Colegio Fide XII licenció de enseñanza media a 33 soldados del Pudeto
El viernes, 33 jóvenes que realizan su servicio militar en el Regimiento Pudeto de Punta Arenas, se graduaron de cuarto medio en el Colegio Fide XII. Debido a la pandemia, los alumnos iniciaron sus clases en marzo de manera remota, por medio de carpetas proporcionadas por la institución y apoyo a través de herramientas digitales, hasta que se instauró una modalidad mixta, en la cual los profesores realizaron clases presenciales de reforzamiento en el Regimiento Pudeto; y luego, desde julio a la fecha, los estudiantes asistieron a clases en las dependencias de Fide XII.
En la licenciatura participaron el director ejecutivo de Fide XII, Reinaldo Leiva; el coordinador académico de la institución estudiantil, Víctor Mansilla; la coordinadora de proyectos sociales de Fide XII, Trinidad España; y el coronel Jorge Labarca, comandante del Regimiento N°10 Pudeto. Asistió además, un grupo de oficiales de la Va División del Ejército.
Junto con felicitar a los egresados y al equipo docente, Reinaldo Leiva expresó que “para nosotros es una satisfacción enorme, pensando en los tiempos que estamos viviendo de pandemia, donde se tuvo que redoblar los esfuerzos, primero trabajando con carpetas, para luego volver a la presencialidad y hoy día estar en esta ceremonia de licenciatura que corona todos los esfuerzos”.
En tanto, el coronel Labarca explicó que el convenio se enmarca en el Programa Nivelación de Estudios, y que “la intención de la institución es que los soldados conscriptos puedan completar sus estudios de enseñanza media y así a futuro, poder postular a algún oficio o a una Escuela Matriz tanto en el Ejército como en otra institución, como también continuar sus estudios de nivel superior, o bien, efectuarlo a nivel técnico profesional”.
Durante la ceremonia, la profesora jefe de este grupo de alumnos, Daniela Campos Maureira, entregó los respectivos diplomas de egreso a los uniformados.
“Es un orgullo ver que los chicos lograron salir de cuarto medio con toda la adversidad, por ejemplo, de tener que hacer las guardias, donde a veces pasan toda la noche despiertos y después tienen que venir al colegio. Es un orgullo que los chicos hayan terminado, que les haya ido bien y que en el fondo ellos sientan que haber venido al colegio ¡Pucha que les sirvió!, entonces para mí, yo creo que lo máximo como profe, el mayor orgullo que uno puede sentir es ver cómo los chiquillos empezaron, cómo terminaron y cómo se fueron”, destacó la docente finalizado el acto.