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Familiares unidos por el mismo dolor de perder a un ser querido en tragedia de la Fach asistieron a misa

Viernes 10 de Diciembre del 2021

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El Santuario María Auxiliadora Don Bosco fue el templo elegido ayer para recordar en una misa a las 38 personas fallecidas hace dos años, en el avión C-130 Hércules que nunca llegó a destino.

La aeronave de la Fuerza Aérea de Chile tenía programado un vuelo logístico entre la Base Chabunco, de Punta Arenas y la Base Aérea Presidente Eduardo Frei Montalva, en la Antártica.

Transportaba personal civil y militar que, entre otras tareas, viajaba a revisar el oleoducto de combustible de la Base Aérea, y la realización de un proceso de aplicación de anticorrosivos a las instalaciones. 

El avión despegó con 38 pasajeros, a las 16,55 horas. Una hora después, alrededor de las 18,13 horas, los sistemas de control aéreo perdieron todo contacto, desapareciendo para siempre en las aguas del mar de Drake. 

La hora del despegue

Como la hora de despegue es muy significativa y simbólica para ellas, las madres de los pilotos del avión Hércules, Italo Medina Quiñones y Héctor Castro Concha,  Alicia Quiñones y Sandra Concha Valderrama, quisieron estar ayer a esa hora en la losa de la Base de la IV Brigada Aérea, reviviendo el instante del último despegue de sus hijos.

Ambas llegaron a Punta Arenas acompañadas de María Graciela Quinteros, madre de la teniente Carolina Fernández, fallecida hace 10 años en el accidente del avión Casa C-212 cuando se dirigía a la isla Juan Fernández.

Pero antes asistieron a la misa en el Santuario María Auxiliadora, oficiada por el párroco Germán Balboa Márquez, donde estaban los padres de Ignacio Parada Gálvez, alumno de la Umag que falleció en esta tragedia.

Sandra Concha confía en que habrá justicia legal por un lado, pero también aspira a la justicia divina para quienes cometieron un error. “Nuestros hijos no tendrían que haberse ido. Todo fue por irresponsabilidad  y por eso ellos perdieron la vida”.

Confía en Campos

Después de la decepción que vivieron con la investigación de la Fach, que fue cerrada sin establecer responsabilidades y las causas del accidente. “Por eso tengo toda mi confianza depositada en el fiscal Campos. El es una persona correcta, que está haciendo lo que corresponde y confío plenamente en su gestión”, destacó Sandra Concha.

Muy doloroso

Han sido dos años marcados por el dolor y la tristeza para Luis Parada Osorio y Lorena Gálvez Andrade, los padres de Ignacio.

Dentro de tanta pena, la misa de ayer les ayudó a ambos para sentir los afectos y cariños, expresados en abrazos y palabras de aliento de parte de amigos y compañeros de universidad del hijo.

“Es difícil y doloroso transitar por este camino, de mucha pena”, señaló Lorena al término de la misa. Pero siente que Ignacio es quien les ilumina el camino día a día.

“Para un padre o una madre perder un hijo es morir”, sentenció, “pero estamos obligados a seguir viviendo con mi esposo, hasta que llegue nuestro momento”.

“Esperamos la verdad”

“En el plano judicial esperamos la verdad. Saber cómo y por qué sucedió este accidente. Porque la única forma de poder honrar la memoria de nuestro hijo es haciendo justicia. Que es lo que esperamos”, planteó la afligida madre.

Mientras que Luis Parada agradeció que parte de sus amigos estuvieran en esta misa. “Ignacio era una gran persona, compañero, amigo, deportista. Estamos contentos, pero tristes a la vez. Pero con el cariño de la gente, que siempre se acuerda de él, ello nos reconforta”.

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