Necrológicas

Conducta suicida en estudiantes universitarios: prevenir es posible

Por Paola Aguilar Sábado 11 de Septiembre del 2021

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El  suicidio en los/as estudiantes universitarios es uno de los fenómenos más difíciles de comprender ya que se trata de una etapa de la vida que por lo general se caracteriza por ser una etapa de mucha ilusión y planificación hacia el futuro. Para los profesionales de ayuda, la  presencia de conducta e ideación suicida es una de las situaciones que mayor reto presenta por la  dificultad en el manejo y el potencial de peligrosidad que conlleva. Aunque el suicidio concretado es un fenómeno relativamente infrecuente, la conducta e ideación suicida es más prevalente en la  población por ser un síntoma que puede estar presente en múltiples trastornos psicológicos como la Depresión Mayor y el Trastorno Bipolar. La conducta e ideación suicida se puede ver como una  gama de conductas y pensamientos que va en un continuo de severidad desde ideación suicida  leve (ej. pensamientos de querer morir), amenazas de quitarse la vida, intentos o gestos  moderados, hasta intentos serios y suicidio concretado.

La ideación suicida abarca un amplio campo de pensamiento que puede adquirir las  siguientes formas de presentación: el deseo de morir (“la vida no merece la pena vivirla”, “yo lo  que debiera es morirme”, etc.), la representación suicida (“me he imaginado que me  ahorcaba”), la idea de autodestrucción sin planeamiento de la acción (“me voy a matar” y al  preguntarle cómo lo va a llevar a efecto, responde: “no sé cómo, pero lo voy a hacer”), la idea suicida con un plan indeterminado o inespecífico aún (“me voy a matar de cualquier forma, con  pastillas, tirándome delante de un carro, quemándome”), o la idea suicida con una adecuada  planificación (“he pensado ahorcarme en el baño, mientras mi madre duerma”). A esta última se le conoce  también como “plan suicida”, lo cual implica una situación de alto riesgo y gravedad.

Todas estas manifestaciones de la ideación de autodestrucción deben ser tomadas en atención puesto que la comunicación y el diálogo abierto sobre el tema no incrementa el riesgo de  desencadenar el acto, como erróneamente se considera. Al contrario, la comunicación de estos estados psicológicos a otro/a constituye una valiosa oportunidad para iniciar una acción preventiva de dicho suceso.

En cuanto a los factores de riesgo, aunque es difícil predecir quiénes van a suicidarse o llevar a cabo un intento serio suicida, la literatura científica arroja varios factores que han sido consistentemente asociados con la conducta e ideación suicida. Existe una fuerte relación entre el suicidio y la depresión, siendo la conducta e ideación suicida uno de los síntomas más serios de la depresión mayor. Los trastornos psicológicos y de adicción son los factores de riesgo más  poderosos para este comportamiento como para la ideación suicida en todos los grupos de edades y están presentes en sobre el 90% de los suicidios concretados. En estudios con adolescentes que  se han suicidado, hasta un 60% reflejó un trastorno de depresión.

En cuanto a vulnerabilidad psicológica al suicidio concretado, se ha visto que la impulsividad, agresividad, depresión, ansiedad, desesperanza, desvinculación social y estresores académicos, familiares e interpersonales,  son factores de riesgo comunes para la ideación suicida en los/as jóvenes.

La mayoría de las personas que se suicidan exhiben una o más señales de advertencia, ya sea a través de lo que dicen o lo que hacen, como es mencionar el deseo de morir, herirse o  matarse, mostrar sentimientos de desesperanza o de no tener razones para vivir, sentirse atrapado, bloqueado o sufrir un dolor que no puede soportar, aumentar el uso de alcohol o drogas, buscar formas por internet para terminar con su vida, aislarse de familiares y amigos, dormir demasiado o muy poco, visitar o llamar a sus cercanos para despedirse, como también pueden mostrar bajo ánimo y energía, ansiedad, pérdida de interés, irritabilidad, agitación o ira. Sin  embargo, por otro lado, hay personas que pueden ocultar sus sentimientos y en estos casos podemos preguntarnos ¿cómo puedo saber si alguien está pensando en el suicidio? La forma más segura es preguntarle al otro/a directamente sobre lo que le está pasando.

Como métodos de prevención del suicidio, se encuentran estrategias tales como las campañas de educación, intervenciones psicosociales y capacitación a profesionales de la salud en la identificación de la depresión y en la evaluación de la conducta e ideación suicida, pudiendo ser  este último uno de los métodos de prevención más poderosos, sobre todo tomando en consideración que los trastornos psicológicos, tales como la depresión, es uno de los factores de riesgo más asociados al suicidio.

Cuando se les ha preguntado a estudiantes universitarios cómo las universidades pueden aportar a la superación del problema del suicidio, algunas de las estrategias que han sugerido son: proveer información didáctica, oportunidades de tratamiento, ofrecer literatura sobre el tema, crear un ambiente más abierto a la discusión sobre el tema del suicidio, tener grupos de  apoyo y tener líneas de manejo de crisis. Es por esto la importancia de promover el aumento de la conciencia sobre la salud mental y el bienestar emocional para prevenir el suicidio en nuestra sociedad. De igual forma, se desprende la relevancia de un plan estratégico preventivo en las universidades que involucre a la comunidad universitaria completa en esfuerzos multidisciplinarios coordinados.

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