Escribir, mencionar, idear y proponer

E

stas palabras fueron recientemente utilizadas en el discurso del gobernador de Magallanes y Antártica Chilena, quien animosamente convocó a quienes podían opinar al respecto como una manera de aglutinar pensamientos e inquietudes de cómo queremos a nuestra región ante el mandato de construir una estrategia regional para los próximos 10 años y quizás con una extensión mucho mayor. Bajo el alero de la Universidad de Magallanes, se pudieron dar los primeros pasos en nuestra comuna, en cuanto a reunir estas inquietudes, viniendo desde diferentes sectores públicos y privados y en general representantes de la ciudadanía que en sus rostros se podía ver cierto entusiasmo de ser partícipes y permitirse el tiempo y la oportunidad para expresar el alma de nuestra región, sobre todo de quienes han sido criados y han crecido bajo este techo austral de magníficas luces y escenarios que nos hacen únicos en el mundo y por sobre todo un reflejo que debieran imitar, el resto de las regiones de nuestro país.

Algo importante que nos permite crear estos espacios de diálogos es justamente eso, poder tener, independiente de colores o matices propios de la contingencia, la voluntad del intercambio del escribir, mencionar, idear y proponer. ¿Cómo logramos esto?, como profesor y educador, siempre en un estado alerta en la enseñanza y la educación y como hace poco un amigo hacía resaltar que a nuestros ciudadanos nos hace falta desarrollar y poner atención al significado de una acción pedagógica como lo es la dialéctica. Esto es lo que hay que estar trabajando constantemente, el cariño del diálogo, la conversación y no lo que usualmente vemos en muchas intervenciones y casi muy cercanos a la antigua metodología del dictado, el… se hace lo que yo digo.

Plantearse desafíos y sobre todo de cómo queremos vivir en esta maravillosa región, actitudes arcaicas como aquellas de tomar decisiones a puertas cerradas y muchas veces tomando rumbos con intereses muy particulares y personales, no le hace bien a nadie. No es fructífero sembrar el silencio y las pocas interrogantes, que pudiesen venir desde la ciudadanía, si realmente somos aquellos que día a día ejercemos los pasos hacia el trabajo, el estudio, la entretención, la cultura, la investigación, bajo el ambiente prístino que nos rodea. Estos microcosmos sociales, agrupados, desde diferentes sectores como señalamos anteriormente, le dan riqueza y diversidad a las ideas y se comienzan a iluminar nuestras reales necesidades, florecen y destacan nuestras potencialidades y por sobre todo tener claridad de nuestras debilidades a las que debemos dirigirnos para buscar soluciones en común. El hacer ruido a través de este intercambio de ideas y propuestas son la dinámica que siempre requerimos a diferentes escalas. Somos una comunidad pequeña en comparación a otras secciones territoriales de nuestro país, debiéramos tener la claridad de cómo queremos vivir y cómo nos han enseñado a través del tiempo, nuestros abuelos, nuestros amigos “austriacos” que se instalaron en nuestra tierra a consolidar familia, trabajo y sueños. Nuestras canciones así lo expresan, nuestras escrituras y poemas se destacan en hacer resaltar el esfuerzo de muchos a los que les debemos el respeto, especialmente este mensaje dirigido a quienes optan por vivir con nosotros, desde afuera y ensamblar con nuestra cultura, nuestra forma de vestir, de hablar y de enfrentar el viento.

Hoy día tenemos la gran oportunidad de cambiar ciertos paradigmas que la misma naturaleza de nuestra Patagonia, los espacios fueguinos y antárticos chilenos nos están alertando, nuestro planeta está amenazado por múltiples crisis: climática, alimentaria, financiera, etc… Estas crisis han creado divisiones sin precedentes entre nosotros, pero también y con esta mirada humana podemos unirnos más que nunca. Es el gran desafío de nuestro tiempo, y el resultado de todo esto determinará si nuestros hijos, nietos y bisnietos se tendrán que enfrentar a un mundo más oscuro, o a uno más próspero donde exista una mayor armonía entre las personas y para ello, vuelvo a insistir, la dialéctica es fundamental.