Las buenas ideas se replican
Cuando llegamos al Congreso el año 2014, tenía la idea de las sedes parlamentarias como una suerte de oficinas grises, burocráticas, en donde había alguien que evitaba que llegaras a hablar con el diputado o diputada. Por eso cuando ganamos la diputación, tratamos de hacer algo distinto en nuestra Región de Magallanes, en particular en Punta Arenas.
El Espacio Comunitario La Idea, que nació al alero de la oficina parlamentaria, desde entonces se ha dedicado a fomentar las expresiones artísticas y culturales, además de brindar un espacio para el encuentro de las organizaciones de la sociedad civil de manera abierta y gratuita, llegando a realizar un promedio anual de 50 actividades, que convocan en promedio a mil personas, quienes a lo largo de estos ocho años de funcionamiento han participado de lanzamientos de libros; exposiciones fotográficas; jornadas de adopción canina; presentaciones de obras de teatro y música en vivo; talleres de yoga, reiki, entre otras, además del funcionamiento permanente de una biblioteca popular, un preuniversitario gratuito y un muro de escalada.
Al comienzo de este proyecto político y colectivo, nos dimos cuenta que en la ciudad faltaban espacios abiertos que respondieran a las necesidades culturales y quisimos abrir nuestra oficina como una alternativa a toda la comunidad, sin importar posiciones políticas.
A raíz de nuestra experiencia en Magallanes –que creemos ha sido un gran aporte durante estos ocho años de labor parlamentaria–, presentamos un proyecto para reformar el reglamento de la Cámara de Diputados, que busca que ésta tenga un edificio único en cada distrito del país, que sirva como sede parlamentaria abierta para todas las y los parlamentarios y sus equipos, con horarios de atención y funcionamiento permanente, ayudando a acercar el trabajo legislativo y fomentar la participación ciudadana. Estas sedes distritales serían también centros culturales –como “La Idea”– abiertos a la comunidad, donde se fomente y promueva el desarrollo artístico y cultural de cada territorio.
En términos administrativos, el proyecto también busca reducir las asignaciones parlamentarias por concepto de arriendo de oficinas distritales, que hoy significan un gasto en promedio de un millón de pesos mensuales por cada diputado, y que no en todos los casos están abiertas y disponibles para la comunidad de forma permanente, lo que implicaría un ahorro desde la perspectiva de los gastos operacionales, al eliminar los gastos de representación de sede parlamentaria, al tener una sola sede para todos los parlamentarios y parlamentarias. Además, permitiría transparentar los gastos de las asignaciones parlamentarias, cuya administración no quedaría al arbitrio de cada parlamentario, sino directamente de la Cámara de Diputados y abriría las puertas del Congreso a la ciudadanía en cada distrito del país, invitando a todos y todas a informarse, a compartir sus ideas y a acercarse a sus representantes en el Poder Legislativo.
La experiencia de “La Idea” nos ha enseñado en el día a día que existen personas y organizaciones dispuestas a ser parte de estas iniciativas, que están ávidas de experiencias artísticas y culturales. Nos interesa tratar de recuperar el sentido de la participación, de la democracia y de la transparencia, y nos sentimos orgullosos de lo que hemos logrado en estos ocho años. Por eso creemos que las buenas ideas se replican y esperamos poder hacerlo a lo largo de todo Chile.