Recibimiento a nuevos alumnos universitarios sin humillaciones

• Evitar los abusos a los “mechones” no es sólo responsabilidad de los alumnos que les dan la bienvenida, sino también de las autoridades de los
  respectivos centros de educación superior,
  orientando y sancionando a quienes expongan a
  humillaciones y riesgos a sus nuevos compañeros.

El lunes pasado y con presencialidad total, partió el año académico en la Universidad de Magallanes luego de dos años de modalidad virtual e híbrida en la formación producto de la pandemia. Fueron 930 alumnos de primer año los que dieron inicio a su año académico.

Dentro de la cultura universitaria existe la costumbre recibir a los “mechones” con diversas actividades y ritos. Es una tradición que a su turno heredan los estudiantes de segundo año.

El asunto de fondo no es que los estudiantes antiguos inicien en la vida universitaria a los nuevos alumnos. El problema es que alumnos de ciertas carreras aprovechan esta instancia para vengarse por los malos ratos que ellos experimentaron el año anterior, a pesar de que los dos años anterior no hubo clases presenciales.

De esta forma, muchos “mechones” sufren excesos y vejámenes. Por ejemplo, habitual es obligarlos a beber una mezcla de varias bebidas alcohólicas, lo que conlleva un evidente riesgo de intoxicación; o los someten a degradantes pruebas físicas.

Justo es señalar que hay carreras que durante los últimos años han optado por practicar un “mechoneo” amigable, solidario, con actividades que, no obstante su jocosidad, no menoscaban la dignidad del alumno nuevo.

Este último debe ser el espíritu que debería predominar en el recibimiento a los nuevos integrantes de una comunidad universitaria. Un comportamiento alejado del barbarismo impropio entre futuros profesionales.

Evitar los abusos a los “mechones” no es sólo responsabilidad de los alumnos que les dan la bienvenida, sino también de las autoridades de los respectivos centros de educación superior, orientando y sancionando a quienes expongan a humillaciones y riesgos a sus nuevos compañeros.

En Punta Arenas, las entidades de educación superior abogan por recibir a los nuevos estudiantes de una manera sana; incluso tienen prohibido el “mechoneo” al interior de sus instalaciones. Sin embargo, ¿quién responde por los vejámenes a los que son sometidos los jóvenes afuera de los límites de la universidad o el instituto? Porque si algo es cierto es que la responsabilidad no puede quedar en tierra de nadie.