Necrológicas

– Viviana Flores Méndez

– Luis Enrique Alvarez Valdés

Ante la falta de respuesta local, enferma renal viajó a Santiago

Martes 31 de Agosto del 2021

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Marianela Vidal Barrientos (52) vive en permanente agonía al tener que someterse a diálisis. Su vida depende de una máquina pues se conecta tres veces a la semana, durante tres horas y media. Al salir de su hogar se despide de su familia, a veces llora, porque sabe que su regreso se torna incierto, aunque se aferra a la fe y esperanza de que su cuerpo resista a este sistema de vida.

A raíz de una insuficiencia renal, y su proceso de diálisis, esta magallánica necesita controles con especialistas periódicamente, es por ello que las restricciones que impuso la pandemia supusieron un verdadero calvario.

Aceptó narrar su historia, pues desde Asodi (Asociación de Dializados y Trasplantados) saben del abandono que viene sufriendo y de las dificultades para acceder a especialistas y a procedimientos quirúrgicos.

Lleva casi tres años con un catéter conectado a su pecho, a la espera de una cirugía que le permita corregir su acceso vascular, pero a pesar de los reclamos no ha tenido ninguna respuesta. En agosto de 2018 le hicieron una fístula, pero le duró apenas cuatro pinchazos y falló, por lo que le instalaron un catéter provisorio en el cuello (en la vena yugular), siendo el que lleva en el pecho, con el miedo de que se pueda infectar.

“No he tenido respuestas y nadie se me ha acercado, por eso tomé la decisión de viajar a Santiago, porque sé que no tengo ninguna solución localmente y lo que es peor no tengo respuestas”, afirma Marianela, que profundiza los reclamos de abandono y falta de empatía.

El viaje fue financiado por sus propios medios, con el apoyo incondicional de su familia, que la ayudó con los gastos de la operación, estadía y pasajes. Es un riesgo que debe correr, porque usar un catéter tiene más probabilidades de infectarse a diferencia de la fístula, además que tiene un mayor impacto en su corazón, que es lo que teme.

Este caso se suma al reclamo formulado por pacientes natalinos, quienes acusaron abandono. En dicha ciudad hay 41 enfermos renales, quienes no cuentan con un médico estable en la Unidad de Diálisis del Hospital Augusto Essmann ni menos con un nefrólogo que los atienda.

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