Los instrumentos de la Orquesta Sinfónica Juvenil volvieron a sonar al unísono y sin pantallas de por medio
En enero de 2020 tuvieron su último concierto y desde entonces, trabajaron solamente por Zoom y Meet. Ahora, los 38 estudiantes de 10 a 19 años que la conforman iniciaron los ensayos presenciales con miras a su primer concierto, a fines de octubre.
Fue notorio en los niños, niñas y jóvenes integrantes de la Orquesta Sinfónica Juvenil, los efectos del encierro pandémico, en el regreso de los ensayos tras un año y medio online. Pero ahora, los 38 promisorios músicos estuvieron felices de volver a ensayar juntos, ahora en el Liceo Sara Braun. Hubo sí que adaptarse a la contingencia, por lo que la orquesta se dividió por salas, en el caso de los instrumentos de cuerda, mientras que las percusiones ocuparon el gimnasio y los vientos uno de los pasillos, donde cada estudiante se instalaba en una llamativa cabina de plástico, para estar aislado de sus compañeros, ya que, por las características de sus instrumentos, evidentemente no pueden usar mascarilla.
El encargado de la Macrozona Sur de la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles, Luis Perdomo, explicó que “tenemos tres instructores especialistas en cada una de las sesiones: Raúl Romero en cuerdas, Rosmery Vargas en vientos y María José Opazo en percusión, además del director general, Alexander Sepúlveda. En tres semanas más repetiremos la jornada, y la fecha propuesta para el concierto de gala sería el domingo 24 de octubre, en el Teatro Municipal, para cerrar con un concierto educacional en el Liceo Sara Braun, que gentilmente fue cedido por el seremi de Educación y el director del liceo”, detalló Perdomo.
El director general Alexander Sepúlveda expuso las sensaciones de volver a estar con su batuta frente a los estudiantes, después que en enero de 2020 dirigió dos conciertos, uno en el Santuario María Auxiliadora y otro en Villa Tehuelches. “Hemos tratado de seguir con el programa formativo de la Fundación de Orquestas. El año pasado se hizo un proceso completamente digital y ahora este formato limita un poco, porque estábamos acostumbrados a tocar uno cerca del otro, para tener una respuesta y confianza musical, pero siempre será mejor estar presencial que a través de una cámara. Montamos algunas canciones en formato online y ahora trabajamos un programa por ensambles, donde vamos a juntar a todas las cuerdas, vamos a sumar percusión y piano, por el máximo de aforo que nos permite la fundación que son 24 músicos en escena y con viento, lo limitamos a siete músicos con una mampara de protección”.
Tras estos conciertos, se iniciará el proceso de postulación para la orquesta 2021-2022 al cual Sepúlveda quiere volver a ser elegido “porque hay un trabajo de cuatro años y con el equipo de instructores estamos proyectando un proceso más exigente y desafiante, musicalmente hablando”.
Los músicos
Julio Díaz Alvarado tiene 15 años y es de Puerto Natales. Lleva dos años en la orquesta y solamente tuvo participación online, que “nunca es igual que presencial, ahora nos podemos escuchar todos, en online era todo uno a uno, se escuchaba más saturado, sobre todo en mi caso que toco violoncello”.
Una de las novedades de la orquesta es la incorporación de un piano, responsabilidad que recayó en la estudiante de primero medio del Liceo María Auxiliadora Beatriz Cannobbio. “Llevo recién un año tocando piano y estoy bastante emocionada y nerviosa, es primera vez que estoy en una orquesta con tantos músicos, suena más bonito. Estamos preparando algunos temas como ‘Misión Imposible’, ‘The spirit of adventure’ de ‘Up’, y otras”.
En la sala destinada a los instrumentos de cuerda, Matilde Suárez del Colegio Británico, lleva dos años en la Foji y comentó que pese a que es incómodo tocar viola con mascarilla igual se divierte. “Se siente mucho nervio, pero igual muy feliz, porque por fin no teníamos que estar en un Zoom o Meet y podíamos escucharnos bien”, apuntó.
A su lado, Antonia Aguilar, del Colegio Charles Darwin también lleva dos años en la orquesta. “Estuvimos menos de un mes y de ahí llegó el encierro. En la mañana andábamos todos felices, aunque era raro estar presencial después de tanto tiempo, así que emocionadas y a la vez, nerviosas”, opinó. María Pía Esperanza Colima Uribe, en tanto, también dijo estar muy emocionada y feliz: “Es muy distinto al ensayo online, solamente había tenido esa posibilidad hasta hoy”, reconoció la alumna del Colegio Miguel de Cervantes. Finalmente, Camila Ibáñez Marín, también del Colegio Miguel de Cervantes, agregó que “es bonito estar con gente de distintos colegios, conozco gente y es bastante divertido, se aprenden cosas nuevas y se escucha distinto”.