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Pabellón exclusivo para mujeres, lavandería y espacios reacondicionados: la nueva etapa de la Casa del Samaritano

Lunes 27 de Septiembre del 2021

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En un recorrido por la añosa casona, el obispo Bernardo Bastres destacó los trabajos en ejecución para dar una mejor atención a los “hermanos mayores”,
que son atendidos en la otrora casa Juan Pablo II del Hogar de Cristo.

En febrero se produjo el traspaso de la casa Juan Pablo II desde el Hogar de Cristo a Fide XII, que la rebautizó como Casa del Samaritano. El inicio no pudo ser peor. Un brote de Covid-19 y el fallecimiento de algunos de los usuarios fue un duro golpe para todos. Pero con el tiempo se han ido recuperando, al igual que la situación de la pandemia.

Prueba de este momento más positivo lo representa la completa remodelación interna que se realiza en la antigua casona y que ha representado una fuerte inversión para Fide XII, que ha tenido la suerte de contar con la colaboración anónima de destacados empresarios locales. Un módulo exclusivo para mujeres es uno de los proyectos futuros, pero mientras tanto, el obispo Bernardo Bastres muestra con orgullo, algunos de los avances, como una lavandería, bodegas y los trabajos de ampliación de otros espacios de la casa, que tiene una capacidad de atención de treinta personas.

“Lo primero que hicimos fue tratar de dar un ambiente distinto. Arreglamos la entrada, oficinas y la capilla, que la hicimos nueva en marzo. Pintamos, sistematizamos lo que había, pusimos cortinas, pensado para que vengan a rezar, viene un sacerdote dos veces por semana y si llega a fallecer alguien, se le puede velar”.

Tras ello, un living donde los usuarios, a quienes denominan “Hermanos mayores”, observan televisión. “Aquí hemos cambiado el piso, pusimos piso flotante y pintado, nos faltan las luces y asientos”. De ahí, en la cocina se hizo una despensa nueva y más grande, la que antiguamente estaba en el subterráneo. Otro cambio es un diario mural de acrílico.

De ahí se observan los mayores cambios en la casa. “Vamos a desarmar para tener el gran dormitorio para quienes tienen dependencia severa. Se sacarán las paredes y habrá dos grandes ventanas para que entre luz y haya buena ventilación para tener un gran pabellón para veinte personas y que les permitirá mejor atención a las enfermeras”, exhibió el obispo, quien después pasó a otra habitación contigua, destinada a aislar a quienes presenten síntomas de Covid-19 u otra enfermedad contagiosa.

Otro espacio que se arreglará es el jardín, donde habrá una imagen de la virgen, rosas y bancas, “a ver si el alcalde me las regala”, sugirió en su estilo, el obispo. También hay un invernadero que también será reparado como parte del proyecto.

Módulo para
mujeres y lavandería

Luego de pasar por el jardín aparece el pabellón que se destinará a la atención de mujeres y que anteriormente se usó como sala de ejercicios. Podrá recibir a seis usuarias ya que cumple con las medidas de espacio, luz, “y están aisladas de la casa, porque en el pasillo se puede poner una puerta. Vamos a empezar con un pequeño grupo de damas, unas seis o siete, que en este momento están en una situación bien precaria, pero primero queremos hacer la reforma del sector que recién visitamos”, advirtió Bastres, que espera que estas obras se inicien en noviembre, “porque hay que conseguirse el billullo. Eso quiero destacar: todo esto me lo han dado personas particulares, muchos de los cuales son empresarios que no quieren aparecer. Debemos haber invertido fácil 30 millones. Y son todos de Punta Arenas”.

Un hito para el hogar es poder contar con una lavandería, servicio que antes no tenía. “Esto antes era un depósito. Y antes se mandaba lavar afuera y eso representaba un gasto de 2 millones de pesos. Aguas Magallanes nos ayudó con un proyecto y compramos una máquina. Aquí al lado hay un patio interno donde hay aire y entra luz. Y agradecemos mucho a la persona que nos regaló la lavandería”, saludó Bastres.

Ya dando vuelta al hogar, donde había un salón, la pared se derribará para cumplir normas de seguridad, en caso de incendio. Al lado, un dormitorio será convertido en la sala de kinesiología que actualmente está en el espacio donde estará el pabellón femenino. “De manera que, por lógica, al entrar tienes las oficinas, la sala de kinesiología, la capilla y la sala de estar”, apuntó.

En el segundo piso estará la sala destinada al personal, compuesto por treinta personas, en el sector en que antes había oficinas. Y al lado, habrá una gran bodega donde se depositarán todas las donaciones. “Hay cosas que el Hogar de Cristo nos dejó, otras que tenemos y hay que tener espacio para recibirlo. La comunidad se ha portado súper bien, las comunidades cristianas nos han ayudado en alimento, sabanillas y pañales. Lo que más se necesita con urgencia son pañales grandes, las sabanillas, toallas, y por supuesto, alimento”.

Y aunque son muchos los proyectos y reparaciones, el obispo Bernardo Bastres recalca que hay prioridades. “Nuestro gran esfuerzo, en este tiempo, es arreglar los dormitorios, y una vez terminado el sector de enfermería y de ahí a los dormitorios de la entrada. Y de ahí empezaremos a pensar en las damas. Todo a su tiempo”, finalizó.

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