El trágico final de la mujer condenada por parricidio, cuya vida estuvo marcada por el sufrimiento y malos tratos
¿Será cierto que nacemos con el destino marcado? Si es así, hay una mujer que su vida estuvo marcada por el dolor, el sufrimiento y malos tratos.
Nos referimos a María Pilar Vera, la mujer que producto de los constantes malos tratos a los que la sometía su pareja terminó cometiendo un parricidio.
La justicia la condenó a cinco años de presidio, pero no con cárcel efectiva, sino que en libertad vigilada intensiva.
Fue un fallo tildado de “inédito” ya que la Fiscalía pidió 15 años de cárcel para la autora del crimen de René Pérez Carrillo, hecho de sangre acaecido en febrero de 2020, en el sector de Agua Fresca.
Sólo es explicable por lo que los jueces establecieron como el estado “crepuscular” con que actuó la mujer, basado en su triste historial de vida desde la niñez. Y la violencia física y vejaciones verbales a la que fue sometida por parte del ex marido.
Intento de suicidio
“Es dable considerar que provocaron en ella dicho estado crepuscular, que si bien no tuvo la entidad de encontrarse privada totalmente de razón, se evidencia con la carga incluso de trastornos de personalidad, alcoholismo, intento e idealizaciones suicidas”, consignaron los jueces del Tribunal oral en lo Penal de Punta Arenas.
Cuando terminó el juicio y conoció la sentencia admitió estar muy emocionada. “No lo puedo explicar. Me siento libre como una paloma recien salida de un huevito hacia la libertad”.
“Estoy muy feliz y no tengo palabras para agradecer todo lo que han hecho por mí. Quiero darle muchas bendiciones a todas aquellas personas que me apoyaron y confiaron en mí”.
Caso impactante
El caso de esta mujer impactó en la comunidad magallánica, por los antecedentes personales de ella que revelaron el historial de maltrato y agresiones que sufrió María del Pilar, sobre todo de parte de su ex cónyuge.
“Pocas veces habíamos visto en Magallanes un caso como el de Pilar, que una mujer haya sufrido durante años una violencia intrafamiliar de manera tan sistemática y brutal”, dijo en su momento la defensora regional, Gustava Aguilar.
Un crimen que cometió Pilar bajo circunstancias muy especiales, como el sufrimiento, maltrato y abandono desde que era niña.
Después, con el paso de los años, en vez de tener una vida próspera junto al hombre que eligió de marido, terminó sometida a malos tratos permanentes y degradantes, de una gravedad inusitada, como declararon en el juicio algunos profesionales.
Decidió partir
Después del juicio todos esperaban que consiguiera una reparación a tanto dolor y sufrimiento. Que pudiera cerrar un ciclo de tanta brutalidad y vejaciones.
“Va a necesitar mucho apoyo para poder reinsertarse. Tiene herramientas para hacerlo y cuenta con el apoyo de los profesionales. Poder tener un trabajo estable y, especialmente, conseguir la tranquilidad mental para cambiar su vida”, dijo Gustava Aguilar.
Al parecer esto no lo consiguió, porque el domingo pasado María Pilar decidió abandonar este plano terrenal, en el mismo hogar donde trabajaba y arrendaba una pieza.
Ahí fue encontrada sin vida (producto de una intoxicación medicamentosa) y el miércoles en la tarde se realizó su funeral, antecedido de un oficio religioso en la iglesia Misión Morada Celestial Casa de Dios, en Canal Beagle Nº02132, villa Alfredo Lorca.
Los restos fueron trasladados al Cementerio Municipal, acompañados de no más de diez personas. Ahí esperan para ser cremados, una vez que la familia obtenga el permiso de la Fiscalía.
Hermana: “Espero que las víctimas de maltrato sean mejor acogidas y escuchadas”
Marcela Vera Vargas viajó desde la ciudad de Futrono, Región de Los Ríos, para asistir a la despedida de su hermana.
En conversación con La Prensa Austral reflexionó sobre ciertos aspectos de la vida de María Pilar, marcada por la violencia y la desesperanza.
Por ello hizo hincapié en la importancia de acoger a las víctimas que sufren agresiones. “Deben ser acogidas como corresponde, sin tanta crítica hacia su forma de ser. Es importante recordar que ellas son las víctimas de tanto sufrimiento. Sólo necesitan comprensión, cariño y una ayuda real. No sólo comida y cama, sino que ayuda en todo aspecto”.
Para ella es importante que después de lo sucedido a su hermana, “las víctimas de maltrato sean mejor acogidas y escuchadas”.
Después del juicio, “lo que más lamenté fue el trato que le dieron a mi hermana. No fue digno para alguien de la manera que fue violentada. Me dolió no ver en el funeral ninguna rosa de alguna feminista. Estaba sola, con unas personas que son evangélicas y que fueron las que más apoyaron a mi hermana en el final de sus días. Después que terminó el juicio quedó prácticamente a brazos cruzados. “No tenía trabajo, dónde alojar y la recibieron unos pastores, sino hubiera quedado a la deriva. Ella tenía depresión y era obvio que se iba a matar en algún momento, porque no tuvo un tratamiento como la gente y eso es lo que me duele”.
Terminó trabajando de cocinera en un hogar de ancianos en Río Seco.
“Ella sufrió mucho en la vida porque el sistema le falló”.
Sabiendo de la decisión que tomaba dejó algunos mensajes por escrito. En uno de ellos le agradeció a su psicólogo Jorge Barrera. Y en otro, más curioso, pidió no olvidar de cancelar el 5 de abril el arriendo a la dueña de la pieza donde vivía.
“Siento que se cansó de vivir”, apuntó Marcela, recordando que desde chica su hermana sufrió atrocidades, como violación y maltrato en hogares donde estuvo. El sistema falló en todas partes con ella”.
Los restos de María Pilar serán cremados y la hermana se llevará las cenizas.
Además del psicólogo, Marcela pidió agradecer públicamente a la defensora Gustava Aguilar que siempre estuvo apoyando en todo y a la asistente social Paula García.
Como también a la hija de los pastores, “que la recibieron y fueron un tremendo apoyo en medio de la soledad en que quedó después del juicio”.