Naranjo: 15:02:00
Lo ocurrido este lunes en la intervención del diputado Jaime Naranjo en el Parlamento, para lograr que su colega Giorgio Jackson pudiera llegar a votar la acusación constitucional en contra del Presidente Piñera, sienta un precedente tan llamativo que concitó la atención no sólo de la prensa nacional, pues varios medios en el mundo cubrieron lo que se convirtió en la intervención más extensa de la historia en nuestras cámaras. Lo que comenzó como un desafío reñido con lo posible, fue con el transcurso del tiempo tomando forma y congregando a una audiencia incrédula, con un fondo de división entre los que le devocionaban admiración o rechazaban la performance del oriundo de Melipilla.
Lo cierto es que para lograr que el ex dirigente estudiantil llegara a la Cámara Baja cumpliendo con el tiempo de cuarentena estipulado, Naranjo estuvo hablando 15 horas y dos minutos, logrando según algunos medios ingresar al top five de las intervenciones más extensas a nivel mundial. Si bien habría leído parte de las 1.300 páginas del texto para que sus colegas diputados conocieran lo que estaban por votar, en un acto que privilegiaba lo informativo debido a que muchas veces los honorables emitían su voto sin tener idea lo que estaban tratando (según las propias palabras de Naranjo), lo que se observó desde las primeras horas del maratónico ejercicio fue la casi inexistente atención de sus pares hacia el sacrificado parlamentario.Probablemente quienes se acercaban para darle ánimo, ni menos quienes salieron de la sala a tomar un café o a ocuparse de otros asuntos focalizaron sus esfuerzos en la comprensión del texto, pues las decisiones de voto ya estaban tomadas desde el principio y lo que importaba era el simbolismo de un acto escasamente productivo.
Respeto la opinión de quienes estiman procedente la acusación constitucional hacia el Presidente Piñera, así como la de quienes no la comparten; pues al igual que la gran mayoría de los ciudadanos carezco de conocimientos más específicos en el ámbito legal que me den la seguridad de aseverar la pertinencia de ésta, quedándome claro que si se comprueba el delito de infringir las leyes, debe ser sancionado conforme a la misma, más allá de quién la quebrante. La justicia debe investigar para determinar esto, evitando que el prejuzgar se convierta en una sanción o condena anticipada. Ese debería ser el verdadero fondo del asunto, por lo menos en un sistema que funcione adecuadamente para que todos confiemos en sus determinaciones.
Más allá del momento político en que nos encontramos o de la intrincada nomenclatura legislativa, que como he expresado analizo como un simple ciudadano y no como un profesional experto, el ruido que me provoca lo observado a inicios de semana se focaliza en: ¿pudo haberse evitado este llamativo espectáculo?, ¿por qué el sentido común no permitió el voto telemático de los diputados que por motivos sanitarios se encontraban impedidos de ingresar físicamente al hemiciclo?, ¿la acusación hacia Piñera busca la legítima justicia ante un probable delito o es el botín político ansiosamente buscado hace años?, ¿qué próximas sorpresas nos tendrán preparados nuestros honorables para concitar nuestra atención y potenciales votos en este tiempo previo a los sufragios?
Sebastián Piñera debe ser investigado y juzgado, pero me queda la duda si el Presidente con mayor descrédito en varias décadas, tanto para adversarios como para ex adherentes, es el tema que más preocupa a la ciudadanía en general, considerando el escaso tiempo que le queda en el mandato y el apremio de la incertidumbre social y económica que vivimos, agravada por una clase política que sigue sin sintonizar genuinamente con las reales necesidades de la comunidad. Me preocupa que ante el revuelo mediático de la intervención de Naranjo, los honorables de todos los sectores se coloquen cada vez más creativos para superar a la competencia con acciones que prioricen el efectismo más que el legítimo fondo de las temáticas relevantes para la gente, quedando relegados a un plano secundario los políticos que en silencio trabajan y se esfuerzan por sacar adelante proyectos que realmente beneficien a las personas. Mientras tanto, cada quien evaluará si Naranjo “exprimió lo mejor de sí” o simplemente “dio jugo”.