Convención Constitucional: el trabajo que viene y su importancia para Magallanes
Tras una fructífera semana territorial en Magallanes, la Convención Constitucional inició el trabajo de las comisiones temáticas. Dichas comisiones, creadas con ocasión de la reciente aprobación del Reglamento de la Convención, abordarán materias constitucionales de distinta naturaleza tales como la regulación de nuestros principios constitucionales y la regulación de nuestros órganos autónomos de control. En mi caso, integraré -junto a otros 18 convencionales- la Comisión denominada “Medio ambiente, derechos de la naturaleza, bienes naturales y modelo económico”.
Además de las comisiones temáticas, la Convención contará con comisiones relevantes para el proceso como la de “Participación Popular” y la de “Armonización”. La Comisión de Participación Popular tiene un objetivo clave en el éxito de este proceso histórico, el cual es garantizar la incorporación de los mecanismos de participación que aprobamos en el Reglamento. La Comisión de Armonización, en tanto, se constituirá una vez presentado el proyecto de Carta Fundamental y deberá velar por la necesaria concordancia y coherencia que deben tener las diferentes normas constitucionales que sean aprobadas por el Pleno de la Convención.
El trabajo de la Comisión que integro se inició escogiendo a los convencionales que coordinarán el trabajo. Además, comenzamos a discutir sobre la modalidad y el cronograma que guiarán el trabajo de la Comisión (ello siempre teniendo en consideración que contamos con un plazo máximo de trabajo como Convención, establecido a nivel constitucional y conocido por todos, que debemos respetar). Como eje rector de nuestro trabajo, estimamos de vital importancia para nuestro trabajo que este se nutra de la participación activa de la sociedad civil y de la opinión experta, que es indispensable para que la propuesta de Constitución que estamos trabajando cuente con una densidad normativa que permita que los preceptos constitucionales sean aplicables y que al mismo tiempo se resguarden nuestros derechos y libertades fundamentales.
A mayor abundamiento, la sociedad civil jugará un rol protagónico en esta discusión a través de la posibilidad de exponer en las comisiones temáticas, presentar propuestas y, especialmente, en la posibilidad de incidir por medio de la presentación de iniciativas constituyentes o ciudadanas (que requerirán, para ser conocidas por la Convención, que sean patrocinadas por al menos 15.000 personas).
Por las materias que tratarán, nuestra región deberá estar especialmente atenta a la discusión que se generará en la Comisión de Forma de Estado (en la que veremos si nuestro país opta por avanzar decididamente en una materia tan relevante como lo es la descentralización) y en la Comisión de Medio Ambiente y Modelo Económico (para que nuestros recursos naturales se utilicen de manera responsable, siempre velando porque nuestro país avance hacia un desarrollo lo más sustentable posible).
Como se aprecia, este proceso constituyente ofrece oportunidades que no podemos desperdiciar. Un momento histórico como el que vivimos nos obliga -no sólo a los convencionales, sino que a todos los habitantes de nuestro país- a estar a la altura del desafío. Para que este proceso sea exitoso debemos aprender de nuestra historia, valorando nuestros aciertos e identificando nuestros errores. En definitiva, tenemos que comprometernos a contribuir al debate con flexibilidad, empatía, deferencia con el conocimiento técnico y, especialmente, con apertura al diálogo.