EduCanis Austral, entrenamiento para educar a perritos del hogar
L
os tiempos han cambiado en cuanto a la relación con los animales de compañía. Ya dejar a los perros afuera de las casas o encerrados en un espacio pequeño, limitándolos sólo a que ladren por si llega alguien, es una práctica cruel y descuidada, sin tomar en cuenta que los perros son seres que tienen sentimientos (aunque algunos negacionistas continúen en su porfía).
Por suerte, cada vez son más quienes se preocupan de sus mascotas, que evidentemente necesitan ser educados, para tener una buena convivencia, tanto con sus dueños como en su entorno. Es el objetivo que se planteó Constanza Catalán, que con su emprendimiento EduCanis Austral, entrena a perros, a quienes les quita las “mañas” y los deja tranquilos y contentos.
Ello se nota con sus dos perritas, Tayga y Siva, que están atentas a las órdenes y cuando las cumplen, son recompensadas con una golosina. “Llevo tres años con este emprendimiento y también me dedico al rescate. Mi idea es tener un lugar seguro, para que los tutores puedan venir con sus perros para poder socializar, jugar, entrenamientos”, describió. Pone de ejemplo a sus perritas, que si les deja la puerta abierta, no salen, hasta que se les da la orden. “Son límites y comunicación con el animal. Siempre les digo a los tutores ‘la idea es entrenar al tutor para que le enseñe al perro’, porque tú conversas con el perro, hay una comunicación y si yo me llevo al perro yo estaría creando eso y el tutor después diría ‘señora, ¿qué hago?’”.
Por el momento, Constanza Catalán trabaja a domicilio con los tutores y también realiza entrenamientos grupales, para lo cual, puede ser contactada por Facebook e Instagram.
En paralelo al entrenamiento, trabaja con etólogos (que estudian el comportamiento de los animales) y veterinarios, “porque hay perros que requieren derivación; a veces hay comportamientos patológicos y otros basados en el dolor o enfermedad. Me pasó con un Golden Retriever, que era muy agresivo. Lo observé y vi que tenía sobrepeso y cojeaba. Le hice derivación veterinaria y tenía hipotiroidismo, que una de sus señales clásicas es la agresividad. Empezó con tratamiento farmacológico y ahora el perro está como si nada”, ejemplificó.
Moldeando el
comportamiento
Para Catalán, el comportamiento depende de muchos factores. Uno de los más comunes es la edad a la que son adoptados. “Pasa mucho que los entregan a los 45 días, porque la mamá no les da leche o les pega; está el proceso de destete, que es natural, y no es que les pegue, sino que les pone límites y los hermanos, dentro de la camada, aprenden jugando la inhibición de la mordida, a socializar, manejo de frustración, ansiedad, y cuando uno separa a un perro a una edad tan temprana, todos esos conceptos básicos no los aprendió y sí o sí van a tener problemas conductuales a futuro. Incluso la misma Ley 21.020 de tenencia responsable indica que la edad mínima son dos meses, idealmente, tres meses”, expone la emprendedora.
También se puede adiestrar a perros de muchos años, como el caso de Kapu, un perro de 15 años, que estaba en la calle y que fue adoptado por Catalán. “El primer día le enseñé a usar la puerta para perros para que saliera a hacer pipí y lo aprendió. Los animales aprenden desde el día que nacen hasta que mueren. La diferencia son los tiempos”, postula Constanza Catalán, que gracias a Impulso Joven podrá poner rejas a su casa y acondicionar distintas estructuras de trabajo para atender a sus peludos clientes.