Magallanes-Elcano: el viaje que cambió la historia
N
o son pocos los historiadores que comparan esta gesta con la conquista del espacio. Es que la expedición Magallanes-Elcano, iniciada el 20 de septiembre de 1519, fue el viaje marítimo que, sin lugar a dudas, cambió la historia de la humanidad.
Cumplidos ya los 500 años desde que la escuadra capitaneada por el portugués Hernando de Magallanes alcanzara estos lares y descubriera para los europeos el estrecho que hoy lleva su nombre, restan meses para que se conmemoren otras cinco centurias memorables.
El 6 de septiembre de 1522, el español Sebastián Elcano terminó la travesía y llegó a España, completando la primera circunnavegación al globo terráqueo.
Financiada por la Corona española, la escuadra de cinco naves y 250 tripulantes sufrió todo tipo de avatares. Al final, la nao Victoria entró al puerto de Sanlúcar con sólo 18 hombres famélicos.
Conocida y muy argumentada es la disputa entre historiadores portugueses y españoles respecto de Magallanes y Elcano y de qué país o qué capitán fue el más importante. Argumentos a favor y en contra llenan páginas y páginas en todas las bibliotecas del mundo. Para nosotros, lo cierto es que el mundo cambió gracias al conocimiento y valentía de ambos marineros, los que, más allá de sus rencillas, motines y traiciones, permitieron una transformación radical al ampliar los horizontes y vincular vastos territorios.
Pero, a la vez, sirvió para desasnar a los hombres de esa época, al echar por tierra las creencias de seres monstruosos y bestias, al sumar al llamado “mundo civilizado” nuevas culturas y abrirse a la idea de que todos somos seres humanos.
Desde la actual perspectiva, es complejo abordar las consecuencias que este viaje tuvo para los pueblos originarios que fueron visitados a lo largo del periplo. Historiadores y escritores están buscando hacerse cargo de esto, a fin de relevar los efectos negativos de la expedición Magallanes-Elcano y reescribir importantes capítulos de nuestra historia.
Sin desconocer aquello, resulta importante que la ciudad de Punta Arenas, donde se encuentra el paso marítimo neurálgico que permitió tal hazaña, rinda un sobrio tributo a Magallanes y que recientemente se haya inaugurado un busto a Elcano. Ojalá que esto sea visto con altura de miras y que toda la comunidad entienda que ello en nada se contrapone ni vulnera los derechos de los pueblos originarios.