psiquiatría que ha entregado su testimonio para respaldar al médico Juan Vukusich, quien fue suspendido de sus funciones mientras se desarrolla una investigación sumaria por el convenio firmado entre el Club de Pacientes y el Servicio de Salud Magallanes para la atención de enfermos.
Marcos fue diagnosticado con esquizofrenia cuando tenía alrededor de 17 años. El suyo es un tratamiento de por vida y hoy está rehabilitado. “El doctor Juan Vukusich me dio un tratamiento que me permitió llegar a la etapa en que estoy”, dijo agradecido del especialista, quien lo acompañó en una enfermedad muy compleja, que lo afectó a él y a su familia.
La esquizofrenia es un trastorno mental grave por el cual las personas interpretan la realidad de manera anormal. Puede provocar una combinación de alucinaciones, delirios y trastornos graves en el pensamiento y el comportamiento, que afecta el funcionamiento diario y puede ser incapacitante.
Marcos admite que siempre fue diferente al resto de los niños. Veía cosas, pero nunca lo contaba porque pensó que era normal, que era la imaginación de cualquier niño. Con los años, estas visiones y el escuchar voces fue empeorando hasta entrar en crisis.
Recordó que una de las voces le dijo que se fuera a caminar a la plaza y eran las cuatro de la mañana. “Yo iba caminando y las voces me seguían diciendo cosas, me decían a donde ir, para mí era todo calma. Llegué a la casa a las siete de la mañana y mi mamá me estaba esperando, estaba llorando y yo le decía que estaba bien, que todo iba a mejorar. Ese día me acuesto y a las diez de la mañana del día siguiente, comenzó todo. Escuchaba voces, sentía cosas y veía cosas que no puedo explicar. Reventé y lloré”, explica Marcos.
Recordó que su familia nunca había escuchado de lo que era la esquizofrenia y no sabía qué hacer, entonces lo primero fue apegarse a la fe, así es que oraban. “Yo no dormía, no comía y no tenía vida. Estaba postrado escuchando voces. Mi familia y mis vecinos me quieren mucho, así que oraron por mí, pero llegó un punto límite que no daba para más. Ahí nos dieron el dato de un doctor nuevo en psiquiatría, se llama Juan Vukusich. Yo estaba loco, saltaba, rompía vidrios y estaba loco, así que me tuvieron que amarrar para irlo a ver la primera vez”, recuerda Marcos.
Recuerda que, cuando se ponía así, las personas creían que su única opción era ser internado en un manicomio. “Pero, apareció el doctor Vukusich que comenzó con un nuevo sistema, yo seguía loco, aunque tenía conciencia al menos. Me llevaron a la unidad de cuidados intensivos en psiquiatría, ahí hubo tratamientos y terapias, mucha conversación, comenzamos con farmacoterapia, hasta que encontramos los que me servían. El doctor Vukusich es un especialista dedicado a sus pacientes y fuimos paso por paso en este proceso. Gracias a Dios llegamos a la Clozapina o leponex y ahí me cambió la vida. Puedo dar fe de que el doctor le cambió la vida a muchas personas. Ahora soy un esquizofrénico, orgulloso, loco, pero rehabilitado”, sostiene Marcos.
Sobre este proceso, recordó que hubo una época muy bonita, había mamás de esquizofrénicos y los pacientes, que se reunían en distintas actividades. “Fueron momentos muy lindos, nos íbamos al Andino y el doctor iba con nosotros, fue una época dorada, de mucha comunidad, pero de a poco los pacientes se fueron, porque tenían que salir a vivir. También fue parte del Carnaval de Invierno”, comentó, destacando la visibilización que se realizó.
Explicó que el doctor Vukusich comenzó desde abajo y con él se produjeron muchos cambios. “Cuando él comenzó las cosas cambiaron, hubo una granja de la cual fui parte. También estuvo el Hospital Diurno, donde éramos pacientes ambulatorios, pero estábamos ahí todo el día. Ahí nos enseñaron muchas cosas, que luego nos permitieron llevar una vida más independiente. Nos enseñaron a cuidarnos entre nosotros y había terapias”, recordó Marcos.
Hoy destaca el apoyo de su familia, porque ellos también se vieron afectados cuando enfermó y ahora ellos saben que está bien. Por sobre todas las cosas, agradeció al especialista que a través de los años lo acompañó en este proceso.
Nueva caravana
A partir de este lunes, a las once de la mañana se realizará una nueva caravana desde el Centro de Salud Miraflores hasta la Plaza de Armas Muñoz Gamero. Se trata de una actividad, convocada por pacientes, familiares y amigos para apoyar al psiquiatra Juan Vukusich, quien fue suspendido de su cargo.
La caravana, que comenzará en el Centro de Salud Miraflores, recorrerá la calle Las Heras, hasta llegar a la Avenida España, bajando por Mardones, hasta Bulnes, Colón, Lautaro Navarro, Montt y finalizará en Bories.